
El Sendero de los Iluminados: Marionetas
Por Alan Prado
¿Cuando te dijeron que debes actuar conforme a lo que tu líder espiritual indique sin cuestionar?
¿Acaso Buda enseñó que aceptes lo que te impongan, incluso si parece falso?
¿En qué instante la espiritualidad se transformó en una forma de servidumbre?
Si consideras que tener fe implica cerrar los ojos y seguir sin reflexionar, ¿no estarías dirigiéndote hacia la perdición?
¿Acaso no avanza uno hacia su propio colapso?
Lo más alarmante es que esa caída no ocurre de manera abrupta, sino que se presenta de forma encubierta.
Hoy sacrificas tu discernimiento, mañana tu autonomía, y eventualmente, toda tu existencia.
Pues la obediencia incondicional no solo deteriora tu espiritualidad, sino que también destruye tu habilidad de ser un ser humano pleno.
Existen personas que no leen, no investigan, y no cuestionan, pero repiten pasajes, mantras o frases como simios adiestrados y se consideran espirituales.
Asisten a iglesias, templos o ceremonias, y entregan su mente como si no tuviera valor. Aceptan que otros tomen decisiones por ellos acerca de cómo vivir, cómo pensar, cómo amar, cómo vestirse e incluso cómo experimentar la culpa.
《Y lo más grave es que confían sus vidas enteras a individuos que no sacrificarían las suyas por ellos.》
«Este es el engaño más provechoso de la historia. Hacerte creer que pensar es riesgoso y que obedecer es una virtud».
¿Sabes qué ocurre al rendir tu mente? Ya no eres un creyente, te conviertes en un esclavo, un ser humano que no reflexiona por sí mismo, incapaz de ser ni padre, ni hijo, ni líder.
《Solo eres un eco vacío》.
¿Reconoces qué es más amenazante que un fanático? Un fanático ignorante que cree que sigue a Dios, cuando en realidad obedece a otro ser humano que está tan perdido como él.
La persona que viste con trajes lujosos habla con eloquencia y asegura que Dios te comunica a través de él. ¿Quién le otorgó tal autoridad? ¿Lo viste dialogar con Dios? ¿O fue él quien te lo afirmó? Te das cuenta de que no es Dios quien te habla, sino su voz, su doctrina, su interpretación. Y tú lo sigues sin objeciones porque temes pensar.
Ese temor hacia el pensamiento es la herramienta ideal de los hipócritas, porque son conscientes de que la duda es peligrosa, pero no para ti, sino para ellos.
La duda te emancipará, pero desestabiliza su poder. Por ello, prohíben que cuestiones, ya que si tú preguntas, su negocio se desmorona.
(Primera parte).
Alan Prado (AMEP 11:11).
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