Francia detrás del horror y la muerte

Por Stella Calloni*

Buenos Aires (PL) El brutal atentado contra el semanario gráfico humorístico Charlie  Hebdo en Francia el pasado 7 de enero,  que dejó 12 muertos y una  decena de heridos,  instaló en  ese país y en Europa una sensación  similar a lo sucedido en los  tiempos que siguieron al derrumbe de la  Torres Gemelas en Estados Unidos en septiembre de 2001.
La actuación de  dos o tres hombres  encapuchados,  armados con  fusiles de guerra que al grito de Allahu Akbar» (Dios es  Grande) acribillaron a las víctimas con una estricta sincronización militar, fue juzgada con la rapidez del relámpago con la hipótesis más simple: «son  islamistas», musulmanes ofendidos por las portadas donde se ridiculizaba la figura de Mahoma, algo que no sucedía por primera vez  en ese semanario.
Semejante baño de sangre no resiste  la rapidez de las conclusiones elaboradas por la inteligencia  francesa, que de inmediato salió a  la caza de «sospechosos», publicaron fotos de dos hermanos franco argelinos, que terminaron muertos dos días después, algo muy conveniente para no conocer la  verdad.
Todo esto sucedió en el marco de  versiones del poder mediático que hablan de un  «comando» ligado a Al Qaeda, o al Estado Islámico. Nadie puede desconocer en estos momentos que tanto Al Qaeda como el ISIS y otras organizaciones terroristas y mercenarias están siendo utilizadas por  los servicios de Inteligencia de Estados Unidos, Israel, Gran Bretaña y otras potencias, para llevar adelante las guerras coloniales, destinadas a imponer el plan geoestratégico de lo que llaman un «Medio Oriente  Ampliado» y controlado.
Al Qaeda o los talibanes de Afganistán, utilizados por la CIA en su guerra contra la ex Unión Soviética en ese  territorio, eran enemigos declarados de Irak, de Libia, como del actual gobierno sirio, todos estos estados no confesionales. Pero llegaron a Irak, Libia y ahora a Siria, de la mano de las fuerzas militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte  (OTAN). Por lo tanto si este comando brutal pertenece a algunas de estas invaluables creaciones de los servicios de inteligencia de las  potencias, habría que buscar a los responsables intelectuales del   hecho y descartar un atentado de «bandera falsa», como los que se han utilizado para aterrorizar al mundo en los últimos años.
De la  misma manera debe  revisarse la historia del terrorismo de los años 60-70-80 en Europa,  tiempos en que la OTAN manejaba los ejércitos secretos de mercenarios  en toda esa región.
La severa investigación del académico  suizo Daniele Ganser «Los Ejércitos Secretos de la OTAN» realizada en base a fuentes de investigaciones parlamentarias, informes de investigación, juicios, documentos y entrevistas le permitieron rastrear la red, que en Italia actuó bajo el nombre de Operación Gladio, y con otras denominaciones en la mayoría de los países europeos. Los ejércitos secretos de la OTAN  cometieron  crímenes, atentados terroristas, dejando centenares de víctimas, atribuyendo luego estas acciones a algunas organizaciones radicales de la izquierda europea, que actuaban en esos  años, como se comprobó.
Quedó establecido de la misma manera que las inteligencias estadounidenses (CIA) y británicas (SIS o M16) encabezando a las de otros países europeos crearon estas redes «secretas» que asumieron el   terrorismo como método.
«Esta meticulosa, concienzuda e  incisiva investigación revela por primera vez la lúgubre historia, la  dimensión y las amenazas que significan los ejércitos secretos  creados por la OTAN», escribe Noam Chomsky en la contraportada del libro de Gánser (El Viejo  Topo, 2005).
La OTAN está seriamente implicada ahora en la creación de grupos supuestamente «rebeldes» integrados por mercenarios (ahora llamados ejércitos privados) que utilizaron para crear parodias de  guerras civiles en los países que invadieron y ocuparon en este siglo XXI, en nombre -falsamente invocado- de la «democracia» y «los derechos humanos».
Al menos  cuatro genocidios se han cometido en este siglo, y crímenes de lesa humanidad como lo reconoce el último resumen publicado en Washington en relación al uso  de la tortura, que revela sólo algunas páginas del informe sobre la  ilegal actuación de la CIA en ese país y en el mundo.
Cuando suceden hechos como estos terribles atentados en Francia, hay  que evaluar cuáles son los objetivos. Hay varias líneas a debatir en  este caso. ¿A quién favorece este terrible atentado, hecho en que han  perdido la vida periodistas, dibujantes prestigiosos, incluyendo el director de ese  medio, lo que significa un ataque al corazón de la cultura francesa?
Se podrá decir que los fundamentalistas  islámicos no hacen este tipo de análisis, pero por eso mismo resultan los mejores cuadros que reclutan las potencias, para conformar una maquinaria de guerra constante que necesita el poder hegemónico  con la finalidad de  recordar a Europa que debe acompañar su expansión bélica por todo el mundo, disfrazada de «acciones a favor de la humanidad».
