Antes un orgullo, hoy…

Por Guillermo Robles Ramírez

Hasta hace unos 40 años atrás, ser Notario Público no solo era un orgullo, sino todo honorabilidad y respetabilidad, que por cierto era de lo que se jactaban y alardeaban los notarios públicos de aquel entonces. Hoy, simplemente se es notario y ya o sea que para el caso es lo mismo.

A 40 años de distancia, un notario público lo mismo notifica que anular la notificación, o bien se impugnan las notificaciones; es decir, no hay mucha credibilidad de lo que da fe o deja de dar fe, se ha convertido en un simple negocio y yo diría que todo está en manos del mejor postor, es decir, el que más y mejor pague, según sea el caso.

Conozco en lo personal, notarios públicos que, entre otras pequeñas cosas, dan fe de sociedades anónimas sin estar presentes los involucrados y como magia, aparecen sus firmas. Bueno, lo que se hace pasar por la firma de los miembros de esa sociedad. Eso es tan solo una de la amplia variedad de cosas que puede hacer un notario público de estos tiempos modernos, aunque no podemos tampoco desconocer que como en todos los medios, los hay decentes, indecentes, honrados y deshonrados, etc.

Da lástima que poco a poco se vaya perdiendo la credibilidad de aquellos personajes que tan solo con su paso imponían respeto y su honorabilidad la transpiraban hasta cuando caminaban por las calles de las ciudades de Coahuila.

En Piedras Negras, lo mismo que en Torreón, Monclova, Acuña, Ramos, Saltillo, Sabinas y en otras muchísimas ciudades de Coahuila, iguales chiquitas que grandes, se les veía con respeto y atención. Ahora, simplemente se comenta, mira va por ahí, decimos los coahuilenses, el abogado “zutano” y “perengano” y como que, a muchos de los notarios de estos tiempos, no les importa que se les califique de honorables y simplemente para ellos cuentan los negocios que pueden hacer con el FIAT.

Y no me refiero a las siglas de la marca automotriz Fábrica Italiana de Automóviles de Turín, sino al FIAT notarial, que es un consentimiento o especie de patente que otorgan generalmente los gobernadores antes de su término de Administración para favorecer a un profesionista en derecho de tener y ser un instrumento público legal de la veracidad por medio de una notaría.

Es verdad que existen en Coahuila notarios públicos a quienes les han encontrado y se les ha sancionado por violaciones a los preceptos de la ley.

Sin embargo, difícilmente se da a conocer los nombres de esos notarios. La razón no existe alguna, por tanto, quedan en el anonimato lo que para muchos no es correcto, aunque la dirección de Notarias, se escuda con el pretexto de que no hay autorización para decir las fechorías o violaciones en las que incurren ciertos notarios.

Desconocemos si hay ley que impida que salga a la luz los nombres de quienes defraudan el FIAT notarial, que se les otorgó para dar fe de verdades e igualmente desconocemos si los notarios públicos que no tienen tacha a lo largo de su función como notarios, estén de acuerdo en que todos sean cortados con la misma tijera por ocultar a malandrines o más vale se haga público de aquellos que defraudan el FIAT notarial, que se les otorgó.  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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