El tambaleo del PRI
Por Arturo Ríos Ruiz
*Conflicto a favor de Morena
*Diputados podrían emigrar
La toma del edificio de la sede nacional del PRI la semana pasada por grupos antagónicos del partido político, se lanzaron mutuamente acusaciones de querer “desestabilizar” al tricolor y tener una cercanía “excesiva” con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Esa última liga sobre sobre el supuesto contacto con AMLO, es muy sugerente.
Al presidente le urge amacizar a la bancada Morena en el Congreso para obtener la famosa Mayoría Calificada y requiere 54 diputados más para lograrlo y el único que se los puede aportar es el tricolor.
Se ha mencionado a Ulises Ruiz, el oaxaqueño ex gobernador de ese estado, como el promotor de la envestida a las instalaciones del PRI exigiendo la salida de Alejandro Moreno, por el pésimo papel desempeñado en las anteriores elecciones en que el órgano político quedó es un tercer lugar y perdió gubernaturas.
Un argumento que gravita en el recuento de daños. Sí, “Amlito”, sería capaz de pactar para salvarse de una arremetida en su contra, está débil y el recargón de la UIF, brazo de presión gubernamental, lo podría acorralar por su imperio inmobiliario en Campeche de dudosa adquisición.
Verificado de esa manera, el actual dirigente del tricolor, no ofrece garantías de seguridad para mantener al partido como una fuerza de real oposición y mantener el contrapeso. Amén de podría echar a perder el compromiso pactado con la coalición con el PAN y el PRD, en el plano legislativo.
Ulises desea vehemente dirigir al PRI, ya lo intentó en meses pasados, pero no ofrece preeminencia alguna, es del grupo de dinosaurios que no ha dejado que el partido evolucione y mantienen secuestrado al organismo como una camarilla de poder sin tomar en cuenta su adaptación a los nuevos tiempos.
El PRI, necesita nuevos valores, preparados, leales, ortodoxos y de cimientos firmes para avanzar hacia el 2024, que desde el momento está presente la carrera presidencial, Morena ya comenzó y tiene a Claudia Sheinbaum, “despapada” la semana pasada en presencia del mero mero, lo que simboliza su anuencia.
En tanto, el PRI pierde el tiempo en rencillas internas que buscan el control y llama la atención la injerencia en el movimiento contra “Amlito” de Nallely Gutiérrez Gijón, es, según Alejando Moreno, “una infiltrada al servicio de Morena”, aliada con Ulises Ruiz Ortiz.
Muy sugestiva esa declaración ¿A caso Morena” ya trabaja la división interna en el PRI? ¿Será que quieren provocar con el conflicto la migración de diputados tricolores para sumarse a Morena?
Las lealtades en política son una falacia, lo hemos percibido todo el tiempo; Morena está plagada de acomodaticios de todos los partidos, los más visibles son priistas y panistas y las ambiciones personales, hacen trizas la nobleza. La lealtad, en los políticos no existe.
rrrart2000@hotmail.com y Facebook
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