Guillermo Robles Ramírez

Padres protectores

Por Guillermo Robles Ramírez

Sin estar añorando el pasado, pero muchas veces es bueno comparar, aunque hay quienes opinan lo contrario en lo personal considero que es bueno, ya que es una manera de estar analizando parte de nuestra historia con grandes o pequeños sucesos para evitar que se repitan.

Por algo se dice que quienes no conocen su historia están condenados a repetirla, no se refiere exactamente a la ciencia de historia, sino también a lo cotidiano ya que la experiencia es precisamente eso, es decir, cosas buenas o malas.

Los jóvenes podrán decir, que ahí va la misma cantaleta, pero algún día ellos también serán viejos y dirán lo mismo: “eran mejor los tiempos de antes que los de ahora”.

El rechazo de los viejos es muy natural ante esta expresión porque es la manera de rechazar la realidad del presente y con un simple cerrar de ojos se anhela el retroceso de los viejos tiempos.

Como en cada época existen cosas bonitas y agradables, así también la paz y tranquilidad en la que se ha vivido en aquel tiempo. Los conceptos de la actualidad tienen su peso hasta en el modo de vivir, porque el decir que vivir en tal colonia o fraccionamiento en la actualidad es una mayor seguridad, cuando antes no existía tal cosa sino simplemente uno se sentía identificado en la ubicación o barrio que se tenía viviendo teniendo una vida plena, placentera y llevadora. Tal vez había menos personas que robaban, aunque este acto ilícito ha existido históricamente desde el comienzo del ser humano.

También no se diga el respeto hacia los mayores, y que esperanza que los padres se convirtieran en protectores y creando malas conductas a los hijos. Estos jóvenes mal portados siempre sacan lo mejor de su educación y falta de identidad cuando tienen una ingesta demás de bebidas alcohólicas.

Tanto varones, como mujeres adolescentes son detenidos por alguna autoridad es cuando sale la educación protectora que le han dado sus padres y madres en sus hogares sintiéndose siempre por encima de la ley e insultando a los agentes con frases tan conocidas: “no sabes con quien te metes”, “¿sabes de quien soy hijo(a)?”, “soy gente influyente”, “pero mañana te quedas sin chamba”, “me la pelas”.

La misma situación sucede y no necesariamente estando intoxicado con alguna bebida etílica sino en sus cinco sentidos que ocasionan un accidente vehicular y sin tener el menor respeto sino la pura enseñanza que le han dado estos padres irresponsables y protectores hacen todo lo contario. Nunca quieren reconocer que han tenido la culpa en los casos que lo tienen que casi siempre la tienen, pero también en lugar de ayudar a la persona o preguntar si se encuentra bien, se les descose la lengua como verduleros ofendiendo a los accidentados sin importarles si se trata de una persona de la tercera edad o si se encuentra embarazada y todavía terminan amenazados para demandarlos por cualquier estupidez y sin fundamento legal.

Pero las cosas no acaban ahí ya que pobre de la persona que pretenda callarlos porque ahí es cuando sale el padre o madre y en ocasiones hasta ambos a defender a su pollito chiquito e indefenso hijo para que no le digan nada al principito y su princesita, porque se consideran de la realeza del influyentísimo algo que no se ha podido combatir.

Algo que tiempos de antes eran inadmisible este tipo de comportamientos y en aquellos casos en donde existía influyentísimos siempre se manejaba de manera discreta pero también solamente se usaba para en casos de emergencia y no para demostrar ante la sociedad que se tenía amistades poderosas dentro del gobierno.

(Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018) www.intersip.org