Guillermo Robles Ramírez

Hombres malos, malas madres

Por Guillermo Robles Ramírez

            En el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora o simplemente Día de la Mujer Trabajadora del pasado domingo al que personalmente considero erróneamente que se cambie su significado, así como su lucha. La omisión de la palabra trabajadora no debería de ser, aunque así se institucionalizó por la Naciones Unidas en 1975, sin embargo, debido a la lucha original siempre fue encaminada a la igualdad derechos laborales y sociales como lo es el derecho de votar.

            La historia lo dice que en sus primeros pasos en la búsqueda de esta igualdad también participaron muchísimos hombres que se unieron a su causa como sucedió en 1971 cuando los trabajadores de la metalúrgica de Rusia se unieron a la protesta de las mujeres. Así como este ejemplo hubo otras más participaciones de hombres en diferentes partes del mundo unidos por la misma causa, es decir, la igualdad de género laboral y derechos ciudadanos a los que anteriormente las mujeres no se les consideraba y al día de hoy sí.

            Bien dicen que la unión hace la fuerza y resulta lamentable como esta lucha se ha perdido con el pasar del tiempo, en donde las nuevas protestas o mitin que hacen las mujeres en marco al Día Internacional de la Mujer, se ha corrompido en su totalidad.

            Estas marchas, mítines o maneras de manifestarse las mujeres para conmemorar el 8 de marzo se han convertido en un colectivo de hembrismo en donde se repudia la presencia de los hombres, pero incongruentemente son ellas mismas quienes se atacan entre sí como lo sucedido el pasado domingo cuando una mujer lanza una bomba molotov en Palacio Nacional para lastimar a mujeres que ejercían la profesión de periodismo cubriendo la información y también saliendo lastimadas con quemaduras a las asistentes que se encontraban cuidando el orden de la manifestación femenina.

            En diferentes puntos del país estas marchas por mujeres no tuvieron la suerte de tener un saldo blanco, ya que cada vez se ha convertido en un derecho para estar cometiendo delitos de pandillerismo contra propiedades de ciudadanos como destrozos en fachadas, puertas, ventanas, anuncios y automovilistas que se ven afectados, así como agresiones físicas a hombres que se encuentran cercas.

            Y me cuestiono sobre estos actos vandálicos y agresiones hacia terceros, realizados obviamente por estos grupos de mujeres. ¿Acaso lograron tener un avance en lo que reclamaban?

            Lo mismo sucedió con el paro nacional de la ausencia de mujeres, mejor dicho, “Un Día Sin Mujeres”, o con su “hashtag” UnDíaSinNosotras, como forma de protesta para frenar la ola de violencia de género, y sobre el feminicidio. Y muy a pesar de que la población femenina en nuestro país representa un poquito más en la totalidad de la nación, aun así, no represento una crisis económica, pero tampoco solucionaron o avanzaron en cuanto a estos temas.

            Esta ceguera social, así como la nula acción por parte de las autoridades solo nos dice algo, es decir, que no están haciendo las cosas bien para que avance lo que buscan las mujeres, quedando demostrado que la vía de la agresión, vandalismo y ausencia física en áreas laborales no funciona, siendo todo lo contrario. La violencia solo llama a más violencia, y el ausentismo laboral es un día sin paga, significando menos ingreso que llevar a los hogares. Y sobre este último punto algunos empresarios están empezando a considerar la contratación de más hombres para evitar este tipo de situaciones.

            A quienes deben de exigirles son a sus representantes que están en el Senado y Cámara de Diputados teniendo en la primera la mayoría de Morena con 58 y en la segunda sucediendo lo mismo con 257 del mismo partido siendo igual la mayoría, siendo evidente el poco interés que hay por parte de los funcionarios públicos en donde también existe equidad de género, es decir, ni siquiera les importa a las mismas mujeres políticas el tema o al menos esa es la impresión que dan ante la nula acción con hechos.

            Ahora bien, resulta también interesante que, por primera vez, existe en este mismo grupo de mujeres una división entre quienes no están a favor sobre la manera de estar reclamando equidad de género laboral, social y constitucional, así como el tema de feminicidio ya que existe muchas mujeres que defendieron a su conyugue por considerarlos buenos hombres y esposos.

            También este mismo grupo de mujeres que no están de acuerdo de las exigencias en seguridad, así como el repudio de los hombres o actuar con hembrismo sobre un problema social que consideran que es responsabilidad de las mismas mujeres, con esto tratando de cuestionar sobre la falta de educación de las madres de enseñar valores y principios desde muy temprana edad a todos los niños. Y lo resumen sencillamente diciendo: si hay hombres malos, es porque hay malas madres. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018) www.intersip.org

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