La población de los países desarrollados está envejeciendo rápidamente, y el mundo en desarrollo está a sólo unas pocas décadas atrás. Se espera que la proporción de la población de 65 y más años se triplique en los países menos desarrollados en los próximos años.

Según datos de la oficina de Censo de Estados Unidos publicó a inicio de esta semana información que hace pensar que para el año 2050, el 17 por ciento de los habitantes del planeta tendrán más de los 65 años, representado actualmente como 8.5 por ciento.

Tal parece que aquellas campañas incluyendo la de nuestro país “la familia pequeña vive mejor”, le suena familiar se puede considerar como todo un éxito en la concientización de la población y así como ésta en el mundo hay otras e inclusive mitos y leyendas de países como China y Japón en donde se premiaban o castigaban dependiendo del número de hijos que se tuviera por hogar. En la actualidad solo por mencionar Japón tiene la población más envejecida, con más de 22 por ciento de su población de 65 y más años.

Y si no fueron las campañas publicitarias o las medidas de algunas naciones tampoco se podría descartar la difícil situación económica enfrentada mundialmente en donde cada vez se agudiza, siendo otro de los motivos por los cuales muchos hogares al no tener la capacidad de poder mantener una familia numerosa optaron por tener una familia chica.

El envejecimiento de la población puede ser visto para algunas organizaciones e inclusive autoridades como todo un éxito en la historia de la humanidad. Pero nunca previeron problemas que trae consigo, puesto que era una meta vista desde muy lejos y poco probable de lograr. Problemas en la familia, en la comunidad y nivel nación, sin ponerle bandera alguna, simplemente cualquiera que sea el caso.

La tendencia hacia el deterioro de la salud, implica el aumento en la demanda de atención para este sector de la población de la tercera edad. El hecho de que las mujeres viven más que los hombres conduce a una mayor proporción de mujeres en estos sectores de riesgo. A nivel mundial, las mujeres representan el 55 por ciento de la población mayor de 60 años y más. Entre los muy ancianos, es decir, 80 años y más, las mujeres son casi el doble que el de hombres.

Ahora bien, otro de los lados negativos en la sobrepoblación de las personas de la tercera edad dentro de cualquier sociedad es su impacto directo en el mercado de trabajo y sobre todo en nuestro país que la edad para jubilación por vejez es a los 65 años.

Bajo este contexto el impacto será insostenible directamente para aquellas instituciones regidas bajo el sistema de pensiones, tanto público, así como aquellas privadas, es decir, haber comprado un seguro particular, que afecta a su vez las decisiones tomadas por los trabajadores de más edad para retirarse o permanecer en el mercado. Esto también se resume en que hay cada vez menos personas en ese grupo de edad productiva en condiciones de proporcionar apoyo y protección para las personas mayores que pasan los años.

Ahora bien, para los gobiernos los incrementos del gasto público en salud se ven absorbidas en una gran parte de los presupuestos gubernamentales porque estos representan hasta un 50 por ciento del gasto para mantener la salud de las personas de la tercera edad.

Tanto instituciones privadas, mundiales y gobiernos quieren ver como un fenómeno el envejecimiento de la población como un problema conocido como “transición sanitaria” que se está desarrollando en todo el mundo, aunque a diferentes velocidades y formas diferentes. Pero lo peor de todo con una gran indiferencia, pero sí preocupados en donde la culpa no es de nadie o mejor dicho nadie quiere hacerse responsable.

Un tema del que ningún gobierno quiere hablar ni siquiera aquellas consideradas como potencias mundiales causando una gran preocupación en los sistemas de seguridad social y salud, pero el verdadero problema a enfrentar es que cada vez es mayor el número de personas que alcanzan la edad de jubilación en comparación con el número de trabajadores activos.