¿Qué está pasando en Brasil?

(N22) ¡Fuera Dilma, fuera el PT!, ¡No somos de la élite. No somos de derecha. Somos Brasil!, ¡Dilma, la paciencia se nos agotó!, fueron los principales gritos de cientos de miles de personas que salieron el domingo pasado a manifestarse en contra del  gobierno actual de la presidenta Dilma Rousseff, que ha sido acusado de corrupción y problemas económicos.

 Según los cálculos de la policía militar, se reunieron un millón de manifestantes en São Paulo,  mientras que el instituto Datafolha calcula que hubo 210, 000 personas en esta ciudad y decenas de miles más por todo el país. El origen remoto de la protesta exigía la destitución parlamentaria de la presidenta, sin embargo, los habitantes se quejaron principalmente sobre la postura del edil ante una posible recesión económica del país, del incremento de impuestos, los recortes, la inseguridad,  así como por la situación actual de Petrobras.
Durante el discurso que ofreció la presidenta Rousseff, dijo que apoya el derecho a la libre manifestación en las calles sin violencia, negó culpa alguna sobre la corrupción, acusó a otros países de su situación económica actual y dado a entender que no habrá un impeachment,como algunos manifestantes lo exigieron, ya que, aunque es constitucional si existieran motivos legales, es un proceso largo y complejo.
Los organizadores del 15/15, nombre que se otorgó a la protesta masiva, son tres colectivos no vinculados a ningún partido político, el primero de ellos es  Movimento Brasil Livre compuesto por media docena de jóvenes de clase media-alta de ideología liberal que reclama la destitución parlamentaria de Rousseff; el segundo es Vem Pra Rua, allegado al mundo empresarial y financiero y un tercero, que lleva por nombre Revoltados On Line. Muchos de los manifestantes aseguraron haber votado en las últimas elecciones por el candidato opositor del partido PSDB, Aécio Neves, quien apoyó las protestas del domingo sin participar directamente.
¿Cómo surgió todo?
 
Del año 2003 al 2010, bajo el gobierno de Lula da Silva, Brasil se integraba a una nueva clase social que se postulaba como una sociedad poderosa. Cerca de 30 millones de personas, de un país de 200, pasaron de tener una mala economía a gozar de una más y mejores condiciones de vida. Su economía creció cerca de un 7.5 % en 2010, sin mencionar que en 2009 se privilegió albergar Los Juegos Olímpicos 2016 en Río de Janeiro, por primera vez en Sudamérica.
Hoy, a poco más de cinco años de ser una nación “imparable”, se ve amenazada por una inmensa crisis política debido a la corrupción y  una posible recesión económica, pues su inflación llega a un 7.7% mientras que el desempleo sube y el dólar se vende a 3.2 reales (aproximadamente). El modelo económico de Lula da Silva que llevó a Brasil a su época dorada, comenzó a deteriorase desde el primer gobierno de Dilma Rouseff.
Durante el primer mandato de Dilma (2010- 2014), se invirtió en obras públicas y se acercó a los créditos de consumo; sin embargo, hizo ajustes en el gasto público, subió los impuestos y elevo los intereses de recursos esenciales como la gasolina y luz. Tras estos malos resultados económicos, las acusaciones sobre la explotación de la petrolera pública Petrobras, la postura de la presidenta ante los medios internacionales y su falta de interés a las exigencias nacionales y la demanda de la oposición han comenzado a posicionar de manera diferente al actual gobierno del Partido de los Trabajadores.
A diferencia de las protestas en 2013 que exigían a los gobernantes mejores servicios públicos, mejor transporte, mejor sanidad y mejores escuelas, las protestas del 15/15, han exigido la recesión de la presidenta y su partido oficial.
Otro golpe para Rousseff, los ciudadanos se cuestionan sobre la situación de su país
 
 
Sin embrago, después de que Rousseff ofreciera un discurso público en respuesta a la manifestación 15/15, en la que aseguró estaría dispuesta al diálogo, un nuevo golpe le deparó: el tesorero oficial del  Partido de los Trabajadores, Joao Vaccari Neto, fue acusado de corrupción ligado a los mencionados  sobornos de Petrobras.
El Ministerio Público Federal, declaró que Vaccari Neto disfrazó como donaciones de campañas para el PT numerosos sobornos cobrados por directivos de Petrobras a empresas constructoras que pagaron para asegurar contratos con la petrolera. La denuncia a la que el tesorero se enfrenta es por  cargos de corrupción, lavado de dinero y asociación ilícita.
El ex presidente Lula de Silva confesó a distintos medios, que su partido, el PT, con 12 años de gobierno necesita refundarse y volver a sus orígenes, ya que la opinión pública lo culpa de haberse corrompido.
Un tema bastante tocado por los medios es el de rehacer su gabinete, ya que con 39 ministros, es el país después de China tiene mayor ministros en el mundo con un gasto federal de 377, 000 millones de reales.
Estas acusaciones llegan en un mal momento para Dilma y Brasil presenta uno de los momentos más graves de reflexión política y social. Según los medio locales, aseguran que la mandataria prepara las medidas anticorrupción que enviará al Congreso en los próximos días.
15MAG

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