Guillermo Robles Ramírez

Estaban peor y ahora “pior”

Por Guillermo Robles Ramírez

Durante la Administración de Vicente Fox Quezada, se había hecho un reajuste importante de trabajadores federales. En aquellos años las Delegaciones Federales, que eran asignadas a cada entidad federativa trabajaron sin suficiente personal que a simple vista resaltaba.

Ante dicho problema eran estas mismas instituciones gubernamentales de la federación que pedían siempre apoyos a los gobiernos estatales, o al menos en Coahuila así lo estuvieron haciendo años atrás porque era insuficiente los recursos enviados, porque en la práctica lo poco que podían hacer lo hacían hasta con las uñas.

Desde entonces algo muy característico de las dependencias de la federación es que debido a los escasos recursos humanos o insuficientes era imposible dar seguimiento al cumplimiento de las normativas y mucho menos para poder realizar las acciones y programas que competen a su propia jurisdicción.

Si en ese tiempo había quienes consideraban que les hacía falta una total reestructuración o bien ampliar sus facultades para que pudieran actuar y hacer cumplir la ley, la que es normal incumplirla y violarla cuantas veces se prestaba la ocasión porque una de las principales fallas es que por decenas de años el personal se convertía un activo del mismo inmueble siendo intocable e insuficiente desempeño para lo más mínimo.

¿ Cuantos inspectores o personal para supervisar lo sancionado y cubrir los mínimos requerimientos tiene la Procuraduría Federal del Consumidor; la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; la Secretaría del Trabajo y Previsión Social; la Secretaría de Economía; las correspondientes a la de Agricultura, Ganadería, de Educación, de Gobernación, la de Reforma Agraria, Desarrollo Social, y otras, además de sus Direcciones o Comisiones, como es el caso y por mencionar algunas, la Comisión Nacional Forestal; la Procuraduría Federal de Defensa del Trabajador; la Comisión Nacional de Zonas Áridas, etc?.

Si antes las dependencias mencionadas anteriormente ya sufrían un adelgazamiento tanto en la nómina de la burocracia federal, así como operacional. En la actual Administración de López Obrador, terminó por darle como quien dijera, el tiro de gracia.

Muchas de ellas desaparecidas y otras reducidas a cenizas como la ahora desaparecida PROFECO, en la capital de Coahuila, en donde se redujo a solo dos personas y en la cabecera municipal de Torreón, siendo que cualquiera que necesite hacer valer sus derechos como consumidor tendrá que ir hasta aquel municipio.

Las pocas o casi nulas Delegaciones Federales que están físicamente no solo en Coahuila sino en todo el país, no existen solo por sobrevivir sino están ahí de puro membrete.

Considerado para el gobierno de AMLO, un gasto o no, lo que sí es cierto es que ha dejado a miles de mexicanos en un retroceso en donde además de estar indefensos y no saber a dónde ir cada vez que necesitan defender algún derecho o quejarse, y hasta poder pedir un apoyo económico o estímulo para salir adelante, son quienes están sufriendo ahora y ante un total abandono, ahora sí como dice el dicho: “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”.

El gobierno de López Obrador, ha dejado hasta de mandar dinero a los estados en sus escuelas públicas de educación básica, media, y superior. Lo mismo ha hecho con aquellas universidades del país que reciben recurso federal, siendo que la única manera de poder sacar a los universitarios adelante, es tener que reducir su número de nuevos ingresos esperando a que termine dos o tres generaciones para poder sujetarse a la miseria de dinero que envía el gobierno federal. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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