Autonomía universitaria necesaria
No somos plaga, somos estudiantes.
Estudiantes de la Universidad de Quintana Roo.
Una de las herramientas necesarias para la democracia radica, sin duda, en el grado de formación y preparación de sus ciudadanos. Las universidades son contribuyentes muy importantes para la generación de contrapesos hacia el gobierno. Ejemplos en nuestro país los hay y de sobra: la UNAM, el Colegio de México, el ITAM, entre otros, son líderes de opinión en donde sus declaraciones tienen un peso político en México.
Llamó mucho mi atención la situación que está viviendo una universidad en el país, particularmente la Universidad de Quintana Roo (UQROO), de la cual me tocó vivir sus máximos años de plenitud en investigación científica con una plantilla de académicos formados principalmente en las Universidades de la Ciudad de México: El Colegio de México, UNAM, Universidad Autónoma Metropolitana, entre otras. Tiene apenas, en este mismo orden de ideas, 23 años de edad y posee, además de su campus en la capital del estado, dos más; una en Cozumel y otra en Playa del Carmen.
Durante los últimos años, esta universidad fue perdiendo presencia no solo en la crítica de la acción pública sino en calidad educativa. Es, hoy por hoy, una de las universidades públicas más caras del país y recibe un subsidio bipartito, tanto de la federación como del estado, más los ingresos propios que genera. Traigo todo esto a colación puesto que previo a los festejos del 20 de noviembre, la Rectoría de la universidad decidió suspender por 3 días (19, 20 y 21 de noviembre) las clases bajo el argumento de una fumigación para atender una alerta sanitaria contra el dengue, paludismo y el chikungunya. Esto fue tomado como una forma de distraer y apaciguar la participación de los estudiantes en una marcha ciudadana el mismo día 20 de noviembre, en donde pretendían solidarizarse con las familias de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. Coincidió, además, con la decisión gubernamental de suspender el desfile por motivos climatológicos, al acercarse un frente frío, acompañado de lluvias dispersas.
Lo anterior, en lugar de dirimir, revolvió las aguas e inquietó más a los universitarios, al grado que hoy tienen establecido un campamento en las afueras de las instalaciones y han decidido, mediante una asamblea estudiantil, exigir entre otras demandas, la autonomía de la UQROO. Pero antes de entrar a fondo en esta propuesta, es necesario exponer algunos antecedentes.
Primero. Elina Elfi Coral Castilla, Rectora de la UQROO, tiene formación académica en contabilidad y maestría en administración. Su desempeño ha estado más ligado a la administración pública, ocupando cargos vinculados a las finanzas y la contraloría. También ha sido legisladora estatal y federal y, de acuerdo a su perfil curricular publicado en la página electrónica de la UQROO, ejerce el cargo actual
desde el 16 de agosto de 2011. Sin embargo, algo que omite su perfil es que fue dirigente partidista en la entidad, particularmente del PRI.
Segundo. Desde su ingreso, la UQROO ha ido perdiendo espacios de competitividad al grado de que ha llegado a ser catalogada entre las 10 peores universidades del país. De acuerdo a un estudio anual que realiza el Quacquarelli Symonds (QS) mediante el documento Latin American University Rankings, México ha logrado posicionar un total de 49 universidades dentro de un universo de 300 que se analizan, destacando el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, La universidad Iberoamericana y la Universidad Autónoma Metropolitana como las mejor evaluadas. Por su parte, la UQROO aparece en los últimos lugares del ranking (del 250 al 300) y solamente está por encima de tres universidades de las 49 que se encuentran enlistadas del país: la Universidad Juárez del estado de Durango, la Universidad Popular Autónoma de Puebla y la Universidad Tecnológica de México.
Lo anterior fue motivo de orgullo para la autoridad universitaria puesto que en julio de 2012 emitió un comunicado en su portal electrónico señalando que fue la única universidad del estado en aparecer en el ranking internacional, a pesar que a nivel comparativo con otros institutos de nivel superior en México es una de las más rezagadas. Todo es cuestión de cómo se mire el cristal.
Tercero. En 2014, la UQROO recibió un presupuesto de poco más de 311 millones de pesos. Haciendo un cálculo, sus recursos ascienden a poco más de 852 mil pesos diarios. Tras la orden de cierre de la Universidad por 3 días, se estaría hablando de casi 2.5 millones de pesos que se habrían tenido que ejercer –teóricamente- pero la mayor afectación fue hacia los aproximadamente 5 mil estudiantes, 600 profesores, 400 trabajadores administrativos y una buena cantidad de empresarios de la rama de la alimentación, que vieron suspendidas sus actividades tanto académicas como económicas en los 3 campus que tiene en la entidad.
