Psicópatas son la «ley y orden»

Sin considerarme una persona de la tercera edad, todavía recuerdo de mi niñez la imagen de los policías como personajes heroicos en donde el bien siempre vencía el mal. Mismos recuerdos que se han borrado de mi mente cambiando totalmente mi prospección y desilusión conforme fui madurando además de ser testigo que tan engañado y equivocado estaba.

Como un niño que durante años le hicieron creer de la existencia de Santa Claus, termina esa falsa realidad en añicos amargos cuando te enteras de la verdad cuando sabes que el verdadero Santa eran tus propios papás.

Pero no todo eso fue tan malo, pues al menos tuve una infancia con buenos recuerdos e ilusiones en donde alguna vez soñé con ser policía y sobre todo cuando aquellos uniformados visitaban la escuela para fortalecer la imagen del bien contra el mal.

Hoy en día lo descrito anteriormente suena como un cuento de hadas; en donde el presagio del pasado es visto con nostalgia porque hay más policías malos que buenos, ya que el innegable testimonio que nos deja la modernidad capturada con videos subidos a la Internet, siendo irrefutable las imágenes contra cualquier argumento oficial o lo que, es más, el silencio de las mismas autoridades que los convierten en el peor enemigo.

Sin referirme en particular a ningún municipio de la entidad porque sería muy injusto pretender que es un problema exclusivo de los coahuilenses, porque tristemente es algo compartido en los 2 mil 445 municipios del país.

La peor amenaza que enfrenta cada mexicano proviene de su propio gobierno sin importar si se trata del federal, estatal o municipal, aunque por desgracia éste último es por el que más temen. La amenaza es la primera guerra que deja mudo a los ciudadanos y atrapados dentro de la impotencia.

Cada vez es mayor la población que se enfrenta a brutales psicópatas armados conocidos como policías. La percepción de los mexicanos o al menos de la mayoría para no decir falsedades que en su totalidad, representan una amenaza mucho mayor que lo que hacen los delincuentes que operan sin una placa de policía.

Los conservadores de la “ley y el orden”, son quienes protagonizan con testimonios de voz en voz o videos subidas en el Internet, el abuso de autoridad y en muchos de los casos injustificables en donde irrumpen en casas equivocadas o simplemente entran sin ningún orden judicial aterrorizando a los ocupantes o golpeando a jóvenes, ancianos, mujeres, estudiantes o cualquier ser viviente que se les cruza enfrente.

Las instituciones policíacas de la actualidad tienen un poder inexplicable, para atraer siempre a los psicópatas. Tienen suerte para ello porque solo obtienen como elementos los agresores, pero sobre todo aquellas personas que disfrutan de daño a la gente y tiranizar a ellos, para causar daño a la población es la razón por psicópatas se unen a las fuerzas policiales.

Llamar a la policía es algo arriesgado. A menudo es la persona que pide ayuda o alguna persona inocente que termina embrutecida o lastimada gravemente por la policía.

Hay muchos ejemplos flagrantes de abuso y un claro conflicto de intereses en la supervisión de los abusos de la policía, ¿cómo se puede esperar razonablemente que cualquier ciudadano que sea capaz de confiar en la policía?

Aquellos pocos casos que son denunciados por el temor de ser víctimas de venganzas o represalias como le llaman ahora, o bien aquellas situaciones en donde los elementos de seguridad municipal principalmente son exhibidos con pruebas de vídeo siempre siembran dudas para justificar la brutalidad y muy a pesar del daño físico causado a las víctimas de abusos de la policía es muy poco lo que se hace para frenar el problema con una simple suspensión de unos cuantos días queda todo solucionado.

Cuando el sistema es el problema, los individuos no puede esperar para contrarrestar el problema por sí solo, y mucho menos aceptar que las únicas medidas disponibles están en las manos de los que tienen un interés en mantener una imagen percudida ante la población y ciega ante la misma autoridad.

Si no se puede confiar en la policía para servir y proteger, ¿cómo se puede confiar en ellos para mantener el orden dentro de sus propias filas? El argumento de que “no todos los policías son malos” sólo funciona si hay una manera de estar seguro de que los malos policías están siendo retirados de servicio tan pronto como son descubiertos, y que los que informan su mal comportamiento tienen una garantía de seguridad al menos al saber que los elementos malos sean juzgados como cualquier ciudadano. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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