A TIRO DE PIEDRA: EVALUACIÓN Y TRANSICIÓN GUBERNAMENTAL
Los buenos gobiernos se conocen
cuando lo que hacen vale más que lo que sus opositores dicen
Antonio Maura y Montaner
En 2016 se renovarán doce gubernaturas en el país. En las entidades en disputa, sus actuales mandatarios fueron electos en 2010 para gobernar por menos de seis años, y aunque los comicios por realizarse el 04 de junio del próximo año se verán sin duda influidos por seis fenómenos surgidos a partir del proceso federal apenas concluido, la evaluación del desempeño en cada caso será el factor más importante para determinar los resultados locales.
El primer factor que incidirá en el ánimo del electorado es que, en el proceso federal que está apenas concluyendo es que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue el más favorecido con los votos; el segundo es que el Partido Acción Nacional (PAN) perdió aun más presencia en el ánimo nacional; aunado a ello, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) continuó en tercer lugar nacional, pero su caída fue aun más significativa que la del blanquiazul, ese sería el tercer factor.
En adición a lo anterior, y que por cierto fue un factor que a muchos sorprendió, fue el fortalecimiento de Morena como una fuerza electoral competitiva desde 2015, cuando su repunte era previsible hasta 2018, en que su creador, Andrés Manuel López Obrador, contenderá –una vez más- por la Presidencia de la República; y como quinto factor que, por cierto, ya está generando acciones en las entidades federativas, es la incursión de los candidatos independientes; que amenazan la hegemonía partidista, ante lo cual Chihuahua, Veracruz y Sinaloa ya han puesto “candados” para los posibles aspirantes.
Las tres entidades señaladas renovarán la gubernatura en 2016; y por cierto, Quintana Roo, que también lo hará, está apenas en la construcción de su reforma político electoral, por lo que la manera en que norme este tipo de candidaturas será también un factor interesante de analizar.
El sexto factor a considerar, y que no deriva propiamente del proceso federal, sino de la reforma electoral aprobada en 2014, es el de la paridad de género en las candidaturas. Será interesante ver en cuántas de las doce entidades las candidaturas a las gubernaturas serán encabezadas por mujeres, pero además es importante considerar que en los estados habrá elecciones también a nivel de los ayuntamientos.
Lo anterior implica que en la mitad de los ayuntamientos deberá haber candidatas y en la mitad de las planillas también, pues la paridad transversal, es decir en las candidaturas a las presidencias, y vertical, o sea la manera en que se asignan las regidurías; ante lo cual veremos una amplitud en la cantidad de cargos públicos que se asignen a las mujeres, y será necesario incluso impulsar mayores liderazgos al interior de las entidades.
LA NECESARIA EVALUACIÓN
El 4 de junio se elegirá gobernador en Aguascalientes, Zacatecas, Tlaxcala, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas, Chihuahua, Veracruz y Durango; Oaxaca, Sinaloa y Puebla, los primeros nueve gobernados por el PRI; y los otros tres por ex militantes priístas que renunciaron a su militancia y fueron postulados por coaliciones opositoras integradas, entre otros, por el PAN, PRD y Convergencia (ahora Movimiento Ciudadano).
Además de que en Puebla y Veracruz se elegirán gobernadores para periodos de tan solo 2 años, por efectos de la adecuación local a la reforma político electoral federal, este grupo de entidades destaca porque sus gobiernos actuales o los que les antecedieron han estado enmarcados por claros señalamientos de corrupción y de complicación para llevar las riendas en sus respectivas demarcaciones.
Y es en esta coyuntura que se conjuntan los factores enunciados al principio, porque todos los actuales mandatarios tienen o tuvieron vínculos con el PRI y a todos los alcanzarán las consecuencias de su respectivo desempeño. Las entidades representan un tercio del total nacional y serán electas justo en la antesala de las elecciones presidenciales de 2018.
El proceso electoral federal de 2015 fue fundamental para el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto porque representó mantener el control del Congreso de la Unión y con ello la continuidad de sus reformas; pero las elecciones de 2016 tienen su importancia dada la cercanía con la transición presidencial , pues en 2017, un año antes de la transición, se elegirá gobernador tan sólo en tres entidades: Coahuila, Nayarit y Estado de México, y sólo esta última tiene importancia, tanto por ser la segunda entidad con mayor cantidad de electores, como por ser nativo de ahí el presidente Peña Nieto.
LA BATALLA EN QUINTANA ROO
Quintana Roo tiene diez municipios y en septiembre próximo cumplirán dos años en el cargo sus actuales presidentes, todos emanados del PRI. El dato es importante de destacar porque en la rebatinga por la sucesión se olvida que será en ese mes que deberán presentar su segundo informe de labores y las condiciones de cada uno de ellos son bastante dispares.
Como se ha señalado en anteriores colaboraciones, el 25 por ciento de la población estatal vive en condiciones de pobreza o pobreza extrema; pues del millón 490 mil 711 quintanarroenses, 400 mil son pobres y de éstos 120 mil viven en pobreza extrema, es decir, no tienen acceso a comida ni a los medios necesarios para subsistir, principalmente en la zona rural de Bacalar, según ha reconocido el mismo secretario de Desarrollo Social e Indígena de Quintana Roo, Ángel Rivero Palomo.
Además, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y Lázaro Cárdenas tienen porcentajes de pobreza superiores al 70 por ciento, cuando a nivel nacional es de 45.5.; Tulum e Isla Mujeres están dentro del rango “promedio” de pobreza nacional, con 47.9% y 45.2%, respectivamente. De hecho sólo 4 de ellos están por debajo de la media: Othón P. Blanco con 42.9 por ciento; Cozumel con 31.7; Solidaridad con 30.3 y Benito Juárez con 26.3 por ciento, esas son las cifras que ningún discurso puede ocultar.
Así que los futuros aspirantes a presidir los ayuntamientos deberán presentar proyectos concretos para mejorar esos indicadores, pues aun cuando el PRI ha ganado prácticamente todas las elecciones de los últimos cuatro años, y el proceso electoral 2015-2016 en Quintana Roo se presente en una coyuntura muy particular, en la que los procesos internos parece serán más álgidos que las campañas mismas, lo cierto es que la población estatal espera soluciones reales, y no planes aspiracionales.
La presente administración estatal ha atravesado por condiciones económicas difíciles, el sexenio anterior, de Félix González Canto, dejó las finanzas desastradas y Roberto Borge Angulo ha tenido que batallar para “mantener a flote el barco”, y toda crítica a su administración, independientemente de sus particularidades, debiera partir de ese racional contexto.
En esa tesitura también es que, el análisis de los diferentes aspirantes debiera partir de su personal trayectoria, del mérito alcanzado, más allá de la “cercanía con el poder”; porque no se trata de un concurso de popularidad, en el que el que tenga mayores “menciones” o campañas publicitarias emprendidas será el que obtenga la estafeta.
Así, hasta ahora los aspirantes a la candidatura priísta por la gubernatura son Raymundo King de la Rosa, Mauricio Góngora Escalante, Eduardo Espinosa Abuxapqui, José Luis Toledo Medina, Sara Latife Ruiz Chávez y Carlos Joaquín González, aunque éste último no ha hecho manifiesta su aspiración en el presente proceso electoral; y por los partidos de oposición no ha habido personaje alguno que haya manifestado su intención, como si los partidos esperasen alguna escisión tricolor.
Por lo pronto, analice el lector las trayectorias de los aspirantes manifiestos, y esté atento al desempeño de los que aun están en el cargo, pues no hay mejor elección que la que se hace con base en resultados. Lo demás es autopromoción y publicidad sin sentido, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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