Desafío

Desafío: Ciudadanía, ¡Culpable!

  • Ciudadanía, ¡Culpable!
  • De Pobres Expectativas
  • Cuestión de Traidores

Para la clase gobernante la justificación más a mano es la de culpar a la ciudadanía por las consecuencias de las decisiones administrativas. Por ejemplo, la contaminación de la ciudad de México –alarmante por cuanto se repiten, como hace años no se veía, las contingencias ambientales pese a las medidas extraordinarias tomadas en petí comité y sin el consenso de las autoridades capitalinas-, sólo deberá reducirse si entran a los estacionamientos los automóviles “viejitos” y sin considerar que los dueños de éstos, si tienen poder adquisitivo, comprarán otro automóvil y otros, depauperados, requerirán mejores servicios públicos que, por el momento, no pueden ampliarse… porque los trabajos de construcción contaminan. Un círculo vicioso.

Pareciera que somos culpables porque el gobierno no va al ritmo del desarrollo poblacional; y nos tiran a la cara el hecho de que el parque vehicular de la gran metrópoli pasó de un millón 800 mil a cinco millones 400 mil automotores en cuestión de un lustro. Esto es: no quiero imaginarme el desastre que hubiese ocasionado la ausencia de los segundos pisos –iniciativa de Andrés Manuel, quien no fue un mal gobernante-, y de los anteriores y feísimos ejes viales heredados por el régimen de Carlos Hank González, el gran “padrino”… de José López Portillo y su mujer fustigadora.

Todo ello, claro, fue haciéndose cuando las necesidades de la urbe central estaban más allá de las capacidades oficiales; se estimaba, hace poco más de una década, esto es hacia el final de 2005 cuando López Obrador dejó el cargo para encabezar su primera campaña presidencial –ya va por la tercera vuelta y sigue desconfiando en los órganos electorales sin ofrecer garantías ni salidas a sus seguidores a la vista de los alquimistas del INE-, que sólo en el entonces Distrito Federal había más de tres mil quinientos puntos de conflicto para el tránsito vehicular y era imposible, por tanto, atenderlos todos.

Esto significaba, claro, que ni con las obras realizadas podría alcanzarse un equilibrio si bien fue interesante el favoritismo hacia el sur de la ciudad, no hacia el norte cogestionado en donde habitan los ciudadanos de menores recursos –supuestamente los favoritos de Andrés Manuel-, en donde los proyectos no terminan y los armazones de cemento sobre nuestras cabezas no sólo dan la impresión de vivir en un mundo gris, aterrador, sino además son motivo para esquilmar aún más a quienes usan las vialidades del aire muchas veces defectuosas. De hecho, la primera parte de los “segundos pisos” ya merece bastante más que una “manita de gato”; en lo particular siempre que decido usarlos mi cabeza me traiciona e imagino escenas devastadoras al estilo del hollywoodense “Terremoto”.

Así, las soluciones salomónicas provocaron, hasta este momento, un alza en la venta de automóviles –seguramente habrá bonos extras para Ricardo Pacchiano Alemán, secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales además de consorte de la bella Alejandra Lagunes, una de las favoritas del rey de Los Pinos, lo mismo que para el acaudalado José Antonio González, director de PEMEX y concuño, nada menos, de carlos salinas-, sin vialidades en proyecto ni más amplios y seguros estacionamientos.

Al contrario, por desgracia, los predios que sirven para esta función esperan a los ricos dueños de los mismos decididos a alzar edificios de varias plantas –más de seis, cuando menos-, destinadas a habitación y oficinas a sabiendas de que la regulación depende de las buenas relaciones con las autoridades cómplices quienes siempre estiran la mano ya sin necesidad de pedir comisiones. Las antiguas “mordidas” son ahora como el estrangulamiento de las boas –con fama de hacerlo, sobre todo las fílmicas anacondas-, hasta la trituración absoluta. México es así, me dicen.
Cuando menos, desde tiempos de Adolfo López Mateos –acaso el último mandatario quien tuvo la capacidad de conservar su popularidad hasta finales de su régimen pese a la represión contra ferrocarrileros y médicos por él dispuesta-, se acuñó la terrible y procaz sentencia:

  • “Cada mexicano tiene metida la mano en el bolsillo de otro mexicano… ¡y pobre de aquel que rompa la cadena!”

