Cosechando el agua

La temporada de lluvia en Coahuila, se atrasó en este 2018 haciéndose sentir la furia de Helios, es decir, el dios del sol en la mitología griega, pues el calor se hiso presente hasta en los municipios más frescos como la cabecera municipal de Saltillo, con temperaturas históricas más de 41 grados y en otras regiones de Coahuila se llegó a registrar hasta casi llegando los 50 grados centígrados.

La falta de lluvia se vio, pero muy distante por parte de los coahuilenses y su anhelo aumentó en consideración, y más tratándose de Coahuila considerado como una zona semidesierto en la que las lluvias muy apenas supera hasta los 400 milímetros al año. Esto quiere decir, más de diez veces menos en zonas tropicales. Pero no fue hasta la semana pasada cuando se vio llegar la clemencia de Tláloc, dejando caer lluvia en nuestra entidad, y aunque no era lo que se esperaba porque llegó a causar los mismos problemas que cada año sucede cuando la presencia de la lluvia cae a cantaros inundando varios sectores de los municipios de Coahuila, siendo insuficiente el drenaje pluvial.

Una de las características de las lluvias que ocurren en nuestro Estado es que se dan sólo en una época del año, en escasas cantidades y en forma de fuertes chubascos, lo que provoca que al caer empiece a escurrir por las pendientes y se pierda finalmente en arroyos y ríos que se vierten en el mar.

Es por eso que se hace indispensable la construcción de infraestructura para capturar toda esa agua de lluvia y evitar que se pierda. Así, que, con el propósito de capturar agua en los años recientes, se han construido bordos en la Región Sureste de Coahuila, donde se vive cada vez más seguido sequías que empiezan a registrarse como históricas.

Por eso se implementaron programas para “cosechar el agua”; con la que se ha rehabilitado y construido bordos para contener millones de metros cúbicos de agua.

Grandes inversiones se deben hacer en este trabajo que forzosamente exige el uso de maquinaria pesada, desazolvar vasos, reforzar cortinas, equipar con desarenadores, sellar fisuras y aprovechar el máximo de agua posible que corra por el desierto.

Este tipo de trabajos realizado por el gobierno tanto federal como estatal se ha convertido como uno de los componentes más importantes no sólo para mitigar los efectos negativos de la sequía, sino para iniciar un desarrollo de las actividades, particularmente la ganadería caprina que significa la fuente de recursos más importantes en el sector rural y que en la actualidad muchos de esos animales han muerto por la falta de agua.

Con este tipo de obras se beneficia productores de Saltillo, Arteaga, General Cepeda, Parras y Ramos Arizpe que cuentan con la infraestructura necesaria para almacenar el agua que antes se perdía.

Los medios y los recursos ahí están; quedando en la responsabilidad del buen uso y administración del agua. Son pocos quienes han tenido la habilidad e inteligencia para no desperdiciarla, aunque no se pudiera opinar lo mismo de muchos alcaldes presentes y pasados.

Pero también es importante seguir insistiendo en fomentar la cultura del agua entre los mismos ciudadanos y sobre todo en los centros educativos tanto públicos como privados.

Hay que concientizar primeramente a las mentes jóvenes sobre el cuidado del agua y su difícil tarea para poder extraerla del subsuelo, recolectarla en bancos de agua, como si se estuviera cosechado un producto que rebasó su demanda de manera natural y que ahora hay la necesidad de buscar la forma de multiplicar su producción o en este caso recolectarlo por medio de las lluvias. Un reto para la nueva administración de Coahuila, que seguramente podrá llevar a cabo, pero se necesita la ayuda de los 38 alcaldes para poder “cosechar el agua”, ya que como dicen por ahí, la unión hace la fuerza. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org

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