Por Arturo Ríos Ruiz

* Claudia y Marcelo Manos con sangre

* Florencia Serranía, es intocable aún

El pasado 3 de este mes, se cumplieron tres años del accidente en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, en el que murieron 26 y más de 100 heridos; que, hasta la fecha nada se sabe, de la exdirectora Florencia Serranía.

Las investigaciones revelaron que el percance fue por deficiencias estructurales significativas, incluyendo la falta de pernos, soldaduras incompletas y con diferentes tipos de concreto, distintos a los planos originales de diseño. Un mugrerío por carencia de supervisión.

Marcelo Ebrard, el momento del percance se movilizaba en promoción de la posibilidad de ser el candidato presidencial. Confiaba en los servicios prestados al presidente desde antes y después de llegar a Palacio. 

Luego salió a Flote, Claudia Sheinbaum Pardo, al filtrarse las causas del desplome, realizado por la empresa noruega DNV, que reveló falta de mantenimiento precisamente en su gestión. La entonces jefa de gobierno, afirmó que ‘ninguna inspección del mantenimiento de la Línea 12 podría haber detectado un error de “diseño”.

La bolita continuó rodando y los dardos se centraron en Florencia Serranía, directora del Sistema de Transporte Colectivo, STC, Metro, cuando estudios dictaminaron que no había registros de mantenimiento o reparaciones en el tramo afectado desde su inauguración hasta la fecha del accidente.

Se multiplicaron las críticas y cuestionamientos sobre la administración y operación de la línea; Sheinbaum, Marcelo y la de más abajo, Serranía, en cargos relacionados con el Metro manchados hasta los codos, cada cual en la oportunidad de haber ocupados sus cargos.

Las páginas de los medios, la radio TV y Redes Sociales, se llenaron de casi una docena nombres de presuntos responsables y finalmente a ocho, la Fiscalía capitalina acusó formalmente ante el juez de homicidio doloso, lesiones y daño a la propiedad por el colapso de la Línea 12 del metro de la CDMX.

Se comprueba que los titulares de las diferentes áreas no fueron tocados, sólo los del segundo piso, al grado que Marcelo y Sheinbaum continuaron sorteando el asunto, hasta que se olvidó y luego, se convirtieron en aspirantes por la candidatura presidencial y sabemos quién perdió.

No obstante, ambos han quedado marcados para la posteridad que continúan, ella como candidata oficial y Marcelo, de plano desaparecido, de capa caída y olvidado por su patrón.

Bueno, hasta hoy, los familiares de las víctimas mortales y lesionados, a tres años del colapso aseguran que la justicia no llegó y que, además del dolor físico y emocional que aún padecen, siguen luchando ante autoridades locales, federales para ser atendidos conforme a derecho. El desaire, fue la respuesta.

Otra herencia negra para la actual administración tanto como el Gobierno la ciudad como el federal. Le han echado la última pala en las 26 tumbas que no se olvidarán.

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