Desafío: La Guerrilla Ganó

*Década de Desdén
*Los “Ex” Impunes
*La Guerrilla Ganó

Durante diez años o más, digamos desde la primera alternancia con efectos devastadores por la ignorancia sobre el poder de los mandatarios de la derecha, se dio un fenómeno que los economistas nunca acertaron a explicar con corrección y comedimiento: la cada vez mayor violencia no inhibía las inversiones de los grandes consorcios, los conocidos estadounidenses y los españoles en fase de expansión tratando de asegurar una especie de reserva para paliar la crisis con dólares extraídos de otro mercado. No olvidaré al respecto la solemne negativa de Luis Téllez Kuenzler, el mayor saltimbanqui de la alta política, sobre el saqueo de divisas de 2008 cuando en la antigua Iberia pudieron contener la marea recesiva gracias a sus disponibilidades en México que alcanzaron, nada menos, el sesenta por ciento de las utilidades de sus bancos –en vez de barcos- insignias. La reconquista –si bien la primera no fue sobre México porque nuestra patria aún no existía como nación- tomaba rutas precisas.
Suele suceder que los grandes inversionistas, aquellos que se mueven en la línea de la macroeconomía, y mucho más los de menor alcance suelen sopesar los riesgos a los cuales se verán expuestos cuando deciden llevar sus capitales hacia otras tierras, desde la estabilidad de sus gobiernos hasta las proyecciones a futuro de su economía de acuerdo a las políticas trazadas. Y, sin duda alguna, uno de los elementos centrales para determinar hacia donde deben anclar los dineros es el nivel de violencia que podría generarles un colapso en caso de descontrol general y ante la visión de un presunto “estado fallido”, esto es incapaz de manejar el acoso con los elementos propios de las administraciones públicas.
En México, desde hace más de una década, es evidente que las mafias organizadas –no sólo los cárteles sino igualmente los grupos subversivos y las bandas de secuestradores que van y vienen sin cesar como el oleaje interminable-, se han pertrechado mejor y tienen una capacidad de cooptación, sobre todo entre las llamadas fuerzas armadas, que resulta difícil extirparlas del todo pese al crónico efecto publicitario sobre algunas supuestas cabecillas, en muchos de los casos desconocidos para la opinión pública porque la Procuraduría General no mantiene la alerta sobre los mismos ni la hace del conocimiento general, sin que tal merme el poder operativo de las grandes corporaciones de la mafia transnacional. Porque, claro, a estas alturas sólo los ingenuos pueden negar que los verdaderos “padrinos” aguardan muy tranquilos en sus mansiones de Washington, Nueva York, Houston y Los Ángeles.
La tendencia de los inversores del extranjero es, cuando menos, sorprendente. Pese a que México es situado en la franja de la violencia internacional, en condiciones alarmantes en cuanto a las ejecuciones callejeras y las dantescas exhibiciones de los cadáveres en los puentes peatonales además de otros horrores, entre ellos la ya institucionalizadas fosas clandestinas como las que sirvieron de camposanto a decenas de emigrantes en Tamaulipas y ahora aparecen por el territorio de los llamados “Guerreros Unidos”, confluencia de todos los males, nunca dejaron de “confiar” en la solidez de nuestra economía aun considerando los constantes traspiés de la misma y los erróneos caminos del neoliberalismo mal llamado “social” que depauperó más a cuantos viven de sus esfuerzos cotidianos.
La perspectiva, radiografiada con intensidad por los noticiarios del llamado primer mundo, no era la más saludable para asumir los riesgos de una inversión a tientas, bajo la esperanza de recibir privilegios gubernamentales –sobre todo en el terreno fiscal, en donde México se convirtió en casi otro paraíso pero sólo para los capitales de fuera-, considerando los vaivenes que les pusieron en jaque en buena parte de Sudamérica, en Argentina y Brasil sobre todo con las políticas estatizadoras. Nuestro país, en buena parte de su territorio, se convirtió en un gigantesco campo de guerra sin ley y sin fórmulas para disminuir las presiones y el tremendo escozor general por la ausencia de garantías y de paz pública; y, pese a ello, los inversionistas confiaron, siguieron confiando.