Cuarto. La decisión de cerrar la UQROO por 3 días, luego del término del puente revolucionario resulta incongruente y hasta absurdo. Se pudo utilizar el mismo período de asueto para no perder clases ni interrumpir el desarrollo normal de las actividades académico-administrativas de la universidad. ¿Por qué, entonces, hacerlo en días hábiles? La única explicación lógica conduce a que se hizo con la intención de desactivar la manifestación estudiantil que se tenía prevista para el 20 de noviembre, día del desfile. Esto se fortalece con la decisión gubernamental de no llevar a cabo el tradicional evento por cuestiones climatológicas, que por cierto fue abiertamente evidenciado al no presentarse ninguna precipitación pluvial durante la mañana de esa fecha mencionada.
Lo anterior generó un efecto totalmente contrario a lo esperado por las autoridades universitarias. Los estudiantes no solo marcharon por las calles de la ciudad, sino que recibieron un apoyo ciudadano como nunca y hoy están organizados analizando la demanda de exigir la autonomía para su casa de estudios. La autoridad, por su parte, ha desconocido a la asamblea estudiantil puesto que no es una figura jurídica
reconocida en la legislación universitaria. La única con la que ellos dialogarían sería con el Colegio de Estudiantes (COLEST).
Pero el propio COLEST no ha estado ajeno a la influencia partidista, particularmente del PRI. En 2012 el entonces dirigente estudiantil participó en un evento proselitista y –a nombre de los estudiantes de la UQROO- comprometió su apoyo y voto al hoy Presidente Enrique Peña Nieto. En esta ocasión, la Rectoría de la Universidad usó al propio órgano estudiantil para comunicar la suspensión de clases. Ello explica la nula participación de este espacio de representación de los alumnos en el conflicto.
Todo esto ha abonado a fortalecer la idea de buscar a través de la autonomía, la separación de la influencia del gobierno en las decisiones internas de la UQROO, particularmente en 3 rubros estratégicos: el académico, el de gobierno interno y el financiero. Desde su origen, la legislación universitaria permitía un grado de autonomía para la elección de sus autoridades –principalmente la Junta Directiva y del Rector- ya que de los 9 integrantes de la Junta, 5 de ellos eran electos por el Consejo Universitario y el restante por el Patronato Universitario. Sin embargo, en 1994 durante el gobierno de Mario Villanueva, la legislación se reformó dándole el poder de decisión al ejecutivo local para designar a 5 de los 9 integrantes de la Junta Directiva.
El golpe definitivo fue en 2005 cuando la Ley de Educación del estado de Quintana Roo estableció que el nombramiento de los titulares de las entidades paraestatales del sector educativo sería designado por el gobernador, a propuesta de las autoridades académicas mediante la presentación de una terna de aspirantes.
Lo anterior ha derivado en el acotamiento a la generación de una participación crítica que debe ejercer una Universidad hacia los problemas sociales, políticos y económicos que atraviesa hoy Quintana Roo. Ante un sobre endeudamiento, una falta de garantías y libertades políticas y un evidente crecimiento de la inseguridad pública en el estado, la UQROO guarda un doloroso como cómplice silencio. Los errores de la Rectora para controlar el movimiento de estudiantes le generarán un alto costo político. Ojalá el legislador analice a conciencia la viabilidad de la autonomía de la UQROO. Debe anteponerse la generación de conocimiento por encima de los intereses partidistas y, en consecuencia, de gobierno. Ayotzinapa, sin querer, ha despertado del sueño profundo a los universitarios.
El tintero.
El caso Casa Blanca sigue creciendo como bola de nieve. Ahora la cadena Univisión dio a conocer que la esposa del Presidente mexicano liquidó un crédito hipotecario en Miami por la cantidad de 1.3 millones de dólares. El pago fue hecho en enero de 2011, cuando ya estaba casada con el mandatario. ¿Hasta dónde llegará esta situación?
La SEP hizo cambios en su estructura interna. Dos diputados federales –de ascendencia priísta- fueron designados como Subsecretarios para colaborar con su titular, Emilio Chuayfett. Se trata de Alberto Curi Naime y Javier Treviño Cantú, quienes se desempeñarán en Educación Básica y, Planeación y Evaluación de Políticas Educativas, respectivamente. El primero de ellos fue Secretario de Educación en el Estado de México en el sexenio de Enrique Peña Nieto, mientras que el segundo ha ocupado cargos en SEDESOL, Hacienda Federal, Relaciones Exteriores y fue Secretario de Gobierno en el estado de Nuevo León.
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