En ocasiones es mejor a la antigüita

Bien lo dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su Artículo 3 “Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado —federación, estados, Distrito Federal y municipios—, impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación preescolar, primaria y la secundaria conforman la educación básica obligatoria” y no se puede negar que en Coahuila se cumple al pie de la letra.

El problema de ello no es la falta de cumplimiento sino los modos y sobre todo la distribución de cómo fueron reubicados muchos estudiantes coahuilenses después de la tan vanguardista sistema llamado Proceso Único de Inscripciones para Educación Básica para decirle adiós a las largas filas de padres de familia en las afueras de las escuelas de mayor demanda en donde en muchos de los casos hasta dejaban apartada o reservada con una silla, botes y otros objetos y nombre una y en muchas ocasiones hasta dos y tres noches anteriores a las fechas de inscripción en donde por lo general siempre se aseguraba un lugar.

Dicho programa a su vez les daría prioridad en el caso de la secundaria a aquellos estudiantes que hubieran obtenido una buena puntuación en las Olimpiadas del Conocimiento.

Como todo en teoría siempre suena más bonito y como parte de la modernidad evidentemente la presencia de los sistemas computacionales, páginas web y software sofisticados para facilitar “dizque” tiempos y trámites en todo.

Aunque en lo personal considero que muchas de las veces es preferible a la antigüita para evitar errores, en el caso de la SEDU de Coahuila, le sucedió lo mismo que a la Secretaría de Hacienda que no estuvo preparada para la demanda en donde se colapsaron los servidores dejando de funcionar.

Sin poder evitar la “desmañanada” de los padres de familia al igual que muchos de sus hijos desde el primer minuto de inscripción intentaron inscribirse a las escuelas en donde cada familia consideraba que era mejor para sus hijos en donde evidentemente el factor de cercanía de vivienda o trabajo ocuparon la prioridad y posteriormente las de mayor demanda.

En apariencia todos confiados y convencidos de que sus hijos habían logrado ingresar a la escuela sin la “lata” de tener que hacer largas filas, aunque nada les evitó tener que levantarse temprano y hubo quienes fueron en búsqueda de cibercafés para ocupar dos o tres máquinas para los que tenían más de un hijo.

En un principio hay que reconocer que la SEDU de Coahuila logró resolver con prontitud la saturación de sus servidores por la alta demanda de inscripciones. Sin embargo, por haber sido la primera vez en haber recurrido a éste nuevo sistema de inscripción en donde ésta nueva generación fueron los conejillos de india, era de esperarse fallas.

Un centenar de padres de familia no están contentos con los resultados de reubicación de sus hijos al no alcanzar por medio de sistema entrar a las escuelas seleccionadas por sus papás teniendo casos en donde el mismo programita de la SEDU de Coahuila los envió a escuelas de estudiantes de zonas urbanas hasta las de aquellas ejidales. En otros casos algunos alumnos fueron a dar hasta lejos de sus municipios donde radican. Y tampoco se respetó la preferencia para los alumnos de secundaria que obtuvieron buenos promedios. Pero cualquiera de las circunstancias que fueran, el nuevo sistema llamado Proceso Único de Inscripciones para Educación Básica dejó un mal sabor de boca, pero sobre todo descontento porque aunque la exigencia de que los padres de familia es la exigencia de escuelas para sus hijos. Técnicamente y constitucionalmente no están fuera sino simplemente no se encuentran dentro de aquellas instituciones de educación que más prefieren, empero, como dije antes soy gente que prefiere muchas de las cosas a la antigüita y que como todo sistema de cómputo o software no dejan de ser máquinas de las cuales no hay nadie operando detrás de ellas, es decir, no se puede discutir con una computadora o un servidor porque no entiende razones.

Tampoco se le puede exigir una respuesta del por qué asignaron a sus hijos a tal escuela o lugar, pero mucho menos el solicitar un cambio a otra institución educativa. Sin lugar a dudas el sistema de Proceso Único de Inscripciones para Educación Básica necesita una revisión y modificación pero sobre todo un operador o intervención de un humano para tener un mayor criterio de la toma de decisiones. Si bien es cierto que la mayoría de los burócratas son considerados como personas “cuadradas” y que no entienden razones, pues ¿ que se puede esperar de un sistema de cómputo?. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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