No tienen perdón

Por Guillermo Robles Ramírez
La crisis económica en general ha pegado a los diversos y variados ramos de comercio a excepción de los llamados giros grises o negros, al menos es lo que aseveran quienes conocen de estos movimientos, aunque advierten que al menos son a los que no ha afectado y lastimado los tiempos difíciles que se viven.

Por una u otra causa, podrá haber escasez económica, pero en general no falta para la diversión, pachanga y consumir y divertirse en los antros como son discotecas, antros, bares o cantinas, expendios de cerveza, vinos y licores, pues lo menos que se hace son las tradicionales carnes asadas con el consiguiente consumo de bebidas embriagantes, es decir, con alcohol, no faltan ni fallan.

Por esta razón, llama extraordinariamente la atención que en algunos o la mayor parte de los municipios de Coahuila, haya adeudos importantes y millonarios por parte de las principales empresas cerveceras que surten a esos negocios grises o negros.

Anualmente, esos ramos mercantiles tienen que pagar los refrendos y ratificaciones de los permisos para el consumo de las bebidas etílicas que en elevadas cantidades venden a restaurantes, bares, expendios, etc.

Es decir, el constante flujo económico que tienen las fábricas de cerveza ubicadas, al menos las que surten a Coahuila, en la ciudad de Monterrey, con o sin crisis cuentan con recuerdos como para que atrasen, demoren o se resistan a cumplir puntualmente con lo correspondiente a refrendos o renovación de las licencias.

Son nulos los alcaldes que llegan a reconocerlo públicamente o ante los medios de comunicación, aquellas cerveceras que adeudan a sus ayuntamientos no miles sino millones de pesos por concepto de pago de renovación y refrendo de los permisos que otorgan las autoridades locales para surtir de cerveza a los giros negros y grises.

Que por las circunstancias actuales los adeudos provengan de otros giros, como son las renovaciones de las concesiones de placas de servicio público urbano, del impuesto predial u otro concepto, pueden ser perdonables porque la gente generalmente puede fallar en esos pagos. Pero honestamente en comprar la cerveza o bebida alcohólica jamás.

Lo que consecuentemente indica que las cerveceras no han sido lastimadas por la falta de dinero como para no cumplir con esa obligación en tiempo y forma, teniendo que ser necesario que la o las autoridades locales tengan que estar amenazando con clausurar cuanto antro no tenga renovado o refrendando su permiso.

Eso, por parte de las empresas cerveceras, no tiene perdón de Dios, pero si por alguna razón no es entendible la frase, a eso en cualquier parte se le llama mezquindad y abuso, probablemente de una buena fe de determinada autoridad municipal y lo peor que a esa autoridad se le vea la cara.

Es injustificable e incorrecto que en esta época en que la mayor parte de los Ayuntamientos andan de pena en pena buscando préstamos o que las autoridades estatales les resuelvan su situación económica, haya municipios a quienes las fábricas de cerveza les regateen o bien les den largas al pago de una obligación que debieron haber hecho desde hace ya siete u ocho meses, pues generalmente son obligaciones fiscales que deben ponerse al corriente tan pronto inicia el año.

Reiteramos que no tienen perdón de Dios, que se hagan los disimulados para aprovechar la terminación de una administración y ver la posibilidad de regatear y no pagar el refrendo de los tan mencionados permisos o licencias. Pero, en fin, por algo se dice que “no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre”. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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