El secreto que se llevó Barbosa
Por Arturo Ríos Ruiz
* Buen legislador y mal gobernante
* Deposito 600 millones en un banco
Quién lo conoció, me comentó que Miguel Barbosa Huerta, en sus tiempos mozos, cargaba los portafolios de políticos encumbrados de Puebla. Fue tesonero y hábil y llegó a la cumbre de su estado que es la gubernatura de la entidad.
Fue diputado federal de 2000-2003 y senador de la República 2012-2018. En San Lázaro fue de los autores e impulsores de la primera iniciativa de Ley de Transparencia y fue el diputado que más participó en tribuna en esa legislatura.
Ya en diciembre de 2013, lo conocí como coordinador del Grupo Parlamentario del PRD, en el Senado, a finales de ese año enfrentó graves problemas de salud que provocaron que su pie derecho fuera amputado por complicaciones con la diabetes. No se cuidaba en lo absoluto.
En el Senado de la República fue presidente del Instituto Belisario Domínguez y de la Mesa Directiva de los Senadores y tenía dos jóvenes senadores que operaban a favor de la bancada perredista: Armando Ríos Piter y Zoé Robledo, el primero, hoy catedrático en la UNAM y el segundo Titular del IMSS.
En el Senado, lució mesurado, atinado y buen líder, conciliador, pujante y certero en sus declaraciones que antes de cada sesión era solicitado por la fuente para emitir su visión referente a los temas en la información de corte nacional.
Por estrategia, al final, Barbosa con la mayoría de senadores perredista se entregaron a Morena: Echó andar su visión hacia la gubernatura de su estado que logró sin complicaciones. Comenzó a ser otro a partir del momento.
Falló con el siguiente desatino: Tras la muerte del gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle y su esposa Martha Érika Alonso que calificó como un «castigo de Dios». Sus palabras fueron invadidas por la crítica por carentes de sensibilidad. El percance produjo elecciones extraordinarias que lo colocaron en la silla gubernamental.
El poblano, ya mandatario local, acusó que “la soberbia de López Obrador es infinita” e incuso, comentó que “Morena no es un partido nuevo, ¿cómo lo va a ser con rostro como el de Andrés Manuel López Obrador?”. No tuvo respuesta, pero sí marginación.
Su gestión gubernamental, fue agitada, pleitos por todos lados, con empresarios y políticos, seguramente su estado de salud y debilidad muy marcada en la vista, lo mantenía irritado, mezclado con el poder que a muchos descompone.
Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta, falleció el martes 13 diciembre a los 63 años de edad, por complicaciones de salud, tras estar en el hospital en la ciudad de México. Se publicó que llegó sólo a fallecer.
Pero, pese al paso de los meses de su partida, sigue la polémica a su rededor: el actual gobierno de Puebla reveló que, durante la gestión de Miguel Barbosa, se depositaron 600 millones de pesos en el Banco Accendo, que tres meses después se declaró en quiebra; los recursos no estaban protegidos por el IPAB. Su futuro lo alcanzó para heredar un problema a la actual administración poblana..
rrrart2000@hotmail.com y Facebook
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