Guerra de papel: Con Fox, Calderón y Peña Nieto, México sigue viviendo un Estado fallido
· El líder perredista Raúl Flores, coincide con las apreciaciones que ya había hecho desde hace algunos años el ex juez mexicano Justino Montes de Oca, asilado político en la Unión americana
· México se halla inmerso en un ambiente de violencia y de desastre económico y desigualdad extrema, en mucho motivado por las desafortunadas reformas estructurales
Y mire usted mi distinguido lector. Lo que le voy a describir es algo que alarma y en la que todos los mexicanos deben trazar estrategias para prevenir el desenfreno y crispación social en general, que ha motivado las fuerzas disuasivas de todo el país.
El ex juez Justino Montes de Oca, en su destierro como asilado político en los Estados Unidos de Norteamérica, ya lo había sentenciado que México, ante la inseguridad que está padeciendo y que ha envuelto a millones de mexicanos en el acervo del luto generado por el crimen organizado, hablaba de un Estado fallido.
Pero el presidente del Partido de la Revolución Democrática en la Ciudad de México (PRD-CDMX), Raúl Flores, no solo coincidió con el “güero” Montes de Oca, al pedir en víspera del IV Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto, contrastar los resultados arrojados por el gobierno de Enrique Peña Nieto a nivel nacional a cuatro años de haber sido nombrado Presidente de México, y los obtenidos en el mismo lapso por Miguel Ángel Mancera al frente del Gobierno de la Ciudad de México, pues en su opinión bajo la gestión del priista, México ha generado un “Estado fallido».
No es solo eso, sino que ese Estado fallido se remonta desde el momento en que México “estrenó” la transición del Poder Presidencial, es decir, desde la época del guanajuatense Vicente Fox Quezada y luego con el michoacano Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
Sin embargo, Raúl Flores hizo una somera comparación del México en general con la Ciudad de México para poner las cosas en proporción, “pues mientras la Ciudad de México es más productiva y menos desigual que el resto del país, en general México se halla inmerso en un ambiente de violencia y de desastre económico y desigualdad extrema, en mucho motivado por las desafortunadas reformas estructurales de Peña Nieto.
Y si en alguna parte se puede ejemplificar lo que representa un Estado fallido ahí está el Estado de México, entidad donde delitos como el secuestro y feminicidio han crecido en sus cifras brutalmente y tiene territorios enteros sin ley.
El dirigente perredista aseguró que mientras en la gran ciudad se han logrado importantes avances en cuanto al índice de desarrollo humano y en la disminución de la pobreza extrema de sus habitantes, a nivel nacional las condiciones de vida de las y los mexicanos van de mal en peor y en deterioro constante, debido a que el político mexiquense sigue lastimando los bolsillos de las y los mexicanos con la aplicación mensual de los gasolinazos y el incremento en el costo del suministro de energía eléctrica para uso industrial, comercial y doméstico.
Dijo que a pesar del golpeteo sistemático y de la campaña de desprestigio que han emprendido dirigentes de algunos partidos políticos -en especial el de Andrés Manuel López Obrador, dueño plenipotenciario del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena-, e incluso funcionarios a nivel federal en contra del Jefe de Gobierno, los resultados de Mancera en favor de la ciudad y sus habitantes son evidentes.
“Los gobernadores y los mandatarios que están tratando de presumir algún logro palidecen frente a los resultados alcanzados a nivel ciudad, no sólo por el avance en el índice de desarrollo humano, sino por lo que se está trabajando en temas ambientales, de movilidad y económicos, pues ninguna entidad tiene un sistema de medición de la calidad del aire como el nuestro ni un sistema de transporte público en crecimiento como el de la Ciudad de México, y mucho menos el grado de orden en las finanzas que tiene la capital”.
El diputado Flores enfatizó que las comparaciones se hacen necesarias para evaluar de manera objetiva, y no por simple percepción, las gestiones del Ejecutivo federal y del Ejecutivo local.
En este sentido, dijo que por un lado se tiene a un hombre como Peña Nieto que no ha sabido contener la devaluación del peso frente al dólar, que no ha podido demostrar las virtudes de sus reformas estructurales; que una y otra vez él y su familia se han visto envueltos en escándalos de corrupción y abuso de poder; que sigue asumiendo la criminalización y la represión más violenta como método para contener la protesta social, y que muestra su debilidad y torpeza en cualquier oportunidad y decisión que toma.
Y por otro lado está el Doctor en Derecho Miguel Ángel Mancera, quien, sin negar que ha tenido desaciertos de comunicación y problemas en materia de manejo de marchas, no se puede negar que ante las repetidas movilizaciones de la CNTE en la capital mexicana, ha logrado actuar sin generar violencia; que ha ampliado y consolidado la política social hacia los adultos mayores y los menores de cero a seis años (que estaban ausentes en dicha política pública), colocar en la agenda nacional la sentida demanda por un aumento significativo al salario mínimo; así como propiciar una gran reflexión acerca del futuro de la ciudad y su viabilidad y mejoría vía Reforma Política, dando un firma paso a la posibilidad de una Constitución propia, que sin duda será el principio de grandes cambios también a nivel nacional.
“Si alguien quiere evaluar la gestión de Miguel Ángel Mancera con frialdad y despojado de atavismos tendría que reconocer que hoy en día la Ciudad de México es ejemplo en muchas materias para el resto de la República, pues es la entidad con el mayor grado de inversión, la que aporta el 17 por ciento del PIB (Producto Interno Bruto) de todo el país y la que ha venido bajando el nivel de endeudamiento desde hace ya tres años con mucha disciplina en las finanzas públicas, a contrapelo de lo que pasa en la mayoría de los estados.
Por eso, el deputado Flores sostuvo finalmente que si de evaluar o calificar se trata, hay que recurrir a los resultados en esta etapa de rendición de cuentas, y no sólo remitirnos a encuestas que de manera limitada sólo preguntan si se aprueba o desaprueba la gestión».
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