Desleal competencia

Por Guillermo Robles Ramírez
La historia del comercio, desde que esta actividad se hacía por medio del trueque, siempre se ha enfrentado a diversos problemas que demerita y redunda en la economía de quienes se dedican a ello.

A pesar de que los comerciantes se han unido por aminorar de alguna manera los estragos que se derivan de esta problemática; las vicisitudes se incrementan conforme a esta actividad toma más auge y sigue arrastrando la problemática que se hace imposible desligar de esta función.

En la actualidad, dos de los principales factores que flagelan el comercio, son el ambulantaje, que se incrementa con el constante desempleo, y la recaudación de cada más dinero a través de impuestos. Este último con sus variantes cada vez que hacen reformas fiscales o nuevas leyes hacendarias, que en lugar de ayudar al contribuyente hacen todo lo contrario, es decir, el desánimo para pagar tributariamente los impuestos. Algunos ejemplos de lo anterior se ha venido haciendo desde que la nómina ya no es deducible de impuestos, a esto ha generado el contrato fuera prestaciones de leyes. Los gastos que sean “indispensables para el negocio”, reducen la deducción del mismo; por lo tanto, se prefiere pagar en efectivo y el prestador de servicio o vendedor no declara el ingreso porque no fue solicitada la factura. Así como estos, se pueden aumentar la lista de ejemplos.

En resumen todo lo que conlleva todos estos factores a la creación o criadero de la economía informal siendo cada vez más complejo o su ramificación, ya que el uso de las redes sociales, grupos de WhatsApp, Telegram o cualquier otra aplicación de mensajes instantáneos es la herramienta más fuerte que tiene el comercio informal. Aunado a este arraigado fenómeno, que ya es considerado como parte de la economía  del país, se incluye la piratería.

Ante la problemática, cuyos únicos perjudicados resultan ser los comerciantes y establecidos formales; los que sí contribuyen con la federación, así mismo como los impuestos locales y estatales. Estos fenómenos les significan una competencia desleal; a la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicio y Turismo, para contrarrestar estas anomalías que obstaculizan el verdadero comercio y lastiman la ya de por sí deteriorada economía del país.

La copia de marcas comerciales, más conocido como piratería, se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las autoridades competentes de México y cínicamente quienes se dedican a esta ilícita actividad la realizan en los sitios donde las marcas extranjeras o locales, sí pagan sus derechos de exportación e importación de sus productos, principalmente en las playas y puntos turísticos de México.

A lo largo de las décadas, la economía mexicana ha transitado por etapas de crisis recurrentes, lo que ha mermado el poder adquisitivo de los consumidores. Aunado a ello, la disparidad de nuestra moneda con la extranjera y la inequidad en la distribución de la riqueza.

La debilidad mostrada por la economía nacional, para generar empleos mejor remunerados, aunado al crecimiento de la población total y de la población económica activa, ha dado lugar al surgimiento de miles de microcomercios legalmente establecidos como única opción de supervivencia.

Arriba del 90 por ciento de los comercios del país son micro y pequeños, con una tasa de empleo entre una y cinco personas. El comercio grande solo representa el 1.1% del total, y la diferencia pasa a la población desempleada.

La falta de competitividad existe porque los pequeños comercios no tienen capacidad para generar los niveles de inversión necesarios para crear las estructuras competitivas y de tecnología requerida, para enfrentar el ambiente competitivo de la actividad.

Por otra parte, el fenómeno del ambulantaje y comercio informal, en cualquiera de sus formas, (“las Nenis”, “los Bros”, redes sociales, etc.) es un problema, que al paso de los años se ha agudizado en nuestro país, afectando no solo al comercio formalmente establecido, sino al consumismo, autoridad fiscal y la sociedad en general.

La subsistencia en su derecho natural, pero al percibir dinero con ventas callejeras en nuestros días se ha convertido en un serio problema y se hace urgente la actuación de las autoridades para frenar este tipo de ventas ilícitas, según las autoridades fiscales locales, estatales, y federales; mediante una solución que no lastime la economía de nadie y todo se efectúe bajo los cauces legales.

Los índices de la Concanaco Servytur, con respecto a las personas que se dedican al ambulantaje o comercio informal, son cada vez más elevadas y con tendencias alcistas.

Las autoridades correspondientes deben intervenir con firmeza para no permitir que las calles y avenidas, sean bloqueadas y ocupadas por vendedores ambulantes. Algo que cada vez es más recurrente en fines de semana, en especial el domingo, con los famosos “tianguis” y todo tipo de venta de comida chatarra o frituras, es decir, encauzar el ambulantaje a la formalidad y facilitar la tramitación para ello, sin tantas complejidades para la recaudación por un método sistematizado vía internet.

Crear conciencia en los puesteros ambulantes sobre lo perjudicial que resultan sus actividades; lo que afecta los ingresos tributarios en detrimento de la aplicación de inversiones para obras.

Esta práctica desleal obstaculiza la vialidad vehicular y peatonal. Distorsiona la imagen turística de las ciudades; no ofrece garantías al consumidor, evade impuestos, provoca inseguridad como es el caso del el famoso Barrio de Tepito, que por cierto no es el único en todo el país, y todos aquellos lugares que se les abre un espacio para vender “fayuca” y producto pirata, además de dañar el medio ambiente, etc.

Para aminorar el fenómeno del ambulantaje se puede lograr si nuestro país está dispuesto a reactivar el desarrollo del aparato productivo, generar empleos formales sin el castigo de la doble tributación, fortalecer el poder de compra de los habitantes, mejorar el ingreso real de la población, y la distribución equitativa de la riqueza, estimular el consumo interno, promover el ahorro y la inversión, profundizar en el proceso de simplificación hacendaria, y desregulación de la actividad económica, desarrollar programas educativos acordes con los estándares laborales de la actualidad y no populistas que al final resultan ser paternalistas y caritativas. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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