Guillermo Robles

No se trata del partido sino del “pelao”

Por Guillermo Robles Ramírez

            Hace cuatro años atrás, es decir, en el 2016 en la ciudad de Saltillo, el crimen organizado empezaba a disminuir. Sin embargo, el robo a domicilio fue en aumento, rebasando la capacidad de la policía municipal a poder detener y combatir a las ratas de dos patas que fueron sofisticando sus métodos para despojar a los saltillenses de sus bienes.

            Estos amantes de lo ajeno hicieron su agosto durante el periodo de la Administración municipal de Isidro López Villarreal, cuando el Partido Acción Nacional estuvo al frente de los saltillenses. Saltillo vivió su decadencia en el tema de seguridad, así como Torreón lo vivió cuando el entonces alcalde Eduardo Olmos Castro con el Partido Revolucionario Institucional, y dada la mala seguridad de aquella cabecera municipal lo llegaron a conocer en algunos medios de comunicación como “El alcalde de la muerte”, un apodo que en lo personal es poco agradable.

            Lo anterior es solo una referencia en que no se trata del partido político para asegurar un buen mandatario, ya que, en el caso del municipio de Torreón, le siguió como alcalde del mismo partido político, el Ing. Miguel Ángel Riquelme Solís; el actual gobernador de Coahuila, que siendo alcalde logró erradicar el crimen organizado de aquel municipio, así como el tema de la seguridad de los delitos del crimen común.

            Saltillo tampoco se quedó atrás ya que posterior a López Villarreal, el actual acalde de la capital de Saltillo, es decir, el Ing. Manolo Jiménez Salinas, a sus tres años cumplidos como mandatario de Saltillo, ha logrado mantener esa cabecera municipal  por 12 trimestres consecutivos entre las 10 ciudades más seguras de México, según resultados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, mejor conocido como el INEGI, siendo esta a la vez el organismo más preciso y veracidad mejor que muchas agencias estadísticas particulares o privadas del país.

            Durante la Administración de Manolo Jiménez Salinas, en el tema de seguridad ha mantenido los parámetros de la Secretaría de Seguridad Pública, en contar con 1.3 elementos de policía por cada mil habitantes.

            Pero ese lugar privilegiado de los saltillenses no es obra de la casualidad, sino que se requiere iniciativa y voluntad de quien está al frente de un municipio o bien de un gobierno estatal, ya que así como le demostró Riquelme Solís, cuando fue alcalde, ahora como gobernador su compromiso de mantener seguro y en paz a la Entidad; Coahuila, destaca a nivel nacional en materia de seguridad destinando tan solo en ese rubro el año anterior más de 1 mil 400 millones de pesos y sin estar esperando a que el gobierno federal etiquete los recursos.

            Manolo Jiménez Salinas, ha sabido aprovechar el interés de un gobernador que vela por la seguridad de los coahuilenses, y que al mismo tiempo encontró la sinergia con el gobierno estatal para invertir muchas horas de planeación y trabajo al tema de seguridad y con ayuda de Riquelme Solís, ha dado a los elementos de seguridad pública herramientas importantes para poder desempeñar sus funciones.

            Ya que sería absurdo aumentar el número de elementos de seguridad pública, sin que estos elementos tengan el uniforme, y herramientas necesarias para poder desempeñar una buena función.  Algo tan básico como armamento, así como municiones y traslado para poder llegar a los puntos críticos de la ciudad en el menor tiempo posible, haciendo de ello el éxito de la buena seguridad.

            Recuerdo hace 27 años atrás cuando la policía solo tenía cinco balas otorgadas por el mismo Departamento, eran responsables del maltrato causado de los vehículos de seguridad pública cuando entraban a una colonia conflictiva o el resultado de pandillerismo, siendo los mismos elementos de seguridad que al momento de desempeñar sus funciones tenían que cuidar las unidades porque de lo contrario los  daños causados eran responsabilidad del mismo agente teniéndolo que pagar de su bolsillo toda reparación. Esto hacía que la misma policía evitara salir a las calles resguardando aquellas unidades, así como el cuidar el parque de sus armas de fuego ya que ni siquiera tenían derecho a practicar con las armas para mejorar su puntería.

            El Alcalde saltillense, Jiménez Salinas; rompió tabúes y logró formar un nuevo modelo de seguridad contando con policías especializadas que pasaron de 99 patrullas a más de 200; de 400 a casi 900 armas mejorando uniformes y próximo a estrenar la nueva Academia de Policía.

            Algo que también es un modelo, a seguir a nivel nacional y que antes no se había intentado es que Saltillo, cuenta con una participación ciudadana en donde existe una corresponsabilidad en el tema de seguridad, es decir, la sociedad también se ha convertido en los ojos y vigilantes de la ciudad, con su aplicación y comité ciudadano. Un ejemplo de que el partido no hace a los mandatarios sino está en las ganas de servir a la gente; pero con resultados y no con puras promesas. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

Deja un comentario