Por Guillermo Robles Ramírez

Hace ocho años atrás que en México se había discutido el proyecto de la construcción de un muro al sur del país. En ese tiempo se pretendía hacerlo con la tecnología de punta en cuanto a vigilancia.

Las condiciones del 2011 se habían dado porque los Estados Unidos habían iniciado años anteriores un muro que se pretendía desde la zona fronteriza desde Baja California y llegar a Tamaulipas, pero continuar por todo el límite con nuestro país. Para los estadounidenses era la solución de evitar el cruce ilegal de cualquier persona en busca del sueño americano.

A su vez el exgobernador de Coahuila Humberto Moreira construyó el muro verde, es decir, vegetación para la protección de la ecología, pero fue una manera de decirles a las autoridades estadounidenses que no le parecía correcto puesto que México lleva años no solo como aliados a los Estados Unidos, sino existe un comercio de cientos de años atrás.

El fenómeno del inmigrante ilegal es una práctica de sobrevivencia. Es también una de las más antiguas en el mundo. En américa tenemos muy claro el ejemplo en donde los Estados Unidos se han venido quejando amargamente con México, sobre esta situación. Algo que seguramente se ha venido discutiendo en lo oscuro sin darlo a conocer a la sociedad mexicana, motivo por el cual desde hace ocho años atrás se venía discutiendo sobre el proyecto de levantar sofisticados muros al sur del país.

Cualquier medida que tome cada nación en particular no puede ser criticada por su vecino ya que cada líder sabrá cómo protegerse de la migración humana ilegal, es decir, ingresar a un país sin la documentación apropiada.

También hay que recordar que los tres proyectos fracasaron ya que los Estados Unidos se vieron obligados a cancelarlo después de un gasto por un monto superior a los mil millones de dólares al proyecto original.

El muro proyectado al sur de nuestro país, solo quedo en eso, es decir, puro taco de lengua. Y el iniciado por el exgobernador Humberto Moreira, quedó en el abandono por sus homólogos que le siguieron a las administraciones en Coahuila.

Los tres proyectos resumidos en nada, un claro mensaje de que no es la estrategia indicada. México debe de aprender de los fracasos de los Estados Unidos y buscar otras medidas u opciones y no con la macana en la frontera sur del país. Pero tampoco es la respuesta ideal el desviar recurso de los mexicanos a países como Honduras, El Salvador, y/o Guatemala; dinero que no va regresar de ninguna manera en calidad de préstamo o mucho menos en inversiones porque para ello en el caso del último es mejor invertir con los mismos mexicanos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018) www.intersip.org