A TIRO DE PIEDRA: REDUCIR DIPUTADOS, EL DISCURSO

 

El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas

 generaciones y no en las próximas elecciones

Winston Churchill

La propuesta de reforma a la Constitución para reducir el número de senadores y diputados federales, aunque se presenta como el cumplimiento de una promesa de campaña del presidente, Enrique Peña Nieto, sus efectos tienen la misma característica de todas las reformas aprobadas hasta ahora en México, y es que serán tangibles hasta que la presente administración haya concluido.

Peña Nieto sería pues el último presidente en servirse de la proporcionalidad que actualmente existe en el Congreso de la Unión, que establece que la conformación de la Cámara de Diputados debe conformarse por un sesenta por ciento de legisladores de mayoría relativa; es decir, aquellos que salen a ganarse el voto en las calles; y el cuarenta por ciento de representación proporcional, o sea, aquellos que llegan por “cuotismo” político y que con nadie tienen compromiso.

Esa proporcionalidad ha ido variando desde 1977, en que fueron creadas las diputaciones plurinominales, para abrir espacios, según se argumentó, a las minorías políticas; para pervertirse hasta lo que se han convertido actualmente y que han permitido que políticos como Carlos Romero Deschamps, el cuestionado líder petrolero nacional, haya cobrado como legislador más de 35 años, o que el actual impulsor de la reducción de legisladores, Emilio Gamboa Patrón, haya transitado de la Cámara de Diputados a la de Senadores en nueve años ininterrumpidos, o que el mismo líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, lo hiciera durante doce años (quince, si se considera cuando fue diputado de mayoría).

Por supuesto que nadie estará en desacuerdo en la modificación que se pretende de los artículos 52, 53, 54 y 56 de la Carta Magna, para con ello lograr la desaparición de cien diputaciones plurinominales y quedar la proporción en 80-20; como tampoco en la desaparición de 32 senadurías, sobre todo considerando el alejamiento evidente de los legisladores para con los intereses del electorado nacional; pero es importante también decir que ese compromiso de campaña que el presidente “cumplirá”, si es que se aprueba, se aplicará cuando termine su administración; es decir, en las elecciones de 2018, cuando los mexicanos elijan nuevos diputados, senadores y presidente de la República. Hágase justicia pues, pero en las mulas de mi compadre.

Por cierto, el anuncio hecho apenas el jueves 26 de noviembre pudiera aun así rendir beneficios a los tricolores, pues lo anunciarán como el cumplimiento de un compromiso, aunque a quien “cumple” no le afecte ya la nueva conformación del Legislativo; dicho de manera más clara, se propuso el 30 de marzo de 2012 y se aplicará el 03 de junio de 2018. Así mismo nos han dicho de los beneficios de las reformas estructurales aprobadas hasta ahora, que pasarán unos cinco años para que podamos “percibirlos”, de esperanzas y desesperanzas está lleno este país.

Pero además hay otro tema por analizarse, pues cabe decir, en una lógica simple, que mientras más espacios de mayoría obtiene un partido, menos de representación proporcional le corresponden; y ahora que el tricolor parece haberse reencontrado con su voto duro, es dable aseverar que en la reducción de plurinominales, además del discurso de cumplimiento de campaña, los priístas ven la posibilidad de debilitar a la oposición, o ¿acaso alguien creería que se busca un ahorro presupuestal  y una mayor democratización nacional? ¡Par favar! Una medida bastante perversa, pero pareciera bastante efectiva. Faltará que, ahora sí, se apruebe.

Cabe recordar también que desde 2014 el PRI impulsó una consulta ciudadana para conocer la opinión sobre la desaparición de legisladores; y en ese entonces actores como el ex presidente del extinto Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldemberg, y el actual presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, manifestaron oposición, no a la desaparición, sino a los argumentos que se esgrimen para realizarlo; entre ellos la baja productividad o el ahorro presupuestal.

Y MIENTRAS EN QUINTANA ROO…

La entidad se prepara para renovar, el 05 de junio de 2016, todos los cargos de elección popular, y para ello la conformación de los grupos políticos del PRI parece ya estar definida en favor del diputado federal  José Luis Toledo Medina; y en la oposición en favor del subsecretario federal de Turismo, Carlos Joaquín González, quien renunciaría a su militancia tricolor, tal cual ha trascendido de allegados de ambos equipos.

La reconformación comienza a tomar forma, pues se rumora que quien iría a la presidencia de la Gran Comisión del Congreso del Estado será el actual secretario de gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, y ya no el actual dirigente estatal tricolor, Raymundo King de la Rosa, quien por cierto, declaró en días anteriores sobre la desaparición de espacios legislativos que su partido pretende, que están fundamentados en el ahorro presupuestal y la baja productividad ¡Vaya despistado! Así ni cómo ayudar.

Faltará entonces saber los espacios que se otorgarán a los demás aspirantes en la llamada “operación ciacatriz”; pero lo cierto es que los priístas de Quintana Roo deberán “conectarse” más con la dinámica política nacional, porque no por las elecciones locales debe perderse la perspectiva del país, a riesgo de parecer “político de rancho”; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

P.D. No pierda de vista al ex senador príista Eduardo Ovando Martínez, pudiera haber una jugada política interesante en los siguientes días.

Como siempre, le dejo notas que fundamentan lo expresado.

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