Digna Ochoa, caso resucitado

Por Arturo Ríos Ruiz    

* Fue en 2001 su asesinato 

* Bernardo Bátiz, era procurador  

La Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenció a México por ser responsable de las “graves falencias” cometidas en torno a la investigación de la muerte de la defensora de derechos humanos Digna Ochoa, ocurrida el 19 de octubre de 2001. Pasaron 20 años para conocer este resultado ¿Servirá de algo? 

Los “numerosos errores en la escena del crimen y, en la documentación de ésta, así como en la necropsia médico legal”, son la consecuencia de la carencia de profesionalismo de las autoridades judiciales que pudieron ser tendenciosas para evitar la justicia. 

El destino de Digna Ochoa se marcó desde la detención de Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera, denominados ecologistas, presos en el penal de Iguala, Guerrero, ganaron el premio Chico Méndez por su compromiso con el medio ambiente. Trabajan en la encumbrada Sierra de Costa Grande. 

Ella acudió hasta la Sierra de Petatlán, caminos intrincados y peligrosos hasta llegar al sembradío donde habían laborado los llamados ecologistas y descubrió que se trataba de una enorme finca sembrada de Marihuana en Cantidades inmensas. Comprendió el riesgo y regresó a la capital. 

El viernes, 19 de octubre de 2001, hace 21 años, el abogado Gerardo González entró al despacho de sus colegas Pilar Noriega y Lamberto González Ruiz, en la calle Zacatecas 31, colonia Roma y descubrió en un sofá ensangrentado, el cuerpo de Digna Ochoa con el rostro semicubierto por su cabello. Era su compañera de oficio, luchas y litigios; un disparo en el muslo y otro en la cabeza. 

La noticia cobró interés nacional de inmediato y traspasó las fronteras bañadas de indignación y se relacionó el caso con el de los ecologistas galardonados y la relación con ellos de la Activista. 

En un velorio de Petatlán, un hombre de nombre Nicolás, ebrio, comentó que él y otro más mataron a Digna en la ciudad de México, enviados por el famoso en esos momentos Rogaciano Alba y al día siguiente fue encontrado asesinado. 

Rogaciano fue alcalde de Petatlán y fue del dominio público su ocupación en el narcotráfico y crímenes, fue apresado en un penal de Guadalajara donde murió en 2020 y se llevó el secreto de su acción contra la activista, pero en ningún momento se le cuestionó oficialmente sobre el crimen en cuestión. Sólo a sotto voce entre petlatecos. 

Sólo queda Mario Patrón, un joven abogado comprometido desde hace varios años con la defensa de los derechos humanos de los luchadores sociales, como La defensa de los campesinos ecologistas de la sierra de Petatlán.  

El tribunal sostuvo que México debe continuar las investigaciones para aclarar el caso y realizar un acto público de reconocimiento y responsabilidad internacional, entre otras medidas. Los funcionarios de la Procuraduría de aquel Momento, por ahí andan recordando sus desatinos en el caso. El procurador de la ciudad de México, era Bernardo Bátiz. 

rrrart2000@hotmail.com y Facebook 

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