Fuera de control

Por Guillermo Robles Ramírez

Siempre se ha dicho que la prostitución es una de las profesiones más antiguas del mundo y también considerada como un mal necesario, sin embargo, nadie sabe el por qué se puede considerar así o, acaso es una posición del machismo sobre una posición considerado como objeto a la mujer.

Nadie sabe con exactitud desde cuando se empezó a comercializar o si éste viene desde un servicio de trueque, hasta dentro de matrimonios por interés en donde uno proporciona sexo por amor, mientras otro ofrece el amor para el sexo.

A diferencia del reino animal en donde éste acto es más conocido como apareamiento solamente como un acto de reproducción y la sobrevivencia de una especie o manada, tal vez los seres humanos no somos los animales que se alimentan en los bosques, buscando el apareamiento para preservar la especie. Sin embargo de algo si es seguro, a diferencia del resto de las especies animales; es que el deseo del sexo o al menos las acciones, pensamientos y sentimientos que vienen con él, están profundamente arraigados como característica de nuestra especie.

Deseo carnal o por un bello sentimiento como es el amor; no debe ser ignorado o suprimido, sin embargo, los primeros en administrarlo es la misma Iglesia. Porque debe de ser concebido dentro del matrimonio el primer acto sexual porque de acuerdo a la santidad del matrimonio, es acto que debe de ser equilibrado en donde ambos consigan su pleno éxtasis.

Aunque se pudiera considerar la inexistencia de un punto de comparación el intercambio en ambas situaciones siempre existirá, es decir, uno puede ser por amor, otra simple satisfacción carnal o el deseo sexual, el intercambio de obtener un beneficio de ello, el trueque o inclusive la necesidad de sobrevivir.

En nuestro país durante la época de Porfirio Díaz, se reguló la prostitución en cuotas mensuales, exámenes médicos y documentación fotográfica a lo que se le conocía como trabajadoras del sexo.

La legalización de la prostitución tanto en México, al igual que en otras partes del mundo visto desde un mal necesario siempre se consideró para prevenir la prostitución clandestina que se produce el día de hoy porque cuando existe un mercado de quien paga por sexo siempre se encuentra ya sea trabajando en salones de masajes, servicios de acompañantes, bares de striptease y agencias de modelaje o bien quienes trabajan como prostitutas en las esquinas tradicionales en donde cada ciudad quienes buscan por éste servicio saben cuáles son los lugares. Una profesión que se ha extendido y modernizado en redes sociales del ciberespacio.

Décadas atrás la prostitución regulada en nuestro país obligó a decretar lugares de concentración o ciudades chiquitas resguardadas por un perímetro de bardas conocidos como zonas de tolerancia o zonas rojas en donde la prostitución se regulaba.

Por lo general estos espacios siempre eran ubicados en las orillas o en las afueras de cada ciudad. Lejos de la población en donde con el pasar del tiempo y mismo crecimiento de la urbanización fueron llegando hasta las zonas de tolerancia quedando sumergidos dentro de las ciudades dejando de ser lugares ajenas de la ciudad sino como parte de ellas.

Con tiempo las mismas autoridades que alguna vez vieron estos lugares legales de prostitución como un mal necesario para la sociedad olvidaron el para qué fueron construidas las zonas rojas o de tolerancia, en donde un acto de populismo de una moralidad falsa para hacer sentir bien a la sociedad decidieron clausurarlos en algunas cabeceras municipales del país.

La ausencia de las zonas de tolerancias al igual que su olvido tienen el mismo resultado, que es el fomento de la prostitución clandestina y víctimas del crimen organizado y hasta negocio de éstos mismos grupos en donde la existencia clandestina de salones, servicios de citas, bares y agencias se apoderan de éste mercado al igual que los cientos de los anuncios clasificados existentes por el internet ofreciendo servicios sexuales.

La revisión o revaloración en la consideración de abrir o reubicación de las zonas de tolerancias no debe de verse como el fomento de la prostitución sino todo lo contrario, es decir, el control sanitario y acabar con el clandestinaje del negocio del sexo en donde menores de edad están siendo víctimas del crimen organizado.

La disyuntiva es si deben existir o eliminar su existencia, aunque en contrapartida mucho dependerá del criterio de cada autoridad en turno para tomar la decisión y no causar más calamidades a su comunidad. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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