Por Enrique Rodríguez Martínez

Hemos lastimosamente rebasado el umbral de las 152 mil muertes a casi un año de la declaratoria mundial del inicio de la pandemia por Covid-19.

Muchos de esos fallecimientos se pudieron evitar de no haberse cometido tantos errores desde que estalló la crisis. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no tuvo una eficaz capacidad de respuesta, minimizó los efectos devastadores del contagio y la enfermedad.

Según la empresa de servicios financieros Bloomberg, que realiza una evaluación en más de 50 países del mundo, cuyas economías valen más de 200 mil millones de dólares; entre ellos referentes latinoamericanos similares a nosotros como Chile, Colombia, Argentina, Perú y Brasil.

Para realizar ese análisis se midieron diversos factores como la incidencia de casos, muertes por cada 100 mil habitantes al mes, porcentaje de pruebas realizadas, acceso a las vacunas, restricciones para el confinamiento y calidad de los servicios públicos de salud. El resultado más reciente publicado en enero, informa que México es el peor país para vivir durante la pandemia, al ocupar el lugar 53 del mismo número de naciones evaluadas.

El comportamiento negligente de una parte importante de la población ha coadyuvado a que la magnitud de la letalidad sea incontrolable, lo que también evidencia la incapacidad de los 3 órdenes de gobierno. No hay una estrategia integral, sólo bandazos, contradicciones, opacidad, demagogia, confrontación y falta de empatía hacia la angustia no sólo de los enfermos, sino de los desempleados que ya experimentan la pobreza de oportunidades. AMLO ha preferido aferrarse a proyectos no prioritarios, usar distractores, proteger a funcionarios eficientes, minimizar la tragedia y descalificar al periodismo que ejerce independencia para narrar su falta de sensibilidad y las oportunidades perdidas para convertirse hombre de Estado cuando más se le necesita.

El discurso de candidato en 2018 colma de incongruencias sus decisiones como mandatario en 2021.

Y en esta lamentable situación le hago a usted, potencial elector, una serie de preguntas que preferentemente sugiero se respondan sin el apasionamiento de la ideología.

¿De qué le sirve al país que Andrés Manuel López Obrador no vuele en el avión presidencial?

¿A 26 meses de lo que va del sexenio se ha privilegiado a los pobres?

¿Tenemos mejores funcionarios públicos preparados, capaces y honestos?

¿El uso de los recursos públicos y las compras del gobierno federal son más transparentes?

¿Nos ha servido de algo que AMLO haya renunciado a vivir en Los Pinos para mudarse a Palacio Nacional?

¿Se han reducido los feminicidios y los alarmantes niveles de inseguridad?

¿Los mexicanos tienen mejor calidad de vida?

¿El tren Maya y la refinería de 2 bocas son imprescindibles?

¿Tenemos una política exterior que fortalezca la imagen y presencia de México ante el mundo?

¿Se acabó la corrupción?

¿México es más productivo y ofrece mejores oportunidades a sus jóvenes?

¿El gobierno respeta la libertad de expresión?

¿PEMEX y la CFE son más eficientes?

¿Tenemos un mejor sistema educativo?

¿Se ha reducido la impunidad?

¿La eliminación del seguro popular mejoró al sistema nacional de salud?

¿Se erradicó el influyentismo de la clase gobernante?

¿La electricidad y gasolina son más baratas?

¿Personajes cercanos al Presidente han dejado de hacer negocios al amparo del poder?

¿El narcotráfico tiene menos poder?

¿Se sacó al ejército de las calles?

¿Se utiliza la vacuna con fines electorales?

¿Hugo López Gatell es un funcionario modelo?

¿La fuerza del Presidente es moral y no de contagio?

¿AMLO dice la verdad?

Los ofrecimientos de hace 3 años en campaña, distan mucho de estar en vías de cumplirse durante el segundo tercio del sexenio y las rectas finales de un mandato, sabemos bien que son las más desgastantes. Los “otros datos” intentan generar la percepción de que el país mejora, pero sin reconocer la realidad y el disenso respetuoso e informado.

¿Se puede corregir el rumbo señor Presidente?

A pesar de no tener elementos objetivos para responder, seré optimista. Quiero pensar que sí.

EDICTOS

En el contexto de la política de cero tolerancia contra la corrupción dentro del Poder Judicial de la Federación, hay varios asuntos que involucran al togado Luis María Aguilar, ex presidente de la Suprema Corte, que podrían considerarse grandes oportunidades para honrar en los hechos el discurso del ministro Arturo Zaldívar. En la próxima entrega de esta columna, le daré detalles sobre el caso de un edificio inconcluso en Torreón, Coahuila. Se hicieron cimientos para un inmueble de 9 pisos que alojaría juzgados y tribunales, pero sin el permiso de aeronáutica civil respecto al terreno que está junto al aeropuerto de esa ciudad. La construcción inconclusa, constituye indicio de presuntas corruptelas internas registradas desde 2017.

Hasta el próximo jueves.

Latitud Megalópolis

https://latitudmegalopolis.com/2021/01/28/25-preguntas-para-los-lectores-y-una-para-amlo/