Guerra de papel: El remedo de liderazgo político amarillo
Por Blas A. Buendía
blasalejo@yahoo.com
La triste historia que dejará Agustín Basave como presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática, fue la de una aventura sin timón alguno, las huestes amarillas se encargaron de obstaculizarlo y mostraron por enésima ocasión, que ese “instituto político” sirve para dos cosas: una, ser una carga para el erario público federal en tiempos de crisis tanto política como económica; y dos, fundar castas de nuevos millonarios que bajo el amparo del poder, actúan como si el Revolucionario Institucional envía a sus “talentos” al basurero político que se configura en el PRD.
A lo largo de muchos años, el PRD no ha podido hallar la brújula que lo conduzca por un buen camino, un líder carismático que abone a la confianza de levantar a este partido político que en últimas fechas, sus famosos actores se han encargado de destruirlo. Solo hay que recordar las administraciones de Rosario Robles y la de Andrés Manuel López Obrador. Lo dejaron endeudado hasta las cachas, y la crispación de su unidad, para la historia.
Las emancipaciones que ha hecho Raúl Flores, líder del Partido de la Revolución Democrática en la Ciudad de México, son incansables pese a que en reiteradas ocasiones hace votos porque el próximo dirigente del Sol Azteca a nivel nacional surja de un gran acuerdo interno, que abone a favor de la unidad de todos sus integrantes y de todas sus corrientes.
En la víspera de la instalación del VII pleno extraordinario de IX Consejo Nacional del PRD, el líder local señaló que asumir las riendas del partido lo que resta del presente año y parte del siguiente será una gran responsabilidad por los retos electorales que se avecinan.
En este sentido aplaudió el hecho que las tres propuestas que se han hecho para dirigirlo, tanto Alejandra Barrales como Beatriz Mojica y Pablo Gómez, sean gente del partido, que conoce profundamente su vida interna y que están comprometidos con una izquierda progresista que hoy más que nunca requiere el país.
Esa terna no está mal vista, sobre todo porque se obedecen al modelo izquierdista, en tanto que Agustín Basave fue identificado desde que dejó las filas del PRI, como un político de media monta, más entregado al oficialismo que distinguirse como un recalcitrante en contra del sistema del actual Gobierno.
El idóneo sería Pablo Gómez porque llena ese espacio de tener en el quehacer político a un agente de poder identificado con la ideología de la izquierda, no obstante que el nombre de Alejandra Barrales Magdaleno, para Raúl Flores, “es una mujer que conoce los equipos y al partido a nivel nacional y local”.
«Es un perfil muy interesante que ha hecho un muy buen trabajo como Secretaria de Educación, me gusta esta parte en que se sale de la discusión formalista sobre lo que tiene que hacerse con los maestros y pasa a la acción, necesitamos más de eso en el país y en el partido, que los diligentes sean proactivos y salgan a encabezar las luchas y causas que demanda la ciudadanía», comentó.
El Presidente del PRD capitalino añadió que le gusta mucho la idea de que por primera vez el partido sea dirigido por una mujer. «Tanto Bety como Alejandra son luchadoras incansables de izquierda y creo que lo conducirían a buen puerto».
Respecto a la renovación de la dirigencia a nivel local, Flores García indicó que quiere favorecer un proceso ordenado, y enfatizó que su intención no es perpetuarse en el cargo.
«Lo que menos conviene en este momento es meter al partido en un proceso de golpeteo interno, asumo plenamente mi responsabilidad como dirigente y no voy a meter al partido en una situación que lo pueda lastimar o que pueda causar mayor división», puntualizó.
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