Por Guillermo Robles Ramírez

            Alguna vez ha escuchado la frase de “cada vez somos más”, y posiblemente un poco más mencionado por parte de los políticos. ¿Pero tiene sentido para usted? Lo más probable es que no lo sea así, porque dice algo demasiado obvio para cualquier comunidad.

            Más allá de una simple frase y algo que no explican los funcionarios públicos, porque es más complejo de lo que parece una sencilla frase, es decir, dice poco, pero a su vez detrás de ello es más grande de lo que ustedes pueden imaginarse y con una connotación demasiado amplia.

            Puede ir acompañado de cosas positivas, así también como de negativas. Algo bueno es que en la medida que se aumenta la población así también va acompañado de la modernidad, es decir, las mismas autoridades se ven obligados a invertir en infraestructura social como son los servicios básicos y con ello viene los inversionistas comerciales tales como tiendas de conveniencia, gasolineras, y servicios de todo tipo, incluyendo el aumento de vigilancia por parte de la policía.

            Pero también como lo mencionaba viene acompañado de su lado malo, ya que el aumento de crecimiento poblacional exige muchas demandas como es el tener que alimentar más bocas y para ello se requiere trabajos u oportunidades de crecimiento laboral.

            El decir, que cada vez somos más no es un problema de procreación sino socialmente abarca desde lo difícil que puede resultar vivir dentro de una misma comunidad porque el egoísmo aumenta.

            Paradójicamente el crecimiento poblacional no es lo único que se multiplica la procreación de animales domésticos. Está comprobado que la sobrepoblación del ser humano lleva consigo un aumento de perros callejeros que por diferentes situaciones son abandonados a su suerte.

            Algo que también está siendo cada vez más frecuente es que hay personas inconscientes e irresponsables que una vez que dejan de ser cachorros prefieren tenerlos sueltos en la calle para evitar limpiar sus heces, y limitándose solamente en alimentarlos y ponerles agua, pero sueltos en la calle.

            Perros que andan sueltos que representan una amenaza para todo aquel que ande a pie o en bicicletas. Una amenaza para familias enteras, niños, niñas, estudiantes que tienen que pasar por donde se encuentran estos perros callejeros sin dueño, así como aquellos dueños que sienten el derecho de usar las calles como una extensión de su jardín.

            Esos dueños irresponsables que solamente salen a defender a sus perros cuando éstos, muerden a un peatón y en su intento de desprenderse al can o evitar ser mordidos utilizan palos, piedras o en su defecto a patadas, hasta entonces es cuando salen sus dueños y en lugar de ahuyentar a su “mascota”, solamente salen molesto para gritarle al afectado que está siendo mordido o que está a punto de serlo: “¡no le pegues al perro!, ¡no te hace daño!, o bien ¡no hace nada el perro!

            Las mordeduras de los perros callejeros son las mismas condiciones a los que viven dentro de los hogares, es decir, no necesariamente tienen que ser bravos sino existen circunstancias de instinto como cuando intentan aparearse, las hembras en su intento para proteger a sus crías se pueden hacer muy agresivas mordiendo a toda aquella persona que camine cercas o bien en el caso de los que viven dentro de un hogar morderán a sus familiares.

            Tampoco podemos dejar a un lado los latosos ladridos en donde se concentra más la población canina, así como sus peleas entre ellos en su intento para demostrar el alfa y aparearse con alguna hembra en celo.

            Una irresponsabilidad de muchos mexicanos quienes ahora les han endosado el problema a las autoridades locales quienes no se dan abasto para atender una situación que cada vez se está convirtiendo no solo un problema social porque ese ya está dentro de esa categoría, sino que empieza a estar dentro de las agendas de trabajo de cualquier Presidente Municipal. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018) www.intersip.org