“Mono ve, mono hace”

Hay un dicho americano que dice “mono ve, mono hace”, y como siempre se ha afirmado que tanto los simios como los humanos comparten un ancestro en común que llevamos en nuestros genes prehistórico. Mencionado lo anterior le damos una afirmación con el actuar de nuestros funcionarios públicos.

No existe partido alguno que dentro de sus militantes que pueda presumir de total honestidad y honorabilidad una vez que ha entrado al sistema político del país. Se ha hecho costumbre que durante las campañas a cuando van a ser electos aplican el prometer no empobrece a nadie.

Pero una vez ya sentados en el poder van imitando lo que sus antecesores homólogos han venido haciendo durante años y que siempre sale a la perfección: robar.

Antes el arte de robar se hacía de manera discreta de tal manera que cuando terminaran su cargo político simulara que así como entraron con una mano por delante y otra por atrás, así mismo salen, además dizque con la frente en alto.

Sin embargo, en la actualidad se ha convertido la política en un medio no solo para beneficio propio de buscar su enriquecimiento y poder, sino también con el cuento de que nuestras autoridades locales, estatales y federales nunca pueden hacer nada al respecto en el tema de la inmunidad que es lo que prevalece ante políticos delincuentes.

Ejemplos hay muchos en cada entidad y la nuestra no podía ser la excepción en donde lamentablemente Coahuila fue motivo de noticias a nivel nacional y no precisamente por buena economía o desempeño sino todo lo contrario al termino de la administración pasada, pero mientras no se encuentren culpables jurídicamente, todo lo que se diga son presunciones.

Pero sin remontarnos tanto y sin tener un gran puesto político tenemos el más reciente caso con el regidor de Arteaga, José Arcadio González Peña, quien a pesar de habérsele hecho cargos por el robo de más de una tonelada de cable de cobre propiedad de Teléfonos de México, salió libre bajo el supuesto fuero que goza.

Otro que ni siquiera ha llegado a la mitad de su administración como alcalde coahuilense, es el edil de Monclova, Gerardo García Castillo y ya fue denunciado ante la Procuraduría General de la República, por el delito de enriquecimiento ilícito al acumular en un año y nueve meses y medio de su gestión, viviendas y vehículos por más de 10 millones de pesos que ni con su sueldo sumando su dieta mensual de 34 mil pesos, los números nada más no cuadran.

Pero como siempre sucede en éste país incorruptible, saldrá impune y obviamente con un buen abogado o como otros lo han venido haciendo que contratan despachos jurídicos reconocidos con el erario de las mismas instituciones y simplemente le dan su maquillada en esas páginas de Internet donde se presume mucho de la transparencia.

Los funcionarios públicos no tienen la culpa ya que su mejor ejemplo a seguir salió desde el escandaloso caso de la “casa blanca”, en donde el Ejecutivo fue juez y parte para evitar conflictos dejando el camino limpio ya que en nuestro país nadie es culpable hasta que se pruebe lo contrario o lo que el poder político indique como el mejor verdugo sin juicio.

Es por eso que mientras prevalezca la impunidad a servidores públicos y aquellos que gozan de su mejor escudo constitucional que es el fuero, seguirá siendo el chaleco antibalas contra cualquier delito, y aquellos quienes no lo tienen siempre encuentran una manera para salirse con la suya, porque solamente imitan lo que los otros hacen como el “mono ve, mono hace” o “monkey see, monkey do”. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org