Desafío
*Justicia o Complicidad
*La Guerra de los Ricos
*El Primero en Cabalgar
No hay duda alguna, sobre la mesa en que se exhiben las pruebas, de la manifiesta complicidad de los ex mandatarios, los fox, ella y él naturalmente, y felipe calderón, con las empresas que prestaban servicios a PEMEX; y todo parece indicar que ellos mismos dieron carpetazo al precedente funesto, el llamado Pemexgate, por el que se proveyó de millones de pesos a la frustrada campaña presidencial del “tonto útil”, Francisco Labastida Ochoa, deducidos de los sueldos de sus trabajadores. Como recordamos, con una displicencia enorme, fox optó por no dar instrucciones a la Procuraduría General de Justicia que, sencillamente, optó por el clásico carpetazo; el titular de la dependencia era el general Rafael Macedo de la Concha cuyo nombre vuelve a sonar fuerte por presuntos vínculos con Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”. Como en familia.
Ahora, vicente, el de las botas de charol –gesto inolvidable que sigue siendo motivo de burla entre los cortesanos hispanos-, dice sentirse “tranquilo” pero, al mismo tiempo, declara, desde su templo faraónico que pareciera gozar de autonomía cual si se tratase de una universidad, que tiene “mucha confusión de qué se trata”, en su lenguaje siempre corriente y obviamente sin el menor asomo de sintaxis. Seguramente, el asunto debe haber causado un revuelo en la recámara y en el despacho de su rancho, copiado exactamente al de Los Pinos para evitar excesivas nostalgias, en donde suele sentirse el centro del universo como parte de sus desvíos egocéntricos. No hay medicina que pueda con esta dimensión de vanidades.
Pero debiera responder, en lugar de exhibirse como blanca palomita, a un interrogatorio judicial serio si bien ello no es garantía de que pueda alcanzarse el objetivo de la justicia. Antes ya debieron hacer declaraciones sobre el magnicidio de Colosio, carlos salinas y ernesto zedillo, éste ya en funciones presidenciales; y también luis echeverría, acusado por genocida en torno a los dolorosos acontecimientos de 1968 y 1971. En los primeros casos no se pasó de las salas de audiencia –salinas declaró en la embajada de México en Dublín-, y la excepción ha sido echeverría que llegó a ser arraigado en su palacete de San Jerónimo sin procederse contra él gracias a un amparo y el posterior desistimiento de la acción penal.
Lo lamentable es que muy poco se sabe en torno de las diligencias y cuanto explicaron los ex mandatarios, bajo las siete llaves de la falsa “transparencia” que resultó una caja mucho más compleja de abrir comparada con las rutinas anteriores para buscar y encontrar las informaciones requeridas. Hasta en este punto nos han tomado el pelo, incluyendo la creación de la Fiscalía Especializada contra Delitos Relacionados con la Libertad de Expresión que, por inútil, ya hasta cambió de sede. En lo particular interpuse, desde hace tres años, una querella contra la censura impuesta por la editora española, Océano “de México”, al negarse a publicar “Nuestro Inframundo” –que terminó siendo impresa y distribuida por Jus-, pese a tener un contrato firmado para ello. Todavía hace unas semanas me llamaron “para ampliar declaraciones” con el expediente en poder de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal a donde fue transferido; y no cesaré de poner el dedo en el renglón.
Tratándose de ex mandatarios la perspectiva cambia, por supuesto. Sin duda, hay demasiadas facturas por pagar entre ellos, predecesores y sucesores, en una interminable cadena de complicidades. Cuando rompamos uno de esos eslabones, lo que sólo será posible mediando la voluntad autoritaria superior, comenzaré a recobrar mi fe en la justicia mexicana que, por ahora, es una auténtica fábrica de millonarios si consideramos los sueldos de ministros y magistrados, superior al medio millón de pesos al mes en promedio. La manifiesta desigualdad de los salarios, con los de la mayoría de los mexicanos, no es un premio a la sapiencia sino una bofetada para consolidar las diferencias sociales con acentuado olor a morfina. Sin justicia, ni asomo de equilibrio, vivimos medio muertos porque nuestras conciencias son también rehenes del sistema; y eso es porque así lo permitimos.