Sólo existen dos explicaciones para ello:
1.- Que las ofertas y garantías de la suprema voluntad hayan sido extremas –apremiado por la ausencia de liquidez de la administración bajo su responsabilidad-, a la par con las reformas energética y en telecomunicaciones que, de hecho, son casi como obsequios para las poderosas empresas del exterior y también para los multimillonarios mexicanos quienes, como Carlos Slim Helú, modificaron el objeto social de sus grupos para incluir en el mismo cuanto se relaciona con la extracción y distribución del crudo mexicano, otrora patrimonio de la nación. Con ello, las posibilidades para multiplicar sus rendimientos, en estas épocas de enormes reajustes financieros como los que lleva adelante la “Kaiser” Ángela Merker, fueron tan amplias y apetitosas que no pudieron rehusarse. Dice el refranero popular: “a caballo regalado no se le mira el diente” y, en este caso, sólo faltó que las políticas reformistas tuvieran moños de Navidad.
2.- Que parte de los consorcios inversores, seguros por las garantías oficiales, estén interesados en patrocinar, o lo hagan ya quizá desde hace varios años, a las mafias organizadas para mantener a México en un estado intermitente de belicosidad y así mantener por los suelos las cotizaciones que, en otro caso, serían mucho más altas. Ahora, para el año 2015, el gobierno peñista tazó en setenta y nueve dólares por barril el precio de la mezcla mexicana de crudo, el más bajo de la historia, cuando apenas hace un lustro se valoraba por encima de los doscientos dólares. ¿No es acaso muy sintomático de la situación actual?
Por supuesto, la sospecha no es gratuita. No olvidemos la participación de los terroristas vascos de ETA en los movimientos subversivos en México ha sido evidente; y más a partir de declarar el cese al fuego… en España y Francia, naturalmente. Tal dio lugar a una dispersión que alcanzó la costa del Golfo, por Tamaulipas, y de allí hasta las sierras chiapaneca, oaxaqueña y guerrerense. No es casualidad que por allí se encuentren algunos de los extremistas más violentos mientras se dan los sesgos políticos de mayor importancia. ¿Basta con la caída del gobernador guerrerense ángel aguirre rivero para aplacar situaciones como la planteada? Es evidente que no.
La pesadilla no termina en este punto. ¿Hasta qué punto se ha perdido la soberanía nacional con la apuesta soterrada del gobierno peñista, rebasado en Guerrero como antes lo fue en Michoacán desde donde el narcotraficante Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, se entretiene enviando videos y mensajes variopintos asumiéndose como redentor y arrepentido, además, de “haber destruido Michoacán” a lo largo de diez años ominosos; y, pese a ello, insiste en que jamás lo atraparán con vida. Es tan buen estratega que aunque dicen tenerlo acorralado se mueve por donde quiere y pasa por los retenes militares con sus camionetas blindadas sin sufrir acoso alguno. La alta sociedad criminal, y es terrible hasta escribirlo, alimenta a la soldadesca. Y contra esta realidad, poco puede hacerse en la cómoda residencia oficial en donde las familias de los “desaparecidos” de Iguala casi le aplican tormento chino al mandatario huésped.
El hecho notorio es que la negligencia oficial llega a extremos escandalosos, increíbles. Se reacciona tarde y con una ineficacia patética. ¿Buscaron primero a los normalistas antes de encontrar el núcleo en dónde se encuentran refugiados los “Guerreros Unidos”, quienes se los llevaron, peinando la zona a través de helicópteros… a los que podrían derribar, si quisieran, con la mayor facilidad. Ya se ha visto que los misiles tierra-aire están en manos distintas a las de los mandos castrenses por esos “azares” de la vida. De otra manera, por supuesto, algunos derribos digamos antioficiales no se hubieran dado ni en el Ajusco ni en Chalco, mucho menos en las Lomas de Chapultepec. ¿Nos vamos entendiendo?
