Y van aumentando más
Por Guillermo Robles Ramírez
Existen muchas campañas no solo de prevención, sino de concientización por parte de las autoridades tanto locales, y estatales, con respecto a las autoridades federales no existe tal cosa, más que solamente meter una ideología partidista sobre la decadencia del socialismo con bombardeo hasta en los libros de texto de la SEP.
Esas campañas de prevención y concientización pueden ser desde no manejar en estado de ebriedad, alta velocidad, drogadicción, abusos sexuales, robos, entre otros más; siendo difícil poder catalogar en un orden de importancia cualquiera de los mencionados y otros.
Sin embargo, uno de esos problemas sociales es sin duda el embarazo en las jóvenes entre los 13 y 19 años de edad con una tendencia a la alza en el país y en Coahuila lleva más de una década el cual ha venido ocupando si no el primer lugar estamos dentro de los primeros tres a nivel nacional con los embarazos de jovencitas que dan a luz, no solamente una vez, sino hasta dos o tres veces, es decir, cometen el mismo error la misma persona de traer al mundo más bebes sin una planeación familiar, y mucho menos sin pensar el gasto que implica tenerlos o mucho menos su responsabilidad. Y posteriormente son abandonadas, ya sea por decisión de ambos, o del joven.
Este crecimiento de los embarazos en adolescentes y menores de edad varía dependiendo de la cabecera municipal de Coahuila, es decir, en algunos los indicadores se mantienen con un bajo crecimiento y en otros un poquito más, solo por mencionar algunos de ellos la ciudad de Torreón, Saltillo y Piedras Negras tienen los índices más altos.
Los reportes de aquellos municipios de Coahuila de Zaragoza, quienes cuentan con un Hospital General, así como aquellos en donde existe un Instituto Mexicano del Seguro Social e Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado; tienen registros de un incremento de partos tanto de menores de edad, así como de adolescentes entre las edades de 12, 13 y hasta los 16 años de edad siendo más frecuente en el último mencionado.
Las cifras son alarmantes para muchos ediles coahuilenses e incluso para el mandatario estatal sobre el tema, aunque también los hay que prefieren seguir pasando como los invisibles, prefiriendo atender solamente aquellas obras donde pueden figurar públicamente.
No es solo el hecho de que se presenten embarazos entre mujeres jóvenes lo que preocupa a las autoridades, sino también la incidencia de abortos espontáneos y cesáreas que ponen en peligro la vida de estas mujeres, de acuerdo a la óptica médica porque entre más corta sea la edad el riesgo se incrementa.
Ahora bien, si la vida se logra en ambas situaciones, es decir, tanto el de la madre, así como el de su hijo o hija, lo segundo que sucederá es el bloqueo de las aspiraciones de esas jóvenes, tanto educativas como laborales, impidiendo que este grupo de madres, que cada día se hace mayor, cuenten con la preparación necesaria para sacar adelante a sus hijos.
Es un hecho que la mayor parte de los casos se convierten en madres solteras o con el pasar del tiempo son abandonadas por el padre del bebé, quedando ellas en una situación de incertidumbre en tener un ingreso seguro. Aunado a ello, las condiciones óptimas de vida que les pueden brindar a sus descendientes son escasas y, generalmente, los hijos tienen problemas en su desarrollo físico y emocional, porque las madres no tienen preparación para alimentarlos sanamente y con obvias razones, pues la mayoría de los casos durante la gestación de éstas niñas y adolescentes que ni siquiera cumplen la mayoría de edad se alimentan de comida chatarra o sopas instantáneas calentadas en microondas en una tienda de conveniencia.
Ante el problema de fecundidad temprana, instancias oficiales y privadas han hecho diversos programas enfocados a prevenir que los jóvenes inicien su vida sexual a temprana edad y así evitar que «niños se conviertan en padres de niños».
El aumento en la incidencia de adolescentes embarazadas no es solo un problema de salud, sino también un problema social, ya que tiene que ver con la inexistencia de una educación sexual entre la mayor parte de la población, y la proliferación de erotismo en los medios de comunicación, pero sobre todo en las redes sociales.
Ese mundo irreal de las redes sociales en donde se conceptualiza la popularidad para convertirse en un “bloguero o, bloguera”, no solamente publicando su vida personal, sino que siempre va acompañado de la sensualidad, dejando de crecer acorde a la edad que corresponde y por ende a las malas dediciones, o mejor dicho a una impulsividad no planificadora. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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