¿Cuándo hablamos de Ética y cuándo de Moral?

Mundo Natural y Mundo Cultural.

El mundo que envuelve a los hombres puede dividirse en dos grandes categorías que llamamos comúnmente: Mundo Natural y Mundo Cultural. Los hombres se mueven entre ambos mundos; lo mismo participan y son influidos por el mundo natural, que participan y son influidos por el mundo cultural.

Diremos que Naturaleza es aquello que encontramos en el mundo; lo que nace, se reproduce y evoluciona por sí mismo. La cultura, en cambio, es todo lo que ha creado el hombre para satisfacer sus necesidades; en pocas palabras: toda creación humana en sentido valioso.

Bienes y valores culturales.

A los fines de la cultura les llamamos valores y, a sus logros, bienes. No cabe duda que algunas creaciones culturales son algo bueno para la humanidad; y, por lo mismo, conviene prolongar en valor. Por ejemplo, si aceptamos que la salud es algo valioso para todo ser humano, la estamos considerando un valor, y, por lo tanto, los bienes para alcanzarla, serian la alimentación, el deporte y la higiene.

En nuestra vida en sociedad, la experiencia nos muestra de manera incontrovertible la existencia de un orden moral. Los seres humanos llevan a cabo actos, crean empresas, dominan ciertos impulsos: todos estos hechos no son caóticos y arbitrarios. La observación directa nos muestra que estos fenómenos se dan de un modo y no de otro, dependiendo de la sociedad y la época; otros, en cambio, tienden a repetirse en todos los hombres.

Estos fenómenos propios de los seres humanos que se manifiestan regularmente en la mayoría de los hombres, se llaman costumbres, por eso se les llaman morales a las ciencias de las costumbres (Mos, Moris = costumbres).

El orden de la moralidad

Al tratar de entender desde la filosofía los actos humanos, lo primero que notamos es que ellos tienen una propiedad esencial muy importante: todos presentan una cualidad moral, a partir de la cual podemos dividirlos en dos grandes clases: buenos y malos.

Todo hombre que no sea débil mental o no esté bajo los efectos de alguna droga, de alguna manera percibe esta cualidad esencial de los actos humanos, y sabe muy bien si el acto que van a realizar es bueno o malo, su conciencia le aconseja hacerlo o abstenerse. Esta cualidad no es gratuita, por el contrario, es una cualidad que se inserta en el mismo ser del acto, la bondad o malicia puede ser llamada la propiedad moral fundamental.

No quedan dudas pues, de la existencia de la Moralidad, pero no así en lo referente a la explicación del ser de la moralidad: en esto radica el problema fundamental de la moral, a saber:

1. ¿Por qué existe la moralidad?

2. ¿Cuál es el sistema de acciones buenas y el conjunto de acciones malas?

Diferencia entre Ética y Moral.

Hay una gran confusión con las palabras ética y moral, confusión que se la debemos a Cicerón, y cuyo origen lo encontramos en su “Tratado sobre el destino”, cuando escribió: “En lo que se refiere a la moral (las costumbres, mores) que los griegos llaman ética (ethos)…”.

Sin embargo, la ética de los antiguos griegos trataba de los aspectos que tienen que ver con el individuo, mientras que la moral, trata de los aspectos del grupo al que pertenece el individuo. Por lo tanto, la ética trata de las normas que tienen como valor fundamental, fortalecer y preservar la vida de los individuos. Mientras que la moral a la que se refería Cicerón, a las normas destinadas a preservar de forma organizada la cohesión de un grupo.

En general, las normas éticas y las morales coinciden, son muy afines; pero muchas veces entran en conflicto, muchas veces las normas éticas exigen conductas contrarias a las conductas morales; hay un conflicto de valores que ponen en evidencia que el campo de la ética y la moral, son de diferente orden.

Como se ve, ética y moral son inseparables, pero disociables, porque responden a leyes distintas: el individuo no es separable del grupo, pero sí disociable de él. Las normas éticas, por su objetivo, se caracterizan porque son normas que prescriben la preservación de la vida individual de los seres humanos, al margen de cualquier diferencia de raza, nacionalidad, sexo, edad, clase social, religión, credo político, etc.

La conducta ética es autónoma, el comportamiento ético nace desde la conciencia del individuo, y no requiere un ordenamiento jurídico para existir (de manera espontánea acudimos en auxilio de quien está herido y tratamos de ayudarle). En cambio, la moral es heterónoma, porque requiere de una fuerza coercitiva  externa, es decir, de un ordenamiento jurídico que nos fustiga a comportarnos de un modo determinado.

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