Nos queda el sinsabor de esa amalgama multinacional que está atravesando el alma de México, poco a poco pero sin cesar, esto es cual si se tratase de una carrera de fondo que sólo terminará con la pérdida de nuestro estatus de nación soberana para pasar a otro, terrible, el del “estado fallido” que se niega, una y otra vez, al tiempo que nos acercamos a los abismos. Y bien lo sabe el presidente peña nieto quien ya no sabe por donde encaminar su régimen, condenado ya, que para muchos está a punto de fenecer. ¿Por enfermedad o por incapacidad? Me inclino por lo primero y no es una buena noticia en cuanto a la inestabilidad que podría provocarse con las dentelladas de los ambiciosos, priístas y copiones, en pleno forcejeo por treparse a la silla rematada con el símbolo de un país en la ruta de su autodevastación.
Debate
En el forcejeo por los recientes acontecimientos, obviamente alcanzada la deplorable clase política que padecemos, se habla sobre la inmunidad ofrecida al gobernador con licencia de Guerrero –lo cual significa que podría regresar a su trono en cuanto cese la tempestad, posibilidad lejana-, ángel aguirre rivero, a cambio de la solicitud de licencia y para evitar, este es el punto clave, que no se iniciaran otras acciones penales por desfalco y peculado de acuerdo a los documentos que le dejó ver el presidente de “su” partido, el perredista Carlos Navarrete Ruiz, en plena negociación execrable. No lo olvidemos.
La impunidad ha llegado muy lejos. Nada se hizo contra Arturo Montiel Rojas, ex gobernador mexiquense y tío de enrique peña, cuando los desfalcos al erario fueron escandalosos mientras su mujer, la modelo francesa Maudé Versini, se mofaba de él con un maestro argentino de tenis quien “desapareció” misteriosamente: posiblemente se encuentre en una de las fosas clandestinas de Iguala y Cocula. Otro caso es el Mario Marín Torres, cuya intervención en el escándalo del pederasta de Cancún rebasó todas las normas de ética política y personal. Y ni qué decir del deplorable asesino rubén figueroa alcocer, responsable de la matanza de Aguas Blancas, en junio de 1995, cuando un grupo motorizado de agentes estatales interceptó a varios vehículos de la Organización Campesina de la Sierra del Sur acribillándoles con saldo de diecisiete muertos y veintiún heridos; los agentes involucrados dijeron que habían recibido órdenes directas del entonces mandatario guerrerense.
Y en la lista de los “ex” impunes NO sobra ninguno de quienes han pasado seis años en la residencia oficial de Los Pinos pese a la irritación pública en una muestra fehaciente de la derrota del término constitucional sobre la “soberanía popular”. Cada elite ha construido la desgracia de los mexicanos.
La Anécdota
Un gran amigo de esta columna, oriundo de Taxco de donde procede igualmente el gobernador substituto de Guerrero, el recién designado Rogelio Ortega Martínez –sin parentesco con Jesús de los mismos apellidos y ex dirigente del PRD-, me confía que el mandatario ha tenido una vida muy azarosa por cuanto a sus ideas de izquierda radicales. Fue guerrillero y así lo presumía hasta hace muy poco e incluso participó, personal y financieramente, en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Con ironía me dice mi interlocutor:
–Por fin ganaron los guerrilleros de la sierra. Ya no requerirán más secuestros –como el sufrido por rubén figueroa figueroa, mil veces sobajado en condiciones de servidor doméstico ante los alzados-, ni sufrirán emboscadas. Uno de los suyos ya alcanzó la gubernatura. Es una victoria “revolucionaria” del más alto nivel.
No es ara sonreír, desde luego.
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Web: www.trinchera.mx
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
¿CUÁNTAS ALMAS ENFERMAS ESTÁN DISTRIBUIDAS ENTRE LA CLASE POLÍTICA Y QUIENES SON VÍCTIMAS DE ELLA? ES UNA CUESTIÓN DE ENORME IMPORTANCIA PORQUE ESO EXPLICARÍA LA BARBARIE EN LA QUE HAN CAÍDO ALGUNOS SEGMENTOS OFICIALES. POR ESO ESCRIBÍ, EN MI OBRA MÁS RECIENTE, QUE ESTAMOS MÁS CERCA DEL TRIUNFO DEL MAL QUE EL DEL BIEN. ¿ESO QUEREMOS PARA NUESTROS HIJOS?

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