Los insaciables

Por Guillermo Robles Ramírez

Cada vez están más insoportables, sobre todo, tratándose de cobrar servicios, aunque en otros renglones se sirven con la cuchara grande. ¿Será porque cuentan y tienen toda la impunidad del gobierno federal, pues jerarcas de la política y esfera gubernamental, son consejeros de sus negocios?.

Cada año aumentan el cobro desmedido e insaciable de sus servicios, aunque eso de sus servicios está por verse, pues sus cobros los hacen efectivos, se dé o no el servicio, pero, insistimos, nada de que el gobierno los someta a orden y ponga alto a todos sus abusos.

Los insaciables, desde hace décadas se han convertido en intocables y en seres con toda la impunidad y podemos llenar cuartillas más cuartillas para relatar hechos realmente inconcebibles de clientes (víctimas que se “quedan de a seis”), cuando en sus estados de cuenta mensuales se percatan de que se les rebajó o descontó de sus herramientas bancarias ya sea cuenta de débito, ahorro, tarjeta de crédito entre otros más, tal o cual cantidad por razones y motivos que además de infantiles e inverosímil, son ridículas.

Al calificarlos de insaciables me refiero a los banqueros, a los que justo o injusto, pero la verdad es que la fama la han ganado, por cierto, bien ganada, ya que para llenar sus arcas con más dinero, cobran a diestra y siniestra, sin fijarse si son correctas o no las aplicaciones.

Por mencionar y citar algunos botones o ejemplos como muestra de lo insaciable para cobrar a su arbitrio sus servicios, hay penalizaciones o, castigos como los quieran llamar, para el caso es lo mismo, dizque por sobregiros cuando que el cheque presentado en ventanilla, ahí mismo fue devuelto o “rebotado” y la pregunta que se hacen los clientes-víctimas, es, “¿por qué me cobras, por un dinero que nunca me diste, más solo me sellaste un cheque que no se completó la cantidad por la que se realizó el cheque”.

Un dinero que el banco ni siquiera entregó, pero sí lo cobra como si realmente la institución bancaria hubiera entregado un dinero ajeno, o mejor dicho, perteneciente al banco.

Es muy común, pero no por ello significa que esté correcto o al menos justo que los bancos cobren una penalización por sobregiro cuando ni siquiera entregan el dinero como para justificar que la institución bancaria entregó dinero de más, o bien, aquellos cheques que son retenidos y penalizados porque la firma no está exactamente igual a la que le aparece en la pantalla digitalizada a las personas que laboran en las ventanillas, aunque carecen de un certificado o título que los haga peritos en firmas para atribuirse esa autoridad para decidir si la firma está igual o le faltó un pequeñísimo rasgo a la que tienen en su pantalla.

No es que los cuentahabientes se dan cuenta de estos cobros hasta que llega el estado de cuenta, o bien, lo bajan de la plataforma de internet que tiene el banco, cuando esas penalizaciones están muy por encima de lo que marca la CONDUSEF, y no siendo suficiente con ello todavía cobran el IVA, del interés sobre interés y otros rubros financieros que ni siquiera muchos de los mismos funcionarios bancarios ni siquiera saben interpretarlos o no tienen conocimiento de qué se tratan.

Aunque la misma Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros en su última “actualización” que fue el 1 de marzo de 2015, solo hacen referencia de que “puedes pagar 900 pesos de penalización por cheque devuelto”, es decir, realmente no está regulado porque tampoco está prohibido o que tenga una tabulación reglamentada. Al menos en su página oficial de https://www.gob.mx/condusef/prensa/sabes-cuanto-te-cobra-tu-banco-por-emision-de-cheque-adicional-y-cual-es-la-comision-por-sobregiro no viene especificado si está regulado o no, solo es un informativo de cuánto cobran algunas instituciones bancarias.

En ese tenor andan muchas de las quejas de las víctimas, además en el caso de que cuando el banco se equivoca y un depósito lo mandan a otro número de cuenta que no es el correcto, ponen demasiados requisitos para corregir un error de ellos mismos, lo que es incongruente.

Total, que son los clientes del banco o sea de los insaciables los que siempre andan pagando los platos rotos, ocurriendo con mayor frecuencia y debido a la modernidad las tarjetas de crédito ya sean físicas o digitales, que sufren las penas de Caín, cada vez que se pierden o les roban una tarjeta, y la cosa se pone peor con al cuentahabiente le roban su identidad. Y, aun así, cuando los clientes de los bancos hacen todo el procedimiento solicitado, como puede ser el caso de algunos que se les pide la denuncia ante el Ministerio Público, los bancos entran en un estado de lentitud para aclarar los cargos, pero por lo pronto se llega la fecha límite de pago y hay que pagar porque así lo dicen ellos.

Para que lo sepan los cuentahabientes de tarjetas de crédito, porque de esto los bancos no informan, todos quienes cuentan con una tarjeta de crédito, gozan de un seguro contra robos, es decir, denunciando el robo formalmente, tienen el derecho de que se les reintegre lo que los malandros sacaron con cargo a sus cuentas de plástico.

Eso y otras cosas más a las que tienen derecho y beneficio los cuentahabientes, son de lo que los bancos desearían y hacen lo imposible porque así sea, no informan, por esa razón, siempre hay que pedir información y acudir ante las autoridades respectivas para que los insaciables no sigan haciéndose más ricos con costo ajeno. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023). www.intersip.org

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