Al mejor postor tu información

Por Guillermo Robles Ramírez
Desde que salieron los teléfonos celulares para comercializarse entre los mexicanos, durante muchas décadas se consideraron como un medio seguro para comunicarse, convirtiéndose en una herramienta indispensable para cualquier empresario y político.

Su modernización a través de los años ha sido continua hasta la fecha en todos los sentidos en su tecnología. Sus primeros modelos de un tamaño fueron exageradamente grandes y conocidos como el famoso “ladrillo”, debido a su dimensión y densidad.

Con el paso del tiempo fueron mejorando y continúan haciéndolo. Ahora los modelos son más pequeños, llegando a tener el tamaño de una tarjeta de crédito. Y hasta logrando hacerlos imposibles en los años sesenta y ochentas, en las películas británicas de James Bond, en donde un reloj hacía la función de teléfono, y en la actualidad existen en el mercado móviles de reloj que además hasta toman frecuencia cardiaca, entre otras funciones.

 En éste tiempo, ya no importa el tamaño sino su capacidad de tecnología y software, como la cantidad de programas que se asemejan a una computadora convirtiéndose en oficinas móviles.

Años posteriores, ociosos de la tecnología y delincuentes, también empezaron a ver un mercado nuevo para poder delinquir. En un intento por parte de las autoridades para poder frenar la ola de crímenes vía teléfono celular, en el año 2009, surgió el Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil. Se consideró como el sistema ideal para combatir a la delincuencia organizada, secuestros, extorsiones, entre varios delitos más que se cometían por medio de los celulares. En específico, las extorciones y fraudes derivadas de la misma; donde los criminales pedían la compra de tiempo aire para terminar con un engaño de desembolso no menos de cuatro mil pesos. Aunque con el tiempo fueron ampliando diferentes tipos de extorción como el pago de derecho uso de piso, la simulación de secuestros, y ahora con la utilización de la inteligencia artificial para imitar la voz de un familiar “secuestrado”, solicitando un pago para su liberación.  Un modus operandi que no solamente el crimen organizado lo realizaba, sino ahora cualquier par de holgazanes y sinvergüenzas lo puede realizar desde la comodidad de su casa.

Y retomando el tema sobre el sistema para combatir la delincuencia en el año 2009, se pusieron medidas drásticas amenazadoras para todos los usuarios de telefonía móvil, en donde la misma autoridad podía bloquear el servicio del móvil sin el número no era registrado en el programa RENAUT. Pero la falta de información generaba confusión entre las compañías celulares y los usuarios, es decir, de quién era la responsabilidad de hacerlo, mientras existía una inconformidad ciudadana de resistencia para proporcionar datos personales a una figura o entidad gubernamental o particular, que no tenía rostro o, dando la percepción de los usuarios de celulares  de ser objeto a una invasión de nuestra privacidad. Aquello generó mucha polémica, pero a final de cuentas dieron sus fechas límite para registrarte.

Su plazo venció en abril del 2010, pero de la medida tomada para abatir los delitos que se cometían por medio de los celulares, no fue tan significativa. Realmente fue nula porque la ola de delincuencia por éste medio nunca paró o al menos en ningún medio de comunicación, se dio a conocer o publicar alguna noticia al respecto a la contribución del sistema RENAUT. Mucho menos la de algún grupo de criminales o simplemente al bromista que hablaba para amenazar con una bomba, incendio. Travesuras que hacían en su mayor parte adolescentes quienes hablaban a los números de emergencia robándole el tiempo a la policía, bomberos y cruz roja.

Posterior a esto, el Senado de la República aprobó por unanimidad la cancelación del RENAUT; dejando como responsabilidad a los concesionarios y permisionarios telefónicos móviles con la cooperación cuando lo requiera la entonces Procuraduría General de la República, mejor conocida por sus siglas PGR; y ahora convertido en la Fiscalía General de la República; para la geolocalización de los equipos móviles cuando se cometa algún delito.

Éste nuevo término significa saber la ubicación geográfica por medio de un dispositivo que tienen integrados aquellos equipos de media y alta tecnología un receptor conocido como GPS que mediante red satelital ubica la posición del equipo y con ayuda de Google Maps te dice exactamente en donde está. En el presente ahora todo dispositivo móvil celular cuenta con ese geolocalizador.

Otro intento para combatir al crimen organizado destinado al fracaso, pues dicha colaboración solicitada a las compañías de telefonía celulares fue imposible porque el dueño o, el portador del equipo, tenía que activar la función de GPS y además debería de contar con la contratación de internet.

Durante todos éstos años, intentos fallidos por parte de las autoridades para contrarrestar a los delincuentes. Lo único que generó fue una gran lista de cartera para el crimen organizado o para el mejor postor de la venta de nuestros datos personales; quedado siempre vulnerables no solo a los criminales sino también para aquellas empresas conocidas como “Call Center”, acosando a los usuarios para todo tipo de venta de productos y servicios, así mismo como haciéndose pasar como instituciones bancarias o al menos utilizan el nombre de los bancos, para poder preguntar si el cuentahabiente realizará anticipadamente el pago de su tarjeta de crédito en tiempo y forma y también llaman para dar las gracias si se realizó el pago en tiempo y lo peor cuando no se hace ningún pago las llamadas no cesan día y noche llamando hasta los fines de semana.

No hay usuarios de telefonías móviles que se encuentran seguros porque no falta quién te esté grabando para posteriormente subirlo al Internet, como tampoco no hay imposibles para hackear tu número, redes sociales, cuentas de correo, entre otras cosas más. Y en tiempos electorales esta práctica aumenta drásticamente, poniendo en práctica el espionaje telefónico. Es un hecho no confirmado por ninguna autoridad, pero a la gente no se le engaña fácilmente y muchos afirman que la información personal está a la venta de quien tiene la capacidad económica para adquirirlas; incluyendo el mercado del crimen organizado, siendo éstos últimos quienes están mejor equipados, y más que las autoridades locales, estatales y federales.

Cuando se ventila a luz pública la vulnerabilidad del espionaje político, también queda muy en claro la misma situación para el espionaje empresarial y para el resto de la población, acabando con esa libertad de poder hablar libremente por telefonía celular hasta el usuario más sencillo u ordinario. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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