El señor fox solicita que se indague; pues es necesario hacerlo… ¿o le venderán “el favor” de declinar cualquier procedimiento en aras de la farsa ridícula sobre la reciedumbre del “sistema” y sus posible “afectación” si se desmorona el tren del presidencialismo y la impunidad? Porque, desde luego, no debe tolerarse que los escándalos y las acusaciones más severas simplemente se diluyan con la “medicina del tiempo”, la fórmula propuesta por el priísta, ya extinto, Alfonso Martínez Domínguez, para alcanzar el privilegio de la amnesia pública y volver a la política luego de ser defenestrado por los sucesos del Jueves de Corpus en 1971.
El fraude en la naviera Oceanografía, cuyo accionista principal es Arturo Yánez Osuna, está muy claro: a través del tráfico de influencia, con los hermanos Bribiesca Sahagún en el pináculo, la compañía obtuvo contratos por casi seis mil millones de pesos; y, cuando menos, seiscientos millones, “limpiecitos”, quedaron en manos de los avorazados hijitos de marta, la de las muchas faldas. Pero no terminó la historia en este punto. Recuérdese que, entonces, felipe calderón transitaba por la secretaría de energía y su fiel seguidor, César Nava Vázquez, fungía, nada menos, como director del Jurídico de PEMEX.
Un triángulo perfecto, rebosante de favores mutuos, para culminar a favor de “felipe” en trance de convertirse en candidato a la Presidencia. ¿No qué no era el “delfín” de Fox? Los hechos hablan de otra cosa según apuntó, en su momento, Santiago Creel Miranda –“2012: La Sucesión”, Océano, 2010-, quien aparecía como favorito y fue rebasado con bastante facilidad luego de la llamada “operación cochinita”, en Mérida claro, en donde todos los vicios electorales heredados se convirtieron en plataforma de lanzamiento. Las servidumbres, es decir el servilismo, siempre se descubren aunque parezca tarde para ello.
Si calderón y Nava Vázquez, quien luego sería el secretario particular del primero y después presidente nacional del PAN al que llevó al fracaso, retirándose y saliéndose de la política para administrar sus negocios privados, estuvieron en sitios claves a la hora de la aparición forzada de Oceanografía, basta repasar los sucesos posteriores para entender los cauces tomados por cada uno de los protagonistas. Porque ni los fox, ni calderón, se situaron en la austera “medianía” que propuso Juárez, sino cayeron deslumbrados por la nueva aristocracia gracias a la cual fueron reyes por seis años… y doce, juntando las cadenas de oprobio. Bueno, podría hablarse de dieciocho si contemplamos cómo se dio el “Pemexgate” en 2000, con el aval de Zedillo con tal de disimular su apoyo real a la derecha siguiendo las instrucciones de la Casa Blanca, en donde no fueron pocos los espantados por la creciente inseguridad al sur de la frontera estadounidense.
Sin más dilaciones, sin pretextos rudimentarios ni fórmulas arcaicas, debe procederse, como un ejemplo sin par, contra los ex presidentes corruptos. ¿Quiere el señor peña nieto revertir el rechazo en alza de la opinión pública? Pues esta es la puerta, no la expansión de los compromisos hacia el Legislativo, donde abundan los mercenarios, para cerrar asuntos que lastiman, muy hondo, la sensibilidad de los mexicanos. “El Chapo”, señor peña, no es “la chapa” para cerrar las puertas de la desconfianza.
Entiéndalo bien el mandatario federal, antes de que el juicio de la historia sea irreversible, como parece, tras el desastre de las reformas energética y fiscal, sobre todo, que enajenan el patrimonio y laceran, por ende, la soberanía nacional. El pecado es gravísimo, mortal… pero sigue con vida y es factible revertirlo aún con una larga penitencia –esperemos que no sea para los mexicanos- de casi un lustro por delante. Tiene lo que sus antecesores ya no: tiempo.
