El Sendero de los Iluminados: Déjate llevar por la vida
Por Alan Prado
¿Por qué deseamos conocer si Dios existe?
Si podemos entender profundamente la intención detrás de esta pregunta, lograremos mucho. La fe y la falta de fe son obstáculos positivos para la comprensión de la realidad; la fe y los ideales surgen del miedo, el miedo restringe el pensamiento, y para evadir el conflicto, nos aferramos a diversas formas de esperanzas, estímulos e ilusiones.
La realidad es una experiencia genuina, directa. Si dependemos de la descripción de otra persona, la realidad se desvanece porque lo que se describe no es auténtico.
Ahora bien, la mayoría de nosotros busca saber qué es Dios porque somos perezosos, porque es más sencillo depender de la experiencia de alguien más que de nuestra propia comprensión; esto también fomenta una actitud irresponsable en nosotros, y, por lo tanto, lo único que debemos hacer es imitar a otros, moldear nuestra vida conforme a un patrón o según la experiencia de otro, y siguiendo su ejemplo pensamos que hemos llegado, que hemos alcanzado, que hemos realizado.
Para entender lo supremo, es necesario liberarse del tiempo, de la continua secuencia de pasado, presente y futuro: de los temores hacia lo desconocido, de los fracasos y del éxito.
El hombre reúne saberes, crea credos y filosofías, pero sigue siendo el mismo. En su búsqueda incesante de la riqueza y el honor y los fuegos de novedades, entretenimiento y ambiciones, siempre es movido por un motor fundamental – la vanidad del egoísmo.
Ninguna doctrina producida por el hombre, ninguna religión, sin importar cuán santificada sea la tradición o la antigüedad, puede ser igualada en sacralidad a la religión de la naturaleza.
La Llave del Conocimiento que abre las puertas sólidas que conducen a los misterios de los santuarios más internos, solo se puede encontrar oculta en su pecho.
La mayoría de los pensadores se preguntan si somos un error en la evolución, esto por el comportamiento ignorante del ser humano, pero todos somos ignorantes, solo que no todos desconocemos las mismas cosas.
Cualquiera que haya experimentado un instante realmente espiritual y de romper con nuestra realidad diaria y alcanzar lo divino, conoce lo complicado que resulta compartir esa vivencia con los demás, o incluso volver a capturarla más adelante para nosotros mismos.
Nada se puede eliminar de la vida, nada puede ser separado de su unidad. El arte no es un evento aislado, es similar a la vida: hermoso, fresco, nuevo y muy original.
El estiércol, de la misma manera, forma parte de ella. En el antiguo Egipto, fue un escarabajo el que creó el sol. No obstante, lo que se origina de la tierra, regresa a la tierra. Y lo que surge en el cielo extiende sus alas para elevarse hacia él.
《Y recuerda que, lo que es una verdad por la mañana , por la tarde ya es una mentira》.
Alan Prado (AMEP 11:11).
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