Impedimento para realizar bien su trabajo

Por Guillermo Robles Ramírez

Tanto en películas estadounidenses, así mismo con en reality shows, redes sociales, pero más en especial en YouTube, se muestran videos de la manera de cómo operan éstos elementos de seguridad para aprender a maleantes o detener a conductores ebrios, y siempre salen estos policías en condiciones físicas óptimas.

Muchos policías en nuestro país, sobre todo en el cuerpo policiaco municipal o local, después de cierto tiempo salidos de la academia, empiezan a engordar; subiendo muchos kilitos demás quedando en condiciones no muy buenas para desarrollar las actividades encomendadas. A cierto punto es considerado como una falta de respeto tanto para la ciudadanía como también la imagen que se tiene como autoridad y lo mismo sucede para aquellos que han brindado su servicio durante muchos años, llegando así a una edad avanzada, teniendo la misma limitación para poder atrapar a un ratero o un acto ilícito en donde se requiere de agilidad y peripecias físicas.

Para mucha gente el que un policía esté excedido de peso y no pueda alcanzar a un ladrón, es una situación como una falta de respeto y burla para los ladrones porque es muy fácil escapar de la ley saliéndose con la suya.

Seguramente hay quienes tienen otra óptica considerando que no se les debe de discriminar a los corporativos policiacos, a los “gorditos y viejitos”, viendo injusto las nuevas disposiciones de acreditación para el cuerpo que resguarda la seguridad de la ciudad.

La perspectiva para esos ciudadanos tiene mucha sensibilidad humana al considerarlo un motivo de discriminación, pero también como todo; hay necesidad de actualizarnos y modernizarnos no solo técnicamente, sino también en un buen personal que cuente con buena condición física para poder tener un buen desempeño en cualquier actividad laboral.

Por mencionar el caso de un médico cirujano  que durante su edad productiva logró tener un gran reconocimiento dentro de su ámbito, al pasar el tiempo tiene que llegar a una edad en donde sus funciones motoras se hacen torpes, propias por la edad, por mucha trayectoria buena que tenga es mucho riesgo que un paciente cediera someterse a una operación cuando el médico o cirujano ya no cuenta con un pulso correcto, es decir, que no le tiemble la mano.

Noble la defensa para la gente que considera de no discriminar tanto a los policías gorditos o de la tercera edad, pero también hay que ser realistas que la depuración en  la policía es por el bien de los ciudadanos, y también aquellos que se dejaron engordar es responsabilidad de ellos mismos por mantener un trabajo a sabiendas de que los requisitos para la permanencia de su servicio requiere tener una actividad física.

No es lo mismo para aquellos funcionarios que hacen trabajos administrativos que sí pueden estar gordos, siendo irrelevante para poder realizar su función; y quedándoles únicamente la conciencia tener que atenderse el problema de obesidad por cuestión de salud más que por imagen.

No hay que justificar la relajación de los requisitos para permanecer al servicio público de seguridad, haciendo un cambio de conceptualización en el entrenamiento físico, para que se deje de utilizar como un método de castigo, dominación, y humillación por parte de los superiores; sufriendo lo mismo para aquellos que han laborado por muchos años, queriéndolos incluir en tareas que se requiere de mucha actividad física.

También hay que cuidar que se cumpla la reglamentación de éstos, ya que la mayoría de los policías de tránsito pasan mucho tiempo inactivos en los vehículos oficiales, pero también se les ve muy seguido ingiriendo alimentos, como tortas, tacos, gorditas, refrescos, etc., en sus horas de trabajo sin contribuir mucho que digamos a una buena nutrición.

La falta de reactivación al departamento de la medicina preventiva, de tener una programación y chequeo calendarizado con la ayuda de un especialista de nutrición son uno de los muchos programas que deben de existir dentro de los corporativos de seguridad. En el caso de que sí exista dicha medicina preventiva mencionada anteriormente, tal parece que algo están haciendo mal, ya que al menos se puede constatar visualmente que nuestros policías de seguridad pública y tránsito lucen con un gran problema de obesidad, impidiendo que realicen bien sus actividades, motivo por el cual los maleantes se escapan con mucha facilidad, porque tienen mejor condición física. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

Deja un comentario