Primero mienten y ahora se sienten engañados
Nadie puede decir que nunca en su vida ha mentido, algunos dicen mentiras piadosas, pero la realidad es que las mentiras las escuchamos todos los días y en todo momento. Nos las dicen los que nos quieren y los que no. Los que nos conocen y los que no conocemos. Nos la decimos a nosotros mismos. Son costumbres para los medios de comunicación, los políticos, los amigos, los padres, los hijos, las parejas. Son parte de nuestra vida, de la cultura. Se miente desde siempre, es una forma de relacionarse con los demás convirtiéndose en un hábito.
En nuestro país es muy común escuchar que las tres grandes mentiras del mexicano son: “mañana te pago”, “la última y nos vamos”, y por último “nomás la puntita”. Pero realmente serán las más grandes que existen o acaso para las más graves no cuentan, como las que se dan a nivel nacional, porque la disposición federal ha venido a sorprender a todos los mexicanos haciéndose ya una costumbre a la que se vive como parte de la vida todas aquellas promesas de campañas políticas que retumban como si fuera un tiro de gracia funcionando a la perfección las crueles mentiras para mantener viva las esperanzas: “¡No más impuestos!…¡No habrá incrementos a las tarifas de servicios!…etc..
No importa el color del partido que esté en el gobierno federal ya se probó durante décadas con PRI y doce años con Acción Nacional para regresar al mismo, es decir, con el Partido Revolucionario Institucional, con Enrique Peña Nieto y cuan suculentas sean las reformas energéticas, telecomunicaciones y no se diga las hacendarias en donde al final del día, pero sobre todo para los mexicanos, nunca están diseñadas para bajar la última cadena productiva o el comercio. Siempre serán a la alza.
Vicios inventados por los mismos que sin piedad cobran a diestras y siniestras, esa es la historia de la Comisión Federal de Electricidad, quienes inventaron los famosos “diablitos”.
Es correcto que los mismos trabajadores de CFE, fueron quienes empezaron con el “robadero” de la energía eléctrica, ofreciendo inclusive ellos mismos hacer ese trabajo comenzando con sus familiares para que gozaran del mismo beneficio de ellos de recibir el servicio de manera gratuita; sin embargo, el secreto no duró mucho tiempo corriéndose la voz al resto de la población resultando para muchos ciudadanos fácil de color ese circuito que los exonera de todo pago a la paraestatal.
No existen cifras exactas para determinar cuántos miles de personas en cada entidad reciben energía eléctrica sin un contrato, es decir, robándosela por años, pero ante las alzas de energía eléctrica y los cobros excesivos de tarifa de luz han seguido fomentando lo que la misma Comisión Federal de Electricidad inventó y que continúan practicando para quienes le lleguen al precio para que ellos mismos hagan el trabajo ya sea alterando los medidores, poniendo los diablitos o puenteándolos de otro medidor robándoselo algún inocente siendo esto muy común en departamentos comerciales.
Han hecho campañas de usos ilícitos y detección de anomalías tratando de peinar algunos sectores de la población en diferentes entidades aunque sin poder lograr con éxito un número significante para lo que una vez fue un secreto de familia, pasó a ser un secreto a pueblo que se ha convertido en toda una pesadilla para la misma CFE, de nunca acabar.
Para comenzar su sindicato tiene tanto poder que ni el propio gobierno federal puede con ellos porque tienen el poder en sus manos para quitar o regalar la luz, como para hacer convenios de no interrumpir la corriente eléctrica con organismos como el IFE, para decidir a quién le da crédito como a las presidencias municipales quedándoles a deber millones de pesos y para una familia de escasos recursos no perdonan ni un solo día y el poder para poder desarmar a cualquier consumidor cuando pelea una injusticia ante PROFECO, porque solo basta que un dictamen de CFE diga que existe un delito de robo de luz, sin ser cierto, para que la Procuraduría Federal del Consumidor, desista porque dentro de sus normativas no pueden defender a nadie cuando existe un delito y los únicos peritos oficiales que poseen provienen de la misma Comisión Federal de Electricidad.
Nadie puede con la CFE, ni el gobierno federal y menos el pretender bajar el costo de las tarifas y el gran sentir de los mexicanos es que están jodidos en la Comisión Federal al pretender creerse los engañados, defraudados o robados. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org
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