En lugar de juzgados parecen pocilgas
Por Guillermo Robles Ramírez
Por circunstancias de la vida he tenido muy buenas relaciones con abogados coahuilenses en sus diferentes rubros a defender como casos en materia civil, comercial, penal, familiar entre otros más.
En particular cuando se trata de profesionistas que ven asuntos de lo familiar se han quejado amargosamente que en los juzgados de Coahuila las cosas no avanzan rápido ya que tienen atrasos por carga de trabajo. En ocasiones hay quienes se quejan que hace falta fortalecer mucho más en esta materia en nuestra entidad.
En lo personal, aunque difiero de ello, considero que Coahuila está a la vanguardia y tiene un sistema noble en esta materia teniendo como referencia y sin necesidad de ir tan lejos a una de nuestras entidades vecinas como es el caso de Durango.
La creación del Juzgado de lo Familiar es una teoría y un chiste o cuando menos eso es lo sucede en Gómez Palacio, Durango; que en lugar de resolver los problemas relacionados con la familia, anteponen el criterio, intereses personales prevaleciendo la “Ley de Herodes”, y en lugar de buscar la integridad e intereses que mejor convengan para los menores de edad, borrando la verdadera imagen de un juez calificado y facultado para poder intervenir en los asuntos que afecten a una familia, y especialmente cuando hay menores de edad; para velar por los alimentos, medicinas que aseguren la salud, es decir, todo lo necesario que se requiera para protección de los pequeños.
Lo que sucede en cada juzgado es el reflejo del pensamiento, capacidad y proyección de la personalidad de cada Juez, y también de lo que han vivido en su infancia. Esto no dicho por mí sino es lo que algunos sicólogos o cualquier persona cuerda.
Si bien es cierto lo que comentan los sicólogos sobre la proyección del trabajo profesional es reflejo de tu personalidad tal parece que los juicios en materia familiar en Gómez Palacio, Durango; tiene un chiquero no solamente en la cabeza sino también podría ser en su hogar ya que no han querido limpiar su casa y no precisamente donde habita sino la del Juzgado de lo Familiar, donde hace de ello todo tipo de irregularidades mientras que la gente llena de impotencia ante la impunidad no puede creer cómo es posible que el criterio de los jueces estén por encima del interés de los menores de edad, es decir, no existe los derechos de los
gomezpalatinos en especial el de los niños y niñas.
Las quejas van creciendo cada vez más en Gómez Palacio, ya que es muy común que se “pierdan” documentos de los expedientes para omitir cuando son señalados ante una omisión o para favorecer a alguna de las partes que por lo general siempre será a favor de los machistas.
También es muy concurrente que las famosas notificaciones sean firmadas por otras personas y menos para quienes realmente deben de recibirlas, pero eso ya es tan cotidiano que es considerado normal considerando que no vale la pena quejarse ante ello.
Han pasado gobernadores en Durango, así como la figura del Presidente Municipal durante años y siguen sin hacer nada ya que muchos de sus códigos no han sido modificados desde los años 50, haciendo de esto el Juzgado de lo Familiar de aquella cabecera municipal una casa realmente tan sucia como los chiqueros o pocilgas. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018) www.intersip.org
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