Deben estar, tras rejas

Por Guillermo Robles Ramírez

Para nadie es desconocido que las llamadas casas de empeño, en su mayoría por no decir que todas, son refugio de cualesquier clase de artículos robados, desde valiosas alhajas hasta aparatos electrónicos y sabrá Dios qué más.

Lo saben nuestras autoridades investigadoras de robos, pero como a todos, al menos a ellos, les conviene la existencia y funcionamiento de esos negocios, por lo tanto, no hay problema alguno, ya saben dónde encontrar los frutos de lo hurtado.

Será por eso que llama la atención que cada vez que se les cuestiona a las autoridades por parte de los reporteros de medios sobre el tema, su respuesta siempre es la misma, es decir, “que tienen en la lupa a varias casas de empeño”. A lo que personalmente yo diría que en lugar de eso debería de tenerlos tras las rejas.

Siempre han declarado que están bajo la lupa algunos “monte pío”, o casas de empeño en las que se han encontrado o detectado objetos robados, dejados como empeñadas por rateros.

El problema se agrava cuando esas casas de empeño no piden ni solicitan, factura o nota de compra a quienes acuden a esos negocios a empeñar alhajas, televisores, aparatos domésticos, etc.

Y, mientras no haya una acción drástica y apegada a la Ley para esos “aparachuecos” nombre con el que se identifica a quienes compran mercancía sin factura y sabiendo que son robadas, el negocio de las casas de empeño seguirá creciendo como está elevándose el robo a negocios, casas particulares, a personas en general, etc.

Aunque también hay que decirlo que existen algunos taxistas que han encontrado un “modus vivendi”, dando servicio exclusivamente a damas de la tercera edad que se encuentran de alguna manera vulnerables emocionalmente o bien, que ya no tienen capacidad de poder tomar buenas decisiones. Una vez ganada la confianza son despojadas de sus joyas con una gran labor de convencimiento para llevarlas al monte pío, o casas de empeño para entregar sus joyas a cambio de un préstamo y todavía con la desfachatez de poner la boleta de empeño a nombre del taxista. Al menos eso es algo que sucedió en la ciudad de Torreón, recientemente en la Nacional Monte de Piedad, y lo peor es que ni siquiera preguntaron la procedencia de dichas joyas o comprobar de alguna manera que son de su pertenencia.

En la medida en que haya quién o quiénes compren objetos robados y sin factura, será el crecimiento de los robos y la actividad de los “cacos” o rateros.

Por eso, las autoridades de la procuración de la justicia, no deben tener en la lupa a quienes saben perfectamente que compran cosas robadas, o son adquiridas de dudosa procedencia, como en el caso del taxista, sino detrás de las rejas, bueno si realmente se tiene la intención de combatir y disminuir los robos a domicilios particulares, negocios, engaños, etc., que cada vez son más numerosos, aunque hay quienes dan el pretexto de que es porque hay mucho desempleo, lo que realmente es una justificación nada valedera.

Los delincuentes siempre estarán en espera de las oportunidades y “huecos” que les den nuestras autoridades y en la medida de que éstas sean más holgadas y amplias, se reflejará definitivamente en el índice delictivo.

Oficialmente existe el reporte de que esas casas de empeño que se encuentran “bajo la lupa” regresaron en diferentes y varias ocasiones, alhajas y otros artículos robados y comprados por ellos sin factura, sin embargo, todo se redujo a que regresaran lo robado y en ningún momento les hicieron cargos.

Este sistema es demasiado infantil y conocido por los mismas autoridades que en cuanto ocurre un robo y denunciado éste, en especial, tratándose de joyas, de inmediato se visitan las casas de empeño o monte píos en donde saben que encontrarán lo robado, recibiendo de la víctima por la devolución de las alhajas que fueron “encontradas, después de minuciosa investigación” una bondadosa gratificación cuando que todo se redujo en recorrer unas cuantas cuadras y hablar con los aparachuecos para que regresen sin cargo alguno, los objetos comprados y de procedencia de latrocinios.

En fin, que las autoridades de la justicia, lo mismo de nuestra Entidad y de todo el país, no le hagan al occiso y al cuento, pues saben que si le aprietan un poco a las casas de empeño, le hacen un bien a la sociedad que no estará tan expensas de los rateros o sinvergüenzas que abusan de las personas de la tercera edad. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023). www.intersip.org

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