Debate
Los ricos están furiosos y riñen entre sí. ¡Qué tiemble México!, gritan en sus despachos, desaforados, por enfrentar en los tribunales una querella que enfrenta a tres de los consorcios más fuertes del país: el grupo Carso, Televisa y Televisión Azteca; las dos últimas, por supuesto, quieren mantener su duopolio de facto, y el primero no quiere dejarse vencer en su carrera por meter la cabeza en todos los renglones de la comunicación.
La punta del iceberg es sencilla: con la reforma hacia las fuentes de las telecomunicaciones existen más espacios, en apariencia, para cuantos deseen participar, sobre todo en la expansión de las cadenas televisivas, abiertas y de paga, y en cuanto a las nuevas frecuencias de radio que, desde la llegada de la derecha al poder, han marginado a las empresas medianas y pequeñas con coberturas con las que les es imposible competir bajo una atroz desigualdad de circunstancias, sobre todo en el interior del país. Muchos venden, los menos se fusionan con los consorcios nacionales, acaso multinacionales también, en cierne. Repito: no existe defensa posible contra el autoritarismo presidencial en donde se negocian los privilegios.
Contra lo que alguna vez me confió el señor Carlos Slim Helú, parece indispensable convertir a los mandatarios, el federal y los estatales, en socios privilegiados, para ganar la carrera hacia la obtención de “concesiones” y contratos, al estilo de los que ya se elaboran en PEMEX para beneficio de inversionistas foráneos, sin ajustarse a las reglas del juego. ¿A quiénes creerle?¿A cuántos cuentan, con millonarias publicaciones, que se protege al hombre más rico del planeta?¿O a éste que, insiste, en la presión ejercida por las televisoras privadas, hasta ahora intocables, como los ex mandatarios, acaso porque, dentro de ellas, se conocen los secretos que condicionan las complicidades mayores?
Se aceptan apuestas.
La Anécdota
Existen personajes públicos que rugen y espantan… hasta el presidente en funciones, cada sexenio. No se les toca porque se cree que no será sencillo controlar sus exabruptos y sus triquiñuelas bajo el fragor de las negociaciones soterradas. Uno de ellos, es el execrable veracruzano, Miguel Ángel Yunes Linares, antiguo socio y lacayo de Elba Esther Gordillo con quien rompió por cuestiones hormonales que no vienen al caso.
El señor Yunes es ahora señalado como uno de los que “vendieron” la fuga de “El Chapo” Guzmán, en enero de 2001, cuando desempeñaba la dirección general de Prevención y Readaptación Social, con un gobierno panista luego de renunciar a su partido de origen, el PRI, y hasta lograr que su hijito fuera diputado por Acción Nacional, claro.
No se olvide que el mismo personaje, en condición de subsecretario de Seguridad Pública, fue el primero en llegar al sitio donde yacían los cuerpos de su jefe, Ramón Martín Huerta, y sus acompañantes, el 21 de septiembre de 2005. Montó a caballo y se adelantó, incluso al ejército, para revisar aquel desastre y acaso construir una historia más o menos creíble… que muy pocos se tragaron.
Sus cuentas pendientes son tan grandes como su carrera de criminal político.
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Web: www.rafael-loretdemola.mx
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
EN LAS NACIONES EN DONDE SE HA JUZGADO A EX MANDATARIOS E INCLUSO A PRESIDENTES EN FUNCIONES, LEJOS DE LASTIMAR AL “SISTEMA” LO HAN FORTIFICADO CON LA RENOVACIÓN DE ROSTROS Y LA RECONVERSIÓN DE LA CONFIANZA PÚBLICA. EN MÉXICO, NO. NI SIQUIERA HEMOS PASADO DE LAS PANTOMIMAS –LA DE echeverría, HOY CON NOVENTA Y DOS AÑOS, LA MAYOR DE ELLAS-, SALVO CUANDO SE HA TRATADO DE AJUSTES DE CUENTAS PERSONALES Y FURTIVOS. NO HAY DEMOCRACIA SINO INTERESES GREMIALES, FACCIOSOS. ¿CÓMO SALIR ADELANTE CON TANTOS “INTOCABLES”, DE LOS QUE DICE NO HAY EL SEÑOR peña, MOFÁNDOSE DE CADA UNO DE NOSOTROS Y DE LA INTELIGENCIA COLECTIVA?
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