AVES MIGRATORIAS

17 de julio de 2014.

Miles de millones de aves migran en todo el mundo, la mayoría buscando mejores condiciones para su supervivencia. Su migración es causada por la falta de adaptabilidad a un determinado medio. Por lo tanto, quedarse en un lugar podría significar su muerte y la extinción de su especie.

A los seres humanos les sucede algo parecido. Cuando una persona no encuentra en su medio las condiciones de vida necesarias, tiene la necesidad de emigrar a otros lugares.

Los primeros factores que impulsan la migración de las personas es la falta de trabajo y de oportunidades de progreso. La inseguridad es otra variable muy importante que obliga a la gente a abandonar sus hogares.

En la decisión de emigrar de la gente también influye la necesidad de mejores ingresos y un nivel de vida más digno. La atractiva vida que reflejan los países desarrollados son factores que tientan a más de uno para dejar la tierra que los vio nacer.

Tienen que ser condiciones de verdad insostenibles para que las personas tomen la decisión de emigrar. Cualquiera que sea el factor que motiva la migración, es una decisión sumamente difícil y una odisea en la que no todos logran sus objetivos.

Unos mueren en el camino. Otros son asaltados, violados o mutilados. Muchos quedan inválidos y regresan a sus casas, para recibir una muerte más atroz que la muerte misma.

De los que logran cruzar la última frontera, la mayoría son deportados a sus países de origen. Los pocos que logran quedarse pasan una vida sumamente difícil en los primeros años de su estancia en un país extraño. Solo unos cuantos alcanzan a vivir plenamente sus objetivos, a vivir el sueño americano.

Aun así, lejos de extinguirse, la especie humana migrante se reproduce masivamente en sus países de origen. Son demasiados que ya no entran en su propio hábitat. No hay condiciones que permitan sostener este crecimiento humano exponencial. Por ello, las corrientes migratorias siguen sin parar. Y no pararán hasta que las condiciones que las originan, cambien.

A diferencia de las aves, los seres humanos no emigran en familia. Primero emigra el padre. Después le sigue la madre. Los hijos quedan a cargo de parientes y, cuando no hay opción, emigran solos, tal y como ha venido sucediendo desde hace muchos años.

Cada niño migrante también tiene su historia y su propia odisea. Ninguna ha sido fácil ni exenta de peligros. Tal vez más dura que la de sus padres, dada que vulnerabilidad es mayor y menor su indefensión.

La migración infantil no acompañada es un fenómeno que la humanidad no ve o no quiere ver, hasta que una crisis, como la de los niños migrantes en Estados Unidos, le obliga abrir los ojos y reconocer este serio problema.

Por su tamaño y dimensiones, porque los medios de comunicación se han abierto ante este fenómeno, la crisis humanitaria de los niños migrantes está poniendo en serios aprietos no solo a los Estados Unidos sino que también a los países donde este fenómeno migratorio se origina, especialmente, México, Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.

La decisión para enfrentar esta crisis humanitaria ha sido la de siempre: sellar la frontera sur de México.

Cada vez que el fenómeno migratorio hace explosión en la opinión pública, la frontera sur ha sido sellada y resellada, una y otra vez, por gobiernos diligentes mexicanos, poniendo en marcha programas y acciones de atención al migrante.

Nunca ha funcionado ninguna estrategia. La mayoría de ellas han sido flor de un día, posicionamientos para la foto y las primeras planas, respuestas a las presiones internacionales.

No ha funcionado ninguna estrategia porque están dirigidas a detener la migración y no para atender las causas que la producen, como la falta de desarrollo, explotación inmisericorde de riquezas nacionales por potencias extranjeras que solo dejaron destrucción y muerte y, sobre todo, la prevalencia de gobiernos corruptos y opresores. Estos son los principales factores que abren las puertas a las corrientes migratorias.

Podrán poner miles de elementos de vigilancia, cientos de casetas migratorias, ejércitos de drones escudriñando las fronteras, kilómetros y kilómetros de muros de contención. No ha funciona nada antes y se espera que no funcionen igualmente ahora.

La migración está metida en el código genético del pobre. La pobreza extrema es el aliciente para que el pobre levante sus alas y emprenda su vuelo migratorio.

Los niños no tienen otra opción que seguir la ruta de sus padres. Es eso o morir en la intemperie.

Página Web “Letras Vivas” http://www.letrasvivas.com.mx/

Deja un comentario