Guillermo Robles

Ambos son corruptos

Por Guillermo Robles Ramírez

Los problemas de vialidad son responsabilidad exclusiva del Departamento de Vialidad y Tránsito de cada uno de los Ayuntamientos. Tampoco podemos negar el hecho de que nueve de cada diez personas que son detenidas por un agente policiaco intenta sobornarlo; cuatro de cada cinco carecen de licencia para manejar actualizada y solo cinco de cada cien quejas contra gendarmes resultan tener elementos sólidos.

A la culpabilidad de los ciudadanos que manejan, también cabe agregar que muchos policías tienen motivos de sobra para corromperse atraídos por el dulce encanto de unos billetes ofrecidos por una gran cantidad de conductores corruptos.

Esta mezcla de corrupción ciudadana y policiaca ha ocasionado un terrible dolor de cabeza a las autoridades municipales coahuilenses que no encuentran una cura para resolver a corto, mediano y largo plazo el problema de la vialidad. Y por otro lado, la pobre cultura del conductor coahuilense y por último, la dudosa ética de los agentes de tránsito de cada cabecera municipal de Coahuila.

Pero el problema vial no termina ahí, sino también hay que agregarle a la pésima disposición de las calles, los cuellos de botella en horas pico, la carencia de la sincronía de semáforos, el siempre cuestionable criterio policiaco, el fenómeno del “cafre”, la falta de señalización, de presupuesto y el mal estado de las calles, entre otros motivos que sumandos, hacen un verdadero suplicio tener vehículo y manejarlo.

Y si pensaba que eso era todo hay que agregar al listado de lo mencionado el gran rezago de elementos de tránsito que no han pasado la prueba de confiabilidad. La falta de motivación para entrar a la academia policiaca ya sea por no contar con sueldos dignos, otros mencionan el sentirse amedrentados por criminales delictivos.

La baja calidad por la renuencia de capacitación para ser más y mejores elementos policiacos son una cruda realidad. Algo que también predomina sobre los agentes de tránsito y/o vialidad municipal, es su porcentaje tan bajo de quienes concluyeron su educación profesional y tan solo por encima del 30 por ciento terminaron la secundaria.

Esto deja ver un bajo nivel académico y falta de costumbre a la disciplina en las aulas; sin embargo, deben ser disciplinados en su trabajo memorizar un grueso documento sobre la técnica policiaca, aprender a usar un criterio en situaciones polémicas y hasta tener en cuenta normas de urbanidad para atención al público, al menos todo lo mencionado anteriormente es en teoría.

Ahora veamos el lado de los conductores. Quienes cuentan con licencia de conducir, solo el 20 por ciento la tiene actualizada y si a eso le agregamos el otro gran porcentaje de quienes a la falta de licencia, y la debilidad por corromper policías son solo algunas de las monerías de los conductores coahuilenses sobre el exceso de velocidad y manejar en estado de ebriedad.

Una de las principales causas de accidentes viales, de acuerdo a la corporación policiaca municipal son por manejar bajo el efecto del alcohol, exceso de velocidad, no respetar la luz del semáforo o altos en las esquinas y no guardar la distancia prudente con el vehículo delantero.

Pero aún hay más. Los conductores de la entidad no gustan de cumplir sus obligaciones luego de haber incumplido una responsabilidad, es decir, no quieren pagar las infracciones o castigos administrativos establecidos en cada cabecera municipal dentro de sus reglamentos de vialidad y tránsito.

Solo basta echar un vistazo al rezago en el pago de multas de tránsito que reportan la Tesorería Municipal de los 38 municipios, y la mayoría de ellas no corresponden a sanciones que haya sido aplicadas a conductores cuyas infracciones fueran recientemente, sino son cuentas pendientes, en muchos de los casos de varios meses y años.

De acuerdo a términos legales sobre el cobro de adeudos, solamente puede hacer efectivas cuentas que tengan cinco años de antigüedad con la gracia del año en curso lo que suman seis años. En este sentido, hay multas que tienen varios años sin pagarse.

Es claro que al ver la ciudadanía que no tiene cultura para manejar y ver que pese a tantos accidentes, más casos que nunca son reportados a las estadísticas, solo hay muy pocos policías dados de baja o retirados de las corporaciones de seguridad por el concepto de extorsión y es que la corrupción es de ambas partes. El clásico “te ayudo y me ayudas”. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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