El tábarato

Con muy buenas intenciones pasó el “Buen Fin” y aunque hubo de todo entre los ciudadanos, unos llenos de emoción por adquirir su compras, las euforias, las discusiones, los arrebatos y porque no, hasta agarrarse de las greñas fue lo que se vivió en este fin de semana.

Víctimas de la mercadotecnia del “Buen Fin”, para la mayoría de los mexicanos y autoridades quedando en el olvido la conmemoración del 104 aniversario de la Revolución Mexicana, dejando ver a su paso el consumismo publicado en los diferentes medios de comunicación y redes sociales.

Y no siendo suficiente con ello hubo quienes dejaron testimonio en los días de asueto denominado, en la zona fronteriza de aquel país del norte, como Puente Bicentenario de la Revolución.

Durante el viernes y sábado se registraron filas largas que podrían sumar una afluencia de más de 60 mil vehículos, sin contabilizar las más de veinte mil personas que ingresaban en la línea peatonal. No solamente provenientes del estado de Coahuila, sino también de Nuevo León, D.F., San Luis Potosí, Durango, Guadalajara y otras ciudades de México, se dejaron venir para dedicarse al “shopping”, en Laredo, Texas, otros como dicen a “macalear”, y todos como zombies, compre y compre, acompañado de la frase “ tábarato“ como lema.

La largas filas de vehículos y los miles de mexicanos que se fueron éste largo fin de semana hacer sus compras al “otro lado” a gastar el adelanto en muchos casos de los aguinaldos o gratificación de navidad, así como la primera quincena de éste noviembre, me refiero exclusivamente a los tres puentes que existen en la frontera de los Laredos, el de Tamaulipas y el de Texas.

La palabra “tábarato” se “acuñó” o endilgó a nosotros los mexicanos por parte de nuestros vecinos los “güeros” por las repetidas expresiones al ver las ofertas del lado americano de “mira vieja, tábarato”, refiriéndose al artículo que se tiene a la vista y a partir de ahí desde hace años, surgió la nueva “tribu” de mexicanos de los indios “tábaratos”. Algo tendríamos que darle las gracias a nuestros “primos” los gringos.

Lástima que todo ese derrame económico quedara brincando el Río Bravo, que les dio un gran levantón a los comerciantes estadounidenses. Podría quedar como consuelo que esos cientos de compradores buscaban artículos que no se encontraran aquí, pero productos como computadoras personales, cámaras, GPS, pantallas planas de Led, y hasta ropa, se encuentran con mejores precios aprovechando las mejores ofertas.

Todo esto, provocado por la cacería de contribuyentes sin incentivos, para ofrecer precio competitivo, por la carga de impuestos antes de llegar al consumidor. Aparte de ser altos y demasiados para cuando llega al consumidor ya tiene toda esa carga recaudatoria fiscal de dinero, que aunque le quitara la utilidad o ganancia al producto queda fuera de competitividad, y aunado con la invasión de productos chinos.

Ante éstas compras de frenesí “Bicentenario de la Revolución”, por los días de asueto, es una muestra más de la gobernabilidad obcecada de seguir sangrando a los mismos contribuyentes, sin hacer nuevas propuestas que estimulen la economía y ahorro para los ciudadanos creando un nuevo ícono mexicano entre los estadounidenses en donde nos conocen como los “tábaratos”, igual que el chiste de Polo Polo, “a mí no buana, a mí no buana..” (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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