
Medalla sin gloria
Por Guillermo Robles Ramírez
No hay duda alguna que aquellas entidades federativas que se encuentran al norte de México y sobre todo aquellas que colindan con nuestro vecino del Tío Sam, es decir, los Estados Unidos; son más propensos a ser influenciados en usos y costumbres entre ambas nacionalidades.
Pero no solamente existe esta fusión sociocultural sino también en productos y servicios. Aunque no todo lo que funcione allá con los gringos son aplicables en nuestro país o viceversa.
Estamos muy acostumbrados a normalizar las cosas ya sea porque se viaja mucho, o porque se ve en películas, reportajes o documentales, el uso de patines y scooter eléctricos como medio de transporte en las calles de muchas ciudades estadounidenses principalmente como lo es en New York, Filadelfia, Dallas, Chicago, Houston entre otras ciudades grandes. Y ahora hay que agregarle a la última novedad de las maletas motorizadas conocidas como las “Modobag”.
Sin embargo, por muy útiles que sean muchos de estos medios de movilidad ya sea como medio de entretenimiento, deporte o una manera de aportar a favor de la ecología para no contaminar; lo cierto es que la tecnología ha rebasado la legislación de tránsito de muchos de estos medios de transporte.
Es más frecuente de lo que se imaginan la colisión de estas bicicletas, scooter, patines, entre otros que funcionan con motores eléctricos. Existen muchos videos en redes sociales cuando son captados cada vez que se impactan entre ellos, e incluso con vehículos particulares y bicicletas tradicionales, es decir, sin motor.
Alguna vez presencié un choque entre una e-bike (bicicleta eléctrica) y una bicicleta de carreras, en un viaje de placer recientemente con mi familia cuando nos encontrábamos paseando en el Central Park de Manhattan, en la ciudad de Nueva York, a lo que nos quedamos pasmados, es decir, boquiabierto ante algo que nunca nos imaginamos que pudiera suceder porque si fue aparatoso para medios de transporte tan pequeños. A lo que como todo buen mexicano le encuentras el lado bromista y la carrilla divertida a lo cual le pregunté a mi familia: ¿en este tipo de accidentes vendrá la patrulla o transito?; ¿harán un croquis del accidente?; ¿llegará la aseguradora de la bicicleta sin motor y la aseguradora de la e-bike?
Y mientras continuamos turisteando en las calles de Filadelfia sucedió algo similar pero ahora se trató de un patín eléctrico contra un carro que ninguno de los dos respetó la señalización, algo que es muy frecuente en esa ciudad porque proliferan la renta de monopatín y patinete eléctricos.
En ambas situaciones se solucionaron de manera agresiva verbal y física en donde utilizan los patinetes o monopatín eléctricos como herramienta de escudo y a su vez un instrumento para atacar a su oponente o con quien chocó independientemente de quien tuviera la culpa, algo que no duró no mayor de diez minutos y cada uno continuo su recorrido. No llegó ninguna patrulla, tampoco las compañías aseguradoras.
Estas dos anécdotas vinieron a mi recuerdo tan pronto leí la iniciativa de una diputada local, al proponer un punto de acuerdo para crear una iniciativa de ley para regular el tránsito vial de quienes utilizan en Coahuila, patines, scooter, monopatín, patinetes autopropulsados por un motor eléctrico. Algo que por cierto hay que reconocer que sí tiene toda la razón en que se debe de regular dentro de la Ley de Tránsito y Movilidad de Coahuila.
También es cierto que se tiene que definir las zonas en donde se puede transitar, así como las medidas de seguridad para quienes utilicen éste medio de transporte o la edad mínima o máxima del conductor o conductora, si los menores de edad estarán permitidos utilizarlo en las calles o avenidas principales o en los parques o plazas en donde existen muchas familias que pasean o ejercitan.
En caso de realizarse dicha regulación para este tipo de movilidad en Coahuila, no solamente es algo muy positivo y pensado con las mejores intenciones, aunque sin ser un aguafiestas o negativo, pero si muy apegado a la realidad de lo que se vive en nuestra entidad o al menos en la ciudad de Saltillo. Seguramente esta nueva regulación una vez que se publique quedará como muchas leyes y reglamentos en el olvido pasando a ser letra muerta para las autoridades locales y más en específico para los agentes de tránsito de la capital coahuilense.
Una medalla sin gloria por la sencilla razón y sentido común que actualmente en Saltillo, está rebasado el número de unidades de transporte de particulares, y público (camiones y taxis), así como el exceso de transporte de personal industrial. No hay suficientes unidades y personal por parte de Policía de Tránsito para hacer respetar la mínima señalización como el límite de velocidad; cada quien maneja como si fuera autopista, no hay respeto a los semáforos ya que son cientos de carros que se pasan el indicador color amarillo y cuando enciende el rojo todavía continúan pasándose hasta el grado de quedarse en medio de un cruce sin dejar pasar a quienes les corresponde su señalización verde, causando todo un caos vial: ¿Y los agentes de tránsito en dónde están?
En la capital de Coahuila los conductores tampoco respetan las viejas y nuevas ballenas, así como los topes de contención para evitar el cruce de carriles. Mucho menos se respeta la distancia entre vehículos, así como los gandallas que no les importa chocar con tal de no formarse en la fila y se meten con maniobras imprudentes e irresponsables.
Y reitero, en ninguna de las situaciones mencionadas anteriormente se observan agentes de tránsito durante el día, aunque solamente se ponen operativos en dos o tres puntos entre las 5:30 y 7:00 pm pero durante el resto del día resulta para cada conductor que respeta el Reglamento de Tránsito, una odisea llena de peligro y haciéndole plegarias a su santo preferido para que no lo choquen o ser víctima colateral de las imprudencias de los conductores.
Simplemente no hay suficientes agentes de tránsito, así como aquellos poquitos que se logran ver son la burla de los mismos conductores al faltarles el respeto a ellos, al reglamento y los agentes en no hacerse respetar. Así como los pocos que se ven están ocupados precisamente atendiendo algún choque y haciendo el famoso croquis del accidente.
Ya no se diga si cada conductor tiene licencia de conducir vigente, tarjeta de circulación vigente o placas, simplemente no existe suficiente elemento de seguridad para atender una demanda vehicular que rebasa la capacidad de las vías “rápidas”, como son los distribuidores viales y puentes de la ciudad capital de Coahuila. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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