El gran Jodini
Por Carlos Ferreyra Carrasco
Vergüenza, en ratos tristeza y al final indignación, fueron los estados de ánimo con que presenciamos la zarandeada al presidente López, a cargo del jalisquillo avecindado en el país del norte, Jorge Ramos.
Finalmente fue la repetición de los dos encuentros anteriores: el periodista manejando datos duros, del propio gobierno, para hablar de la creciente matazón, del aumento de pobres, de las pobres perspectivas económicas para el pueblo bueno, de la militarización del país.
Por su lado, López en su discurso mañanero repitiendo como jaculatoria: yo tengo otros datos, a pesar de que los mencionados se basaban en informes oficiales.
Mientras, 19 personas en Reynosa, 18 en Aguililla, dos sesiones de balazos en Zacatecas, alrededor de 31 muertos; balaceras en Sinaloa, Oaxaca y otras entidades… caos total.
Maniobrero, hombre capaz de sacar del sombrero un collar de flores, con su magia el presidente cambia la atención a nuevos territorios, la sucesión presidencial, que hoy podemos observar bajo varias perspectivas, la principal, el destape de sus títeres, la extensión del mandato o de plano la reelección.
Todos esos escenarios han sido comentados, a veces tangencialmente (“los petroleros de Tabasco pidieron que me reelija”) pero en todo caso reflejan un sentimiento íntimo, que aflora en forma casual y que termina siempre en un solo lugar, su permanencia como Okupa del Palacio Virreinal.
Con el nuevo hueso que lanzó enmedio de la perrada o la jauría si lo prefieren, nos lanzamos a especular sobre los mencionados. Y algo menos sobre el no incluido, el hombre al que verdaderamente teme López: Ricardo Monreal Ávila, cabeza de un cartel político con origen zacatecano, pero con tentáculos en el resto del país.
Ebrard y Cheimbaun eran bolas cantadas, el primero hoy tambaleante en el corazón de su líder, mientras la gobernadora capitalina repunta y logra que en el desastre del Metro las autoridades, sumisas, volteen hacia otro lado.
En este asunto queda muy claro que no habrá víctimas oficiales, esto es responsables. Y para los familiares de los muertos, un millón de pesos a cada uno.
Entre los otros posibles, según el mandatario, está José Ramón de la Fuente, ya mencionado en anteriores comicios; la Tía Tatti que parece concesión familiar, sugerencia de doña Betty y hasta la Nahle, incansable cantora a las glorias del petróleo.
El ADN tricolor en pleno, no será suficiente para la aplicación del dedazo tradicional. Dentro de Morena y aquí es herencia amarilla, están creciendo los movimientos tribales y cada uno de quienes soterradamente los encabezan, se piensa con derecho a la sucesión.
Ricardo Monreal dio el campanazo de salida. Aparte de declarar que no fue omitido de la lista inicial, aunque de hecho lo fue porque López nunca pensó en él, anunció que estará en la boleta de 2024 y aunque se declaró ferviente pejista, dejó entrever una posible candidatura ciudadana o, de plano, otro cambio más de partido.
En lo último cuenta con gran experiencia, pero debería considerar que López no es el PRI asustadizo de De la Madrid y que usará todos los recursos, los legales si no le queda más remedio, para sacarlo de la jugada.
Lo real, lo que presenciaremos en adelante, será el revoltijo de todos contra todos, el canibalismos político al que, al final, nos estamos acostumbrando.
Y bueno, López no es Houdini, de su cachucha no saldrá un tierno conejillo blanco; es Jodini y ya vemos para lo que alcanza su magia…
Colaboración de relevante.mx
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