“¿AVANCES EN MATERIA DE INCLUSIÓN, RESPETO Y DIGNIFICACIÓN DE LOS DERECHOS LGBTTTI EN MÉXICO?”

En todo el mundo casi de forma global y de manera literal, se habla de discriminación y homofobia, en la actualidad, todo  se encuentra en el “vaivén” de éstos temas; que en dos palabras encierran todo un estigma socio-cultural de grandes proporciones y terribles repercusiones.

Por ejemplo, en México, encontramos diferentes referentes, cifras, estimados y estadísticas proporcionales de violaciones a los derechos humanos y delitos cometidos en agravio de la población lgbttti, (lésbico, gay, travesti, transgénero, transexual e intersexual), que las instituciones gubernamentales y las asociaciones civiles,  permean a la luz pública, haciendo patente de una manera específica, lo delicado del asunto y lo proclive que es dicho sector social, a padecer estos graves delitos, que en ocasiones, concluyen por desgracia, en crímenes de odio, pasando por agresiones verbales, físicas y psicológicas.

¿Pero que es la discriminación?, ¿qué es la homofobia? ¿cómo se generan?  ¿Qué daños causan? ¿Por qué se padecen de una manera reiterada?
Desgraciadamente México, como varios países de América Latina, encuentran su construcción ideológica y de idiosincrasia, basada en un contexto y conceptualización social, muy mal entendida y desarrollada, que deriva en el machismo, pues a lo largo de los procesos históricos de las civilizaciones, éste factor ha jugado un papel importante y ampliamente negativo, que es el generador y motor fundamental, de violencia hacia las mujeres, hacia los sectores indígenas, hacia todo lo que erróneamente se considera débil, vulnerable o incluso “diferente”, a lo que el imaginario “masculino” mal entendido, se considera “defectuoso o rarito” y sin las mismas “capacidades” físicas ,mentales, psicológicas  o emocionales, a todo aquello que el machismo “evalúa y califica”, con un valor sustancial de inferioridad.

La discriminación es un acto de “separación” o segregación de una persona o grupo de personas, del “grueso de la sociedad”, por el simple hecho de no mantener los patrones conductuales,  ideológicos, religiosos, sexo-emotivos o de vestimenta, entre otros más, que la sociedad “tradicionalmente”, ha planteado como adecuados, correctos y “moralmente probos”.

Mientras que la homofobia, es la aversión obsesiva, contra hombres o mujeres homosexuales, aunque existen diversas fobias más, que envuelven a las demás personas que integran la diversidad sexual; pero aquí lo menos importante es el calificativo que se le den a las mismas, lo verdaderamente delicado, son las descalificaciones, las agresiones e incluso los crímenes, que detona ese miedo en ignorancia, a las personas que sin hacer daño a nadie, sin afectar a terceros y sin generar mayores problemas en el terreno real, viven su sexualidad, su identidad sexogenérica en total y plena libertad, hacen uso de su libre expresión, para mantener su cotidianidad, como cualquier otra persona heterosexual, que su único delito es ser ellos o ellas mismas, pero por ese simple hecho, son vituperados, agredidos, ofendidos y asesinados.

Por fortuna, en nuestro país, los avances en la defensa y protección de los derechos humanos, políticos y civiles de este colectivo, cada día toman mayor fuerza, cada día se van introduciendo y permeando en la sociedad en lo general, que si por voluntad propia, no ha querido reconocerlos, en la actualidad, por ejemplo en el Distrito Federal, se han visto obligados a marcar una línea de respeto, reconocimiento e inclusión en igualdad de derechos, para el sector lgbttti en lo general; pues la homofobia y la discriminación, tienen mayor carga legal, si se aplican en contra de alguna persona, aunque habrá que reconocer, que aún falta mucho por hacer en estos temas que se pueden considerar delitos y violaciones de derechos, para generar una legislación mayormente “dentada”, para propiciar que los mismos, tengan mucha más carga punitiva.

En el terreno político por ejemplo, algunos partidos políticos en México, han incluido el tema de manera contundente, como es el caso del Partido de la Revolución Democrática (PRD), aunque algunos otros, como el Partido Revolucionario Institucional en el Distrito Federal (PRIDF), el año pasado, parecía tener interés y respeto por el tema, mostraba con la apertura de su primera Coordinación de Diversidad Sexual, la total inclusión del mismo y de sus líderes priistas lgbt, sin embargo, en la actualidad, dicha intención, parece más confusa, contradictoria y opuesta a su propuesta original, aunque habrá que esperar, en el transcurso de este año, para ver como maniobran el tema y subsanan sus conflictos internos, sobre el particular.

De igual modo, observamos que el sector LGBTTTI, tiene una estructura, organización y capacidad de reacción, más eficiente y eficaz, cuando de violación de sus derechos se trata, observamos “un bloque de fuerza unificada”, para hacer valer su dignidad, sus derechos y su voz pública; pues más allá de las diferencias y conflictos internos que como colectivo de diversidad sexual, seguramente enfrentan, a la hora de sumar fuerza, de defender alguno de sus integrantes o de brindar apoyo político, social o humanitario, muestran que son un sector más que organizado, eficiente y unido; eso les permite obligar a todos los estratos de la sociedad e incluso del ámbito gubernamental, a prestarles oídos e incluirlos en su toma de decisiones, pues sin duda alguna, éste sector social, siempre se ha caracterizado y distinguido, por sus capacidades artísticas, culturales, por su intelectualidad, sus amplias capacidades laborales en diversos campos, su participación política-ciudadana, sus estrategias operativas, su desarrollo económico y su presencia pública en todas las esferas.

Es innegable que en nuestra actualidad social y política, si no existiera la presencia de este colectivo, en los diversos terrenos, nuestra sociedad no sería de avanzada, no mantendría un crecimiento sostenido y sustentable en diversas aristas, pero en particular, en el desarrollo y evolución ideológica. Por eso es necesario y obligatorio, respetar, incluir, integrar y reconocer cada día más, los derechos de la diversidad sexual en nuestro país, para lograr equidad, democracia y un equilibrio objetivo, en nuestra transición y evolución como humanidad.

Pues la homofobia y la discriminación son un delito y una “enfermedad”, la diversidad sexual, por el contrario, no lo es.

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