Y con esto se justificó, en la década de los sesenta del siglo pasado, la ingente corrupción que se dio vuelo después y cobró fuerza de huracán durante el paso de miguel de la madrid y sus secuaces –sobre todo el nefasto manuel bartlett díaz quien ahora es orgulloso asesor de Andrés Manuel más allá de todos los límites razonables-, cuando además se fabricaron decenas de “accidentes” como fórmula para librarse de los críticos y líderes sociales, de la izquierda sobre todo.

Ahora que se ha descubierto que las industrias canadienses son las extractoras y comercializadoras del oro de Iguala, Guerrero, muy cerca de Ayotzinapa -¿por qué no acuden a ellas los pobladores afrentados por las “desapariciones”?-, también se culpa a los mexicanos por haber dejado que los extranjeros, como en la era del porfiriato voraz, se apropien de las entrañas de la patria y la hagan abortar metales de gran valor en los mercados. A Taxco sólo llegan las copias; a Nueva York van las piezas mejores, lo mismo que a Toronto, Montreal, Vancouver, Londres y París.

Como en la guerra de los diamantes en África, concretamente en Sierra Leona, en México las crónicas del horror, como la persecución de 42 normalistas a quienes se suma un militar en ejercicio, además de varios supervivientes quienes prefieren callar como requisito para sobrevivir, son muy semejantes en torno a las minas de oro y los laboratorios de cocaína enclavados en las cuevas circundantes o incluso en algunos de los túneles que dejaron de ser productivos para los “canadienses” y sus prestanombres… como el asesino Germán Larrea Mota-Velasco, presidente del Grupo México y responsable de las muertes de sesenta y cinco mineros en Pasta de Conchos, Coahuila, y de diez más desde entonces.

A los obreros nacionales les obligan a trabajar en condiciones infrahumanas, como las de hace un siglo que dieron lugar a la revuelta pre-revolucionaria de Cananea, Sonora, en 1906, como si nada hubiese mejorado en más de una centuria. Y así es, por desgracia. Ya dirán los voceros gubernamentales que cuantos mueren en los más hondo de las minas, como en la Coahuila de los Moreira Valdés –los abyectos y miserables zancudos de la política-, son responsables por su descuido y por cuanto su sindicato no hace por ellos. Pero nunca se hablará de los empresarios cómplices.

Mientras, las marchas callejeras continúan. No sólo son “43” los ultrajados desde el 26 de septiembre de 2014 –ya van a cumplirse veinte meses de pretextos, negligencias absurdas y vanos intentos de saber la verdad a través de expertos de otras latitudes que contradicen las versiones de la Procuraduría General –la ridícula “verdad histórica” que debiera ser el elemento para iniciar indagatorias contra Jesús Murillo –Morío- Karam, el ex procurador que saltó dentro del gabinete a la secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano en donde sólo se sostuvo seis meses candidateado para alguna embajada –en realidad está enfermo y éste, a diferencia de oros, no lo niega-, verdadero responsable de alterar las pesquisas, incluso las pruebas, para darle forma a la hipótesis absurda de la quemazón en los basureros de Cocula.

Pero, claro, también los medios, sobre todo los periodistas independientes que nos contamos con los dedos de una mano, quienes somos culpables por extender las sospechas. Sin nosotros, alegan en la superioridad, ya se habían cerrado los casos y mandado a sus humildes casas de Ayotzinapa a los padres y familiares de las víctimas. Han podido hacerlo todo, desde el establishment, y no les pasa nada.

