Amenazas, extorsión y un cúmulo de corrupción se vive en el Distrito Federal o la Ciudad de México como mejor les plazca llamarla, yo ya no sé cuál es su nombre.

En días recientes el delegado en Cuauhtémoc, el Doctor Ricardo Monreal Ávila, denuncio un sinfín de triquiñuelas y corruptelas al interior de dicha demarcación, así como la delegada de Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez Ruiz se pronunció en contra de los tradicionales moches.

Estos no son los principales problemas a tratar, sino el meollo del asunto ¿quiénes son los culpables? y ¿quiénes pagaran por esto?

Una gran ola mediática, un tsunami informativo viviremos en los diferentes medios de comunicación los próximos días. ¡Claro! Sin respuesta de las autoridades quienes protegen a los exdelegados de Cuauhtémoc Alejandro Fernández “El Potrillo” y Víctor Hugo Romo por Miguel Hidalgo.

Estas declaraciones nos dicen a todos aquellos con más de dos dedos de frente, que los delegados salientes son parte medular de la corrupción que se vivió o se vive en dichas demarcaciones; ¿y las autoridades competentes? ¿dónde está el jefe de gobierno?

Ahora recordaremos que esos delegados tramposos y mafiosos al servicio de sus intereses personales y de algunos grupos de facto, sirvieron fielmente al jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera (La Mancera Rosa, como le llaman en algunas salas de prensa) mientras duró la gestión de estos vivales el mandatario local se sintió cobijado y apoyado.

El jefe de gobierno representa la más clara evolución de una especie política de izquierda dinosáurica, inservible y anárquica.

Los tiempos más oscuros y tenebrosos están por venir y esperemos que tanto los nuevos delegados como las autoridades de la capital tomen cartas en el asunto y no lo dejen en una simple caja china como distractor temporal.

La violencia ha estado presente durante de la gestión del jefe Mancera, secuestros, asesinatos, los ejemplos sobran: El pasaje oscuro del Ajusco, el multihomicidio de la Narvarte, extorsiones a comerciantes, descuartizados en Azcapotzalco, venta ilegal de combustible, ahora en las últimas horas un colgado en Iztapalapa, un quemado en un tambo, un balaceado con mensaje, tiroteo a cuatro jóvenes y para cerrar con broche de oro, atacan las instalaciones del periódico el Día en la capital, todos estos “hechos” con los más claros tintes del crimen organizado, llámese acciones del narco.

Era de esperarse una reunión urgente con sus más cercanos lugartenientes y ya al calor de los intoxicantes y la química extra peligrosa, se les ocurrió como siempre ¡la gran idea! y negocio: colocar 700 cámaras de vigilancia en la zona de Iztapalapa, con esto, contarían con más de dos mil cámaras en la delegación, así lograrían, según ellos contener el incremento en delitos.

El procurador Ríos Garza fiel como siempre y haciéndole segunda a su jefe directo afirmó, no existe en la ciudad crimen organizado y estos son hechos aislados, los cuales no quedaran impunes y la ciudadanía puede confiar en sus instituciones.

Pronto veremos los resultados del clásico “La Tira” vs “La Maña” el cual como siempre se cargará en favor de los segundos con un marcador abultado de 5-0 como mínimo, y eso que no es base ball, por cierto deporte que esta próximo al clásico de otoño, con su primer bate AMLO.

Me gustaría recomendarle al jefe de gobierno y su brillante gabinete, se dejen de disque grandes soluciones y ataquen de manera frontal el problema, con golpes de precisión y, si el enigma está en el reclusorio y es una disputa menor, logren armar el rompecabezas no con aspirinas. Es sabido por el pueblo de México que una cámara y gps incluido en una celda, no es un obstáculo.