De todas las modernas tecnologías agrícolas introducidas en los países en desarrollo, probablemente la mecanización sea la más polémica, pero también la que ha generado los grandes cambios de la humanidad.

A la mecanización de la agricultura se le ha atribuido la agudización del desempleo rural y, por lo tanto, la migración de la población a las grandes ciudades. En los países más desarrollados, gracias a la mecanización, los pueblos rurales fueron quedando abandonados. España es un buen ejemplo de ello.

La mecanización de la agricultura también ha tenido una enorme contribución a otros grandes males sociales, especialmente, en el desmedido crecimiento poblacional motivado por la enorme disponibilidad de alimentos.

Con ello también ha generado enfermedades como la obesidad y la diabetes que ya se ha convertido en un grave problema de salud en varios países, en donde México es vanguardia, lamentablemente.

Además de la enorme disponibilidad de alimentos, la mecanización de la agricultura se ha especializado en producir carbohidratos, azúcares y carnes. Esta especialización de la agricultura ha cambiado el patrón de consumo de alimentos a nivel mundial. Es una especialización dedicada a producir obesos y diabéticos.

La mecanización de la agricultura también ha tenido una enorme contribución en la destrucción de la capacidad natural de la tierra para producir alimentos. Cada día la tierra tiene menos productividad y demanda mayores gastos en fertilizantes y venenos para combatir plagas.

El insumo mayor utilizado en la mecanización de la agricultura es el petróleo, particularmente, diésel y fertilizantes químicos derivados del mismo. El agotamiento del petróleo, que no irá más allá de 50 años más, generará un drástico cambio en el actual método productivo de la agricultura.

El agotamiento del petróleo provocará, sin duda, una disminución en la producción de alimentos. Paralelamente, el crecimiento de la población empezará a declinar en el mismo sentido, no sin antes ver grandes hambrunas a nivel mundial, si la humanidad no se prepara para ello.

Esto no quiere decir que actualmente no existan personas con hambre. En el mundo hay muchas, como en México que se ha visto obligado a poner en marcha una estrategia para atenderla. Pero el problema del hambre en México y en el mundo no es la insuficiencia de alimentos. Alimentos hay en demasía, sobran, se tiran a la basura en algunos casos. Lo que no hay son ingresos para comprarlos. Así de simple.

Actualmente vemos en los supermercados y tiendas de abarrotes estantes llenos de alimentos, los cuales únicamente los pueden adquirir las personas que llevan dinero en sus bolsillos. No hay medida ni restricciones sobre las cantidades de alimentos que pueden comprar. La restricción lo impone el dinero disponible y la capacidad que tienen para almacenarlos y tal vez de consumirlos.

Las tendencias y patrones de consumo y producción de alimentos son unas de las causas principales de presión sobre el medioambiente. Para lograr un desarrollo sostenible, es indispensable que existan cambios fundamentales en la manera en que se producen, procesan, transportan y consumen los alimentos.

Afortunadamente hay conciencias que se están adelantando a esta enorme crisis alimentaria que la humanidad tendrá en el futuro cercano, cuando se presente el fin de la “era del petróleo”.

La “Permacultura” o agricultura permanente es una opción viable para preparar al campo a la era del fin del petróleo. La Permacultura es nueva tendencia en el mundo rural. Es un concepto diseñado por Bill Mollison y David Holmgren que lograron generar sistemas agrícolas sostenibles por la propia naturaleza.

La Permacultura es una filosofía de trabajar con la naturaleza, más que contra de ella. Es una nueva tendencia de producción agrícola que engloba la aplicación de éticas y principios de diseño universales en planificación, desarrollo, mantenimiento, organización y la preservación de hábitats aptos para sostener la vida en el futuro. La generación de “bosques comestibles” es ya una realidad de la “Permacultura”.

Lamentablemente, hay varios países y gobiernos locales que van en sentido contrario, impulsando aún más el nivel de mecanización agrícola mediante compras consolidadas y distribución de cosechadoras mecánicas y tractores.

Aún recuerdo el dantesco desfile de tractores en Chiapas cuando el gobierno estatal anterior, a costillas de los contribuyentes, regaló prácticamente miles y miles de máquinas para el campo. En materia de productividad agrícola no ha existido ningún incremento. Todo sigue igual.

Pero la verdad, ya lo decía Albert Einstein “si quieres resultados distintos, no hagas lo mismo”.

Claro, si quieres que nada cambie, que todo siga igual, pues a darle más fuerte al gasto de recursos en propaganda y control de votantes. También es primordial que no muevas a tu secretario agrícola, sobre todo, si es la persona más adecuada para cumplir con tus objetivos.

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