Una muestra de la inercia de la impunidad es la de los Mural oaxaqueños; el loco, quien se inventó un autoatentado, Pepe, fue quien modificó el rumbo y el templete del mitin de Lomas Taurinas, convirtiéndolo en una ratonera. Y lo siguen premiando: Alejandrito, su hijo, es candidato del PRI al gobierno de Oaxaca. ¿Sus méritos? Defraudar al IFONAVIT, esto es a los trabajadores, y ser efebo consentido de Los Pinos. ¿Van a votar por él los oaxaqueños dignos? No podría entenderlo.

Debate
Es curioso el partido que tiene más bajas expectativas rumbo a las elecciones de este año, dentro de tres semanas, es el PRI. De acuerdo a sus cálculos van en caballo e hacienda en sólo seis estados de los doce que renovarán gubernaturas: Sinaloa, Hidalgo, Zacatecas, Tamaulipas, Durango y Chihuahua. Pero si analizamos las cosas… ni en estas plazas están muy seguros que digamos a menos de haberse dado arreglos soterrados… como en la Veracruz de los yunes –tan malo uno pero peor el panista-.

En Sinaloa, el “camionero” MALOVA –hace días para presumir se subió a un autobús para saludar la adquisición de algunas unidades y los pasajeros sorprendidos le pidieron que exhibiera su licencia de conducir aunque iba muy bien escoltado por varias patrullas que cerraban el paso a otros vehículos-, apoya al priísta Qurino Ordaz Coppel aunque los traicionados del PAN y el PRD que abanderaron al gobernante dicen que no se dejarán.

En Hidalgo hicieron correr a Omar Fayad Menses –menos mal que no estaba con Vicky Ruffo-; en Zacatecas los morenistas se ríen de Alejandro Tello; en Tamaulipas detestan al narcogobernador y descastado Egidio y al priísta Baltazar Hinojosa Ochoa; en Durango, el panista José Rosas Aispuro, repetidor, compite de igual a igual con el priísta Esteban Villegas; y en Chihuahua, tierra sin ley, Enrique Serrano no sale del pantano que rodea al actual mandatario, odiado por la mayoría, César Duarte Jáquez.

Y hablamos de los estados que da por asegurado el hoy tuerto Manlio Fabio Beltrones, el líder de pacotilla del Institucional, quien no sabe paliar el desastre salvo con el chantaje, la compra-venta y la alquimia, sus especialidades.

La Anécdota
La “maestra” pretendió matrimoniarse varios años antes de entrar al penal de Tepepan en donde tantas libertades le dan. El novio, de acuerdo al Teléfono Rojo de José Ureña, era, nada menos, Francisco Yáñez, efímero director de la Lotería Nacional, quien no pudo resistirse ante los encantos de una Miss Chihuahua con la cual no podía competir la célebre “novia de Chucky”, elba esther.

Y en eso aparece el gran traidor, quien se dijo desplazado, miguel ángel yunes linares, y se arrimó al también despechado Yáñez. Los dos entregaron el expediente comprometedor contra la lideresa de los educadores y escondieron las manos. El señor calderón, entonces presidente, lo vio y se persignó; acaso lo colocó bajo el altarcito de San Judas Tadeo. Y fue así como, ya en poder de peña nieto, la poderosa maestra bajó del umbral de la gloria y se convirtió en rehén.

En el México de las traiciones quien no sabe detectarlas está confinado a las sepulturas. ¡Ojo, veracruzanos!

Cuando los malos gobiernos no tienen salidas buscan la manera de trasladar las culpas
y responsabilidades a los gobernados quienes tienen dos opciones:
exigir respuestas para ponderar si deben o no quedarse los fariseos;
o bajar la cabeza y aceptar los chicotazos de sus enfermizos empleados,
los funcionarios públicos. Ustedes dirán.

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