Como me ves, te verás

Por Guillermo Robles Ramírez
Durante todo agosto se ha dicho que es el mes de los adultos mayores, muy a pesar de que fue establecido el 26 de julio de 1998, como Día Internacional de los Abuelos, decretado por la ONG, en México, se formalizó el 28 de agosto como el Día del Abuelo. Una fecha que por siempre se ha recordado tanto a las abuelas y abuelos, sin una necesidad de politizarlo como ahora en tiempos modernos, bajo el modismo de “la inclusión”; políticamente se maneja el término de Adulto Mayor.

Motivo por el cual agosto es considerado como el mes en el que se festeja a las abuelas y abuelos; a esas personas que alguna vez fueron muy productivas, y que incongruentemente ahora muchos de ellos son tratados con indiferencia y discriminatoria.

Algo que desde mi punto de vista injusta porque si bien no tienen la misma energía física y su mente no funciona como cuando se era joven. Lo cierto es que son personas entusiastas, excelente carácter, personas sabias que nos enseñan sus experiencias a cambio de nada. Ellos nos ofrecen sus sonrisas; nos tienden su mano y nos hacen ver que la vida tiene un gran significado por lo que se debe valorar más.

La gente mayor tiene derecho a trabajar, a ser productiva. Eso los hace más útiles a la vida, además de que aún hay personas que están fuertes, inclusive más que muchos jóvenes. Y no con esto me refiero a que solo se piense en que se les dé la oportunidad de ser empacadores voluntarios. Un concepto al que viene inmediatamente a la mente y que considero que no está bien pensarlo de esa manera. Desde mi punto de vista, son personas con gran experiencia, gente que ha vivido mucho y que merece todo el apoyo del gobierno y todo el respaldo de la sociedad, porque son personas que merecen ser tratadas con dignidad. Pero lo más importante el amor, atención y paciencia por parte de sus familiares directos.

He tenido la oportunidad de conversar con gente mayor y he observado que tienen una gran experiencia y lucidez. Al que me siento no solo afortunado de haberlos conocido, sino haber convivido con ellos y que me han dejado muy buenas enseñanzas a través de sus anécdotas y consejos.

Por este tipo de motivos y muchos otros más, reitero que los adultos mayores tienen mucho que aportar todavía. También es necesario hacerles saber que tienen muchos derechos legales para las personas de la tercera edad que han sido abandonados por sus familiares. Pero más allá de sus derechos, debemos respetar a los adultos mayores.

Tienen derecho a una buena alimentación, a un buen trato, así como también vivir en un sitio digno y no anden como golondrinas cambiando de hogar a hogar; entre familiares. Y no con ello me refiero a que al hacerse cargo de su familiar que tuvo la fortuna de llegar a una edad avanzada, sean literalmente aislados en una pequeña habitación y acompañados de una televisión.

Pero desafortunadamente hay quien se olvida de ellos y de los derechos de las personas adultas; por ello es necesario que autoridades y sociedad civil aprendamos a respetarlos, a disfrutarlos y a mostrarles que son gente valiosa. Personas que hay que atesorar, querer y respetar siempre, porque alguna vez sus manos fueron fuertes y contribuyeron al desarrollo de sus comunidades, y ciudades o entidades federativas. No hay que olvidar que muchas de estas personas de la tercera edad han figurado o sobresalido entre la ciudadanía a nivel estatal, nacional, e internacional y todo gracias al esfuerzo de su juventud.

No hay que olvidar que los jóvenes actuales y aquellos quienes se encuentran en edad productiva, no son eternos y que algún día también llegaremos a ser personas de la tercera edad.

No solo en agosto hay que festejarlos, a los abuelos y abuelas; hay que festejarlos todos los días, porque son ejemplo de vida, ejemplo para las generaciones actuales y futuras. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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