Es necesario recordar que en estos  últimos tiempos hubo diversas demandas políticas y populares reclamando una explicación a  los gobernantes europeos, que gastaron  cifras millonarias en las guerras de la OTAN y destinaron tropas, mientras los pueblos fueron dejados a la deriva bajo la aplicación de políticas neoliberales, ya fracasadas en el mundo y  derrotadas en América Latina. Las consecuencias de la aplicación del   neoliberalismo rampante sobre cualquiera de los pueblos del mundo,   deja miles de víctimas. De hecho actúa como una metodología terrorista de   exterminio de poblaciones, de asimilación y de control cultural.
Por estas horas nadie recuerda que  el 9 de enero de 2013, París  fue también  escenario de otra masacre, en que fueron asesinadas tres activistas kurdas exiliadas en Francia en un atentado en el  Centro de Información Kurdo de París. Un analista del Kurdistán  recuerda que «el asesino material fue encarcelado tiempo después, pero  la responsabilidad de los servicios de inteligencia de Turquía, que  llevan a cabo un genocidio y guerra sucia contra el pueblo kurdo hace  más de 35 años no fue siquiera mencionada, como tampoco lo fueron la responsabilidad de los Estados  francés, alemán y belga, cuyos servicios de inteligencia, está   demostrado, tuvieron conocimiento y al menos una participación  cómplice en el triple femicidio».
Es importante unir ambos hechos, especialmente por la forma en que  actuaron los atacantes, por cómo huyeron, en una ciudad tan vigilada.  Se dijo en el caso de Charlie Hebdo que los encapuchados iban en el  automóvil exhibiendo sus armas. Importantes analistas europeos han advertido que lo  actuado  no concuerda con la metodología de los grupos «yihadistas».
«En el caso de las compañeras kurdas el objetivo principal era  arruinar las conversaciones de paz entre el PKK y el Gobierno de  Turquía, aniquilando a Sakine Cansiz, la más alta lideresa del  movimiento de liberación de las mujeres kurdas», señala el analista del Kurdistán.
En el atentado brutal contra el  semanario humorístico francés, que ha sido condenado por toda la  comunidad internacional sin excepciones, lo que surge de inmediato es  un claro recrudecimiento de la islamofobia, del odio contra  el inmigrante, de la necesidad de justificar la continuidad de una   supuesta guerra «contra el terrorismo» en las actuales invasiones
coloniales y agitar los más nefastos naZionalismos.
Hay que recordar que Estados  Unidos  y Europa aplicaron a Ucrania los juegos contrainsurgentes de las  infernales «primaveras árabes», para comenzar la intervención y  ocupación instalando en el poder y en el terreno militar no a neonazis, sino a nazis confesos.
Basta ver lo sucedido con la  creación de los mercenarios del supuesto Estado islámico cuando  engañando a sus propios pueblos los países de la OTAN bombardearon infraestructuras y poblaciones sirias, supuestamente   para combatir a los «islamitas del ISIS»
En realidad fue la última tentativa de tratar de doblar la heroica resistencia  Siria, en  momentos en que  avanza la propuesta de Rusia para una solución que ponga final a la  tragedia de más de 200 mil víctimas sirias.
Apoyando, financiando y dirigiendo a fuerzas mercenarias de Al Qaeda,   el Estado Islámico y otros cada vez más abiertamente, se logra   instalar el terror y paralizar al  mundo y en el esquema de guerra psicológica ponen a los pueblos ante la alternativa de elegir entre la «buena   civilización occidental» y el «fundamentalismo islámico» o »  terrorista».
El atentado de París se produce  cuando Francia y la Unión Europea han reconocido al Estado Palestino, algo que disgustó abiertamente al gobierno israelí, como así también el hecho de que Palestina acaba de ingresar a la Corte Penal Internacional (CPI).Es un elemento clave a tener en cuenta  al analizar la tragedia de París. Pero especialmente entender la
indignación de los gobiernos que bajo el mandato de la gran potencia  mundial son los protagonistas activos de estas guerras del siglo XXI porque   advierten en el mundo un agotamiento, un cansancio ante la barbarie y  el horror. Un hecho como este es un perfecto guión para justificar  todo lo actuado y lo que se proponen para los tiempos cercanos: recobrar el dominio del terror, para paralizar a los pueblos que comienzan a dar señales de rebelión y rechazo a las amenazas del fundamentalismo imperial de  llevar a una Tercera Guerra Mundial.
«Todos somos Charlie», pero para serlo debemos exigir verdad y justicia y no columnas de humo y metodologías de guerras psicológicas para paralizar a los pueblos y  hacerlos cómplices de guerras crepusculares y de la instalación del  sueño imperial de encabezar una gobernanza mundial.

* Prestigiosa intelectual y periodista argentina, colaboradora de Prensa Latina.

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