LA COLUMNA DE INDEPENDENCIA, URGE OTRA REFORMA EDUCATIVA
A unos cuantos días de la bufonada legislativa que, entre otras cosas, permite la extranjerización de los recursos energéticos mexicanos, facilita la persecución fiscal de los causantes cautivos, autoriza las represalias bancarias en contra de sus deudores, impide la libre expresión de las protestas ciudadanas, autoriza la reelección de funcionarios y modifica las relaciones laborales entre maestros y gobierno, conviene reflexionar sobre las nuevas condiciones que enfrentará la sociedad en su conjunto.
La mal llamada reforma educativa, por ejemplo, solamente atiende a los aspectos laborales del magisterio y no a la preparación de niños y jóvenes para alejar a nuestro país de los últimos lugares que en el escalafón mundial le asigna la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), paradójicamente presidida por el neoliberal mexicano José Ángel Gurría.
La divulgación masiva de las novedades tecnológicas, especialmente en lo relacionado con la comunicación electrónica, produce la falsa impresión de que las nuevas generaciones están mejor preparadas para la competencia profesional. Espejismo fatal que desaparece ante la realidad de más de siete millones de “ninis” que no tienen cabida en el sistema escolar ni en el mercado de trabajo. El hecho de que niños y jóvenes aprendan a manejar herramientas de computación, y dediquen su tiempo a platicar y bromear en las redes sociales, no debe ser considerado como una alternativa al estudio sistemático de las ciencias, las humanidades y las artes. Es evidente la creciente pérdida de vocabulario y sus perniciosos efectos en comprensión de la lectura y en la comunicación verbal.
Por eso, en relación con las reformas perversa y vergonzosamente negociadas por los falsos representantes populares que integran el Congreso de la Unión, la población debe buscar alternativas que amortigüen los daños en un plazo fatalmente corto. Esperar a que diputados y senadores corrijan el rumbo y atiendan eficaz y patrióticamente a los conceptos de libertad, soberanía y justicia social, resultaría un autoengaño letal.
La sabiduría popular ha comprendido el tamaño de la traición y reacciona no solamente con manifestaciones públicas de repudio a la imposición, sino con acciones concretas de cambio. Empiezan a proliferar modelos de interacción como ocurre en la escuela Cervantes Imaz del populoso Mixcoac en el Distrito Federal. Allí, maestros, alumnos y padres de familia desarrollan sesiones de lectura, torneos deportivos y actividades artísticas, con resultados que superan con mucho las expectativas de los programas impuestos por la burocracia educativa. Maestros como Karla Naranjo y alumnos como Ariadna Jocelyn, Cosette y Mariana son un ejemplo a